¿El feminismo está de moda? El camino por el aborto legal, seguro y gratuito

Artículo en conjunto con Victoria Sosa

Las agrupaciones y militantes que se oponen a la interrupción voluntaria del embarazo suelen decir en relación a la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito que “el feminismo está de moda”, pero el camino por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y personas gestantes no tiene por qué cesar si la votación en senadores aprueba el proyecto. En este contexto y considerando dicho planteo, el siguiente artículo se propone explorar el camino del movimiento feminista en relación a la problemática y el interrogante de qué podría suceder con el movimiento si el aborto se legaliza en Argentina. 

Si bien la campaña por el aborto legal adquirió reconocimiento nacional y protagonismo en la agenda política en el año 2018 cuando el proyecto por primera vez adquirió estado parlamentario, el comienzo del gran impulso por la legalización del aborto se dio mucho antes. Ya durante la “segunda ola” del feminismo (inicios de los 60’ hasta fines de los 80’), la cual llevó como bandera la célebre frase “lo personal es político” se comenzaron a reclamar las injusticias pertinentes a lo que en ese entonces se consideraba lo “íntimo”, convirtiendo en público lo que antes se ocultaba en el hogar. En línea con estos reclamos, en la década de los 70’ la Unión Feminista Argentina y el Movimiento de Liberación Feminista se expresaron públicamente respecto de la importancia del derecho a una sexualidad libre alejada de la maternidad como mandato femenino y reclamando el aborto legal.

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Años más tarde, en 1987 se celebró una jornada de la Asociación de Trabajo y Estudio sobre la Mujer (ATEM) donde hubo una mesa redonda sobre aborto en la cual surgió la idea de crear una agrupación específica, idea que se concretó en marzo del año siguiente, dándole entonces nacimiento a la Comisión por el Derecho al Aborto (CODEAB). Las tareas de la Comisión fueron variadas e ingeniosas: recolectaron firmas en la esquina de la confitería El Molino, frente al Congreso Nacional durante varios años; organizaron debates y charlas; escribieron diferentes editoriales y crearon una revista; participaron en la redacción de tres proyectos de ley y redactaron uno propio, entre otras cosas.

En noviembre de 1990, durante el V Encuentro Feministra Latinoamericano y del Caribe, realizado en San Bernardo, Argentina, la Comisión coordina el taller “El aborto como un derecho”, donde se emite una declaración donde, entre otras cuestiones, instaura al dia 28 de septiembre como “Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y el Caribe”, dicha fecha es elegida en conmemoración a la promulgación de la “libertad de vientres” en Brasil, que permitió la emancipación de quienes habían nacido de mujeres esclavas.

En 1990, la Comisión presenta por primera vez en la Cámara de Diputados el anteproyecto sobre Anticoncepción y Aborto, en el que se exigía que se asegurara a la población la información sobre los métodos anticonceptivos; que el personal correspondiente asesorara sobre su utilización y contraindicaciones; que se crearan equipos de capacitadoras para formar promotoras en esta área de salud; que los centros de salud tuvieran servicios gratuitos para asegurar la anticoncepción de todos los sectores sociales, exigiendo del mismo modo que las obras sociales también lo incluyeran. También se contemplaba la opción, para ambos sexos, de un método de esterilización definitiva si así lo desearan, así como también reclamaban que el Estado debía promover la investigación, desarrollo o implementación sobre anticonceptivos para ambos sexos; y, finalmente, reconocer el derecho de toda mujer a interrumpir el embarazo antes de las 12 semanas de gestación. 

Paralelamente, durante los años 90’ el gobierno de Carlos Menem tuvo la voluntad de incluir en la reforma constitucional del año 1994 una cláusula de “defensa de la vida humana desde la concepción”, pudiendo ser esta la causa del primer debate sobre el aborto y su iniciativa dentro de la clase política.

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Más adelante, en el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario en el año 2003 se impartió un taller sobre interrupción del embarazo con más de 300 mujeres y en la marcha por las calles se vieron, por primera vez, los pañuelos verdes contribuidos por Católicas por el Derecho a Decidir. En concordancia con las resoluciones obtenidas de los diversos talleres, en 2005 se reúnen en Córdoba setenta representantes de todo el país para que la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito nazca “nacional y federal”. Así nace el 28 de mayo de 2005 en el Día Internacional por la salud de las mujeres la hoy reconocida Campaña. Ese mismo día se escribe el texto fundante y se establece el famoso lema heredado de la CODEAB “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

Dos años más tarde, la campaña presentó por primera vez su Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que perdió estado parlamentario por no conseguir suficientes firmas para ser debatido en el Congreso. Desde ese momento, el proyecto fue presentado sin interrupción hasta su séptima presentación en el año 2018, cuando por primera vez adquiere estado parlamentario y es debatido en diputados y senadores con la declaración del entonces presidente Mauricio Macri de que no vetaría la ley si esta era sancionada. El resultado de dicha votación fue histórico tanto para el movimiento feminista como para los grupos opositores que surgieron y se instalaron en el espacio político una vez iniciado el debate. 

En el plano penal, en el año 2012 se dio el fallo F.A.L. en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que interpreta el artículo 86 del Código de 1921 confirmando que incluye casos de violación, sin necesidad de sentencia judicial y que incluye a todas las mujeres “normales o insanas” según el fallo y no solo aplica a “una mujer idiota o demente” como establecía previamente el Código. 

De esta forma, se establecen los casos de no punibilidad vigentes actualmente, según los cuales una mujer puede interrumpir un embarazo cuando su vida o salud estén en peligro, o esté cursando un embarazo producto de una violación, independientemente de si es una persona con o sin discapacidad. El protocolo ILE de 2015, actualizado en el 2019, retoma los lineamientos del fallo F.A.L. y agrega consideraciones en cuanto al concepto de salud, incorporando los aspectos físicos y psíquicos de la salud de la persona gestante, que además incluyen peligros que pueden ser potenciales.  

Retomando con la declaración que da inicio a este artículo, en relación al debate por el aborto legal muchos individuos plantean que “el feminismo está de moda”, y algo cierto hay en la declaración. Tal vez no en cuanto al movimiento en su totalidad, pero sí en el sentido que la legalización del aborto adquirió tanta centralidad en los últimos años para la agenda feminista que surge el interrogante de ¿qué sucederá con el movimiento una vez que el proyecto sea aprobado? 

En respuesta a esta pregunta es necesario destacar que el movimiento logró en la última década muchas conquistas no relacionadas con la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito. Algunos ejemplos son la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política, la Ley Brisa de reparación económica para hijas e hijos víctimas de femicidios, la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado, entre muchas otras. En línea con estas conquistas, podría suceder que un posible clima de triunfo tras la legalización del aborto impulse nuevas campañas y proyectos fundamentales para la equidad de género en la Argentina. 

Además, cabe mencionar que una vez sancionado el proyecto surge de inmediato la necesidad de su reglamentación y el trabajo casi diario de asegurar su implementación en un contexto en el cual grupos opositores ya representan un obstáculo para la práctica de interrupciones legales del embarazo en el marco de las causantes avaladas por la legislación vigente mencionada anteriormente. 

Para concluir, el camino del movimiento feminista en su reclamo por el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo es mucho más largo de lo que se le da crédito al expresar que “el feminismo está de moda”, tal como han demostrado los principales hitos y hechos expuestos en este artículo. Y teniendo en cuenta todo ese camino, la respuesta a la pregunta de qué sucederá con el movimiento después de una eventual aprobación del proyecto depende también de la unidad del feminismo. Esto se debe a que no hay un solo feminismo, ya que este no es un partido político único con un liderazgo centralizado, sino que el movimiento concentra diversas ramas y agrupaciones muchas veces con opiniones opuestas en relación a ciertas problemáticas. En relación a la interrupción legal del embarazo todos estos feminismos supieron concentrarse bajo una campaña y que este acercamiento vuelva a generarse en torno a otras cuestiones es el verdadero obstáculo del movimiento de acá hacia el futuro.

Escrito por

Analista política y futura politóloga. Feminismo y relaciones internacionales. Cofundadora de @molunenas

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