Camino a Octubre

Análisis de las fórmulas presidenciales que participan de la contienda para la presidencia argentina.

Se terminó la espera y la especulación acerca de quién acompaña a quién y cómo se conforma cada partido. Se culminó la etapa donde los egos y las vanidades de cada uno de los candidatos parece llegar a su fin en lo que respecta a la ubicación de cada uno en las famosas listas. Las cartas están echadas. Ayer venció el plazo para que los partidos políticos presenten sus respectivas listas para competir en las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que tendrán como resultado final la elección del candidato que conducirá al gobierno argentino por los próximos cuatro años.

Hay nueve listas presentadas, esto quiere decir que hay nueve partidos políticos en la carrera por la Casa Rosada. Sin embargo, más de un analista político podrá decir que esto es una batalla de dos grandes liderazgos, donde las minorías jugarán un papel primordial en las negociaciones de cara a octubre.

“… si bien estas elecciones presentan un cambio en los tradicionales actores de la política argentina (con un peronismo polarizado y un radicalismo con menor protagonismo), dichos partidos polìticos siguen traccionando a nivel electoral.”

Si hasta hace unas semanas sorprendió la fórmula adoptada por la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, más aún lo fue con la decisión del actual oficialismo con la incorporación de Pichetto a la lista de Cambiemos. Para aquel fanático de House of Cards, la jugada del presidente Macri con sus consultores y su decisión de ofrecerle a Pichetto la silla más importante del Congreso, fue políticamente sublime.

La llegada de Pichetto a Cambiemos, logró incorporar a sus listas algunos peronistas perdidos y mover la estructura radical. Su imagen en la fórmula envía una señal indirecta de estabilidad, garantizando una especie de diálogo y gobernabilidad entre todos los sectores, aunque ello genere una crisis existencial de identidad dentro del nùcleo de Cambiemos, ya que siempre se caracterizaron por ser un frente antiperonista. Dura tarea tuvieron que ejecutar para que logren esa compaginación. Lo cierto es, que los peronistas y los radicales están y aparecen en todas y cada una de las listas presentadas. Por lo tanto, si bien estas elecciones presentan un cambio en los tradicionales actores de la política argentina (con un peronismo polarizado y un radicalismo con menor protagonismo), dichos partidos polìticos siguen traccionando a nivel electoral. Esto quiere decir, que la polìtica Argentina volvió a cambiar y ya no es entendida como peronismo versus radicalismo, sino màs bien oficialismo vs oposición.

El Frente para Todos, con Alberto Fernández como titular, empezó a trabajar con el objetivo de lograr la tan ansiada unidad entre los peronistas tradicionalistas y modernos. Si algo tenían en claro, es que para competir debían formar un gran arco opositor que sea capaz de ganar en las urnas de Octubre. Incorporar a Sergio Massa y a los dirigentes del Frente Renovador se convertía en la meta principal, más si se tiene en cuenta que en las últimas elecciones presidenciales este cosechó el 20% del electorado, cifra no menor en cuanto a diferencias porcentuales entre los candidatos de primeros puestos. Hoy, en cuanto se refiere a los votos, hasta el más mínimo cuenta.

Comenzó la batalla electoral, y con la incorporación de Massa, el Frente para Todos gana una cantidad de votos considerable y conforma una gran preocupación para el oficialismo. Macri y Pichetto no lograron incorporar a nadie con la investidura política suficiente para poder restarle votos a los Fernández. Si a eso se le suman los distintos resultados que se están dando en las diferentes provincias de Argentina en las distintas elecciones que se están llevando a cabo, el peronismo parece ganar lugar frente a cambiemos.

Tanto Macri como los Fernández saben que solos no pueden, los aspirantes al sillón de Rivadavia necesitan consensuar, atraer, negociar, ceder.

Ahora bien, ¿Quién tendrá el privilegio de ostentar el mando presidencial? Solo basta leer las listas y ver qué puesto ocupa cada candidato y su relación costo-beneficio que traerá a la gobernabilidad del país. Lo único real, es que todas las incertidumbres, terminarán con la gran encuesta nacional, las famosas y cuestionadas PASO que se llevarán a cabo el 11 de agosto.

A partir de allí, empieza el verdadero juego político.

Escrito por

Abogada. Especialización en derecho laboral y sindical. Futura Licenciada en Administración Pública

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