La sociedad contemporánea argentina divaga en una ambigüedad de sensaciones políticas. Aquellos ciudadanos de a pie, alejados de las radicalizaciones políticas, desean un país con mejores y mayores oportunidades, y buscan líderes elocuentes que encarnen las ideas de un futuro deseable. Sin embargo, en la última década, ni los casos de Cristina Fernández y Mauricio Macri han sido reflejo de esto.
Esto ha dado protagonismo al surgimiento de nuevos actores políticos, provechosos de la situación, que intentan mostrarse como una alternativa de “cambio”. Estos agrupan la decepción, la frustración y el cansancio de la comunidad y lo simbolizan en ideas extravagantes y pocos convencionales, expresadas en enunciaciones convincentes y determinantes.
De esta forma, surgen figuras poco habituales en la política local, que se sumergen en el seno de la colectividad a partir de su acaudalado aparato discursivo y adquieren representación en un sector consumado por la política. En el caso de Argentina, este hecho se perpetra con la imagen política de Javier Milei, líder del partido liberal.
Es interesante considerar el factor discursivo en tiempos volátiles y candentes como un mecanismo decisión importante, que se ampara en el malestar popular. A raíz de esto, es posible observar una equivalencia en la estrategia discursiva utilizada por Milei en la actualidad, con respecto a la estrategia de Macri, en el año 2015. A continuación, se detalla lo mencionado.
En primer lugar, es adecuado conceptualizar el vocablo del discurso político y sus características para una mayor comprensión. Charaudeau (2009) lo entiende como, en posición de ejercicio del poder, “un actuar sobre el otro con fines de adhesión de este a sus promesas o a su acción” (p.262).
En cuanto a sus particularidades, el discurso político reside en la repercusión que toma en la ciudadanía, los cuales son sujetos motivados por valores, emociones y demás cuestiones que hacen a la integridad moral y psicológica de su persona. Así, toda expresión manifestada en el ambiente público debería estar ligada, preferentemente, a un entendimiento natural y sencillo por parte de la sociedad, ya que en la misma convergen una multiplicidad de opiniones, sentimientos y conocimientos, que invita a priorizar un razonamiento simple. Por ende, el orador busca alejarse relativamente de la razón y se inmiscuye en la formulación arbitraria de la verdad, pronunciando lo que él cree verdadero (Charaudeau, 2009).
Charaudeau (2009), declara que en el discurso político la verdad que se manifiesta es capciosa, producto de que lo que se enuncia públicamente carece de veracidad absoluta. Más bien, el discurso suele estar inyectado de una oralidad dramática y conmovedora, que tiene por fin lograr que los individuos empaticen con el relato y se sientan atraídos por el mismo.
En definitiva, retomando la intencionalidad de demostrar una equivalencia en la estrategia discursiva utilizada por Mauricio Macri y Javier Milei, es oportuno iniciar de la premisa teórica de Charaudeau, que parte de la composición de tres momentos discursivos: (1) probar que la sociedad se encuentra en una situación social juzgada desastrosa y que el ciudadano es la primera víctima; (2) determinar la fuente del mal y su responsable (adversario); (3) anunciar finalmente qué solución puede ser aportada y quién puede ser su portador (Charaudeau, 2009). Teniendo en cuenta los anteriores puntos se desarrollará la comparación.
1) La estrategia narrativa del macrismo se centró en influir en la pasión de los ciudadanos. Según Durán Barba (2010), la política es cuestión de pasiones, por tanto, el objetivo de la oratoria no debe transcurrir por el entendimiento de los problemas, sino por la interpelación personal de las emociones.
De esta manera, el método empleado por Mauricio Macri en sus declaraciones estuvo ligado a la apelación de los sentidos, ejecutada desde la suposición de que la captación personal se moviliza por el sentir emocional. El ciudadano es abarcado desde lo que siente, por lo que el razonamiento queda en segundo plano (Bonvillani, 2020).
En cuanto a la retórica liberal, es expresada en términos disruptivos, determinantes, atípicos y es efectuada bajo el liderazgo personalista de Javier Milei. El relevamiento de una figura de este tipo estuvo acentuado por la implementación de un discurso simplista y verborrágico, en un contexto argentino marcado por un deterioro en la calidad de vida y agotado de la política convencional.
Por lo tanto, este “outsider” se presenta como una alternativa a esa política tradicional. Acapara y suma adeptos a partir de su narrativa peyorativa de la realidad y de la formulación incesante de la incapacidad de los gobernantes de solucionar los problemas comunes. Sumado esto a la incertidumbre de la población con respecto a la situación económica, hace que Milei atraiga votantes.
2) Como bien manifiesta Charaudeau (2011), las afecciones que se deriven de un discurso están sujetas al contexto en el que fue pronunciado, de qué manera, por quién, etc. Por ende, teniendo en cuenta el escenario político del año 2015, tras doce años de una misma administración ideológica, resulta razonable que la narrativa discursiva del macrismo estuviera dirigida al sector oficialista del gobierno, es decir, al kirchnerismo.
De manera que la planificación llevada adelante por Mauricio Macri se caracterizó por la utilización expresa de los adjetivos “alegría”, “esperanza”, “optimismo”, en contraposición con el manejo crítico y confrontativo del antagonismo político atribuido al kirchnerismo. Se les atribuye a estos la pasión triste del enojo, la frustración y el rencor (Bonvillani, 2020).
En el caso de Javier Milei, el adversario es fácilmente identificable en la mayoría de sus discursos. Se refiere a ellos como la “casta”, aquella clase dirigente corrupta y perpetuada, que está alejada del pueblo y va en contra de sus intereses comunes, a fin de satisfacer su individualidad propia (EsDePolitólogos, 22/04/2022).
Asimismo, en el relato liberal, el problema siempre es el otro. Ese otro, generalmente, representa la figura del Estado, uno interventor, regulador, asfixiante y privativo de la libertad. Todo lo contrario a lo que el liberalismo pregona y defiende. Entonces, resulta, que el enemigo no solo es la “casta”, sino también el Estado.
3) En vísperas de las elecciones 2015, si alguien simbolizaba la idea de un “cambio” y se creía capaz de llevarlo adelante, era Mauricio Macri. El líder y fundador del Partido Republicano (PRO), se intuía con esa capacidad propietaria de acción. De modo que de esa posibilidad sobrevino una realidad, proyectándose, en términos electorales, como la “esperanza” de la Argentina.
Mientras que, la expectativa de soluciones se manifestaba a partir de la promesa de la felicidad y alegría, evitando los conflictos y alimentando el pensamiento crítico como garantía de bienestar (Bonvillani, 2020).
En el caso actual, la situación argentina está atravesada por problemas económicos, incertidumbre con respecto al futuro, ausencia de liderazgo en la clase dirigente y escasez de candidatos fuertes en los partidos tradicionales, inmiscuidos, a su vez, en peleas internas. Frente a este panorama, la figura de Javier Milei como un candidato consolidado en el seno de su partido, La Libertad Avanza, y siendo el máximo representante de este, le permite, con muy poco, ser un serio candidato para las elecciones entrantes.
Sin embargo, la presentación de soluciones a los problemas reales es un interrogante que Javier Milei y su equipo deben solucionar. No basta solo con describir efusivamente los males de la política y lo que no debería hacerse; es imprescindible un accionar concreto y factible. En política, es necesario actuar, ya que un discurso alejado de la acción carece de valor.
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente a los colaboradores y/o invitados y no necesariamente representan a Politólogos al Whisky
Bibliografía
Charaudeau, Patrick (2009) “Reflexiones para el análisis del discurso populista, en Discurso & Sociedad, Vol.3, N°2.
Charaudeau, Patrick (2011) “Las emociones como efectos del discurso”, en Versión, Vol.26.
Bonvillani, Andrea (2020) “La “Revolución de la alegría”. La pasión despolitizante del macrismo en las elecciones presidenciales de 2015 en Argentina”.
Alejandro Ojeda Garcés (14 de abril de 2022). Javier Milei, ¿un populismo libertario? EsDePolitólogos. https://esdepolitologos.com/javier-milei-un-populismo-libertario/
Alfredo Zaiat (8 de mayo de 2022). La mentira de Javier Milei. Página 12. https://www.pagina12.com.ar/420210-la-mentira-de-javier-milei
Andrés Daín (11 de agosto de 2021). El discurso de los “libertarios” de derecha. Cba24n. https://www.cba24n.com.ar/medios/102-3-fm/nada-del-otro-mundo/el-discurso-de-los–libertarios–de-derecha_a6113c6b3ef79ef0fb9601291
Luciana Mazzini Puga (30 de agosto de 2022). La lupa en los discursos: ¿Qué hay detrás de las palabras de Cristina, Larreta y Milei? Agencia de noticias científicas. https://agencia.unq.edu.ar/?p=6836
Hernán Cappiello (5 de septiembre de 2021). Javier Milei: el personaje surgido de la TV que seduce a los jóvenes con su discurso violento y antisistema. La Nación. https://www.lanacion.com.ar/politica/javier-milei-el-personaje-surgido-de-la-tv-que-seduce-a-los-jovenes-con-su-discurso-violento-y-nid05092021/
Muy acertado amigo, la falta de seriedad y el poder de los corruptos eleva a personajes como Milei. Esperemos que la gente recapacite ya que no es la solución