Un 24 de marzo pensado desde la perspectiva de la Justicia Transicional

Se cumplen 40 años ininterrumpidos de gobiernos democráticos en Argentina y su importancia como evento sociopolítico hace más interesante que nunca preguntarse por su vigencia a partir de dos interrogantes: ¿Por qué es importante pensar el 24 de marzo desde una perspectiva política activa? Y ¿por qué es imperativo pensar hoy la democratización como un proceso en desarrollo? Estas son las preguntas que intentaremos pensar en este escrito.

 Antes de entrar de lleno en nuestras interrogantes es necesario hacer una revisión de conceptos. Propongo que antes que pensar a la dictadura que gobernó el país entre 1976 y 1983 en términos de imposición de un modelo económico, la pensemos a partir de su intento de fundar un nuevo orden social con nuevas formas de articulación del Estado con la sociedad[1]. Escaparle al economicismo nos permite complejizar el pensamiento acerca del rol que tuvo el gobierno militar y sus intenciones de transformar el sentido común y la cultura de la sociedad argentina a largo plazo, con sus correspondientes implicancias sociopolítico-económicas.

 A partir de este análisis podemos inferir que crear una sociedad con valores antidemocráticos es parte de un proceso, como también lo es su contrario. Entendemos, entonces, que la democratización social es un proceso que enfrenta fuerzas reaccionarias en su camino y debe ser defendido a partir de una perspectiva política activa. El proyecto militar logró afectar el ejido social argentino, pero no llegó a permearlo y eso se hizo evidente en los primeros años de la recuperación de la democracia.

 Pensar el 24 de marzo desde la Justicia Transicional remite a describir las maneras en que nuestra sociedad decidió enfrentar los crímenes cometidos durante la dictadura. La Justicia Transicional cuenta con cuatro procesos[2] y Argentina sirve de ejemplo para todos ellos. El informe titulado ‘Nunca Más’[3], desarrollado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, entra dentro del proceso de la verdad, mediante el cual la sociedad busca conocer la profundidad de los crímenes cometidos. Los juicios a las juntas representan el proceso de justicia[4], el cual no necesita mayor explicación. Al proceso de reparaciones le corresponde de ejemplo las diversas leyes de reparación (económicas, culturales y sociopolíticas) centralizadas en la Dirección de Gestión de Políticas Reparatorias del Estado argentino. Por último, el proceso de reforma puede verse en acciones como la derogación de muchas (aunque no todas) las leyes decretadas por la dictadura, y en la institucionalización de unas Fuerzas Armadas democráticas.

 Visto de esta manera se entiende que la democracia no es algo que se puede dar por sentado, sino que crear un sentido común democrático que prevenga atrocidades masivas es parte de un proceso en el que diversas fuerzas políticas están enfrentadas. Esto nos lleva a pensar en el efecto que tiene la memoria, con su respectiva materialización en espacios culturales[5], en la sociedad argentina de hoy y su rol activo en la prevención de nuevos crímenes contra la humanidad. Una sociedad civil políticamente activa, programas educativos basados en la memoria histórica, expresiones artísticas emparentadas con la memoria y la creación de sitios de memoria[6] son todos actos motivados por la preservación de la memoria de las víctimas y la prevención de crímenes atroces. Solo pensando el 24 de marzo como parte de un proceso democrático en desarrollo podemos continuar una lucha políticamente activa contra las siempre presentes fuerzas antidemocráticas.


[1] Franco, M. (2016) La noción de dictadura “cívico-militar” La Plata: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

[2] Villalba Sandoval, C. (2011) Transitional Justice: Key Concepts, Processes and Challenges. Colchester: Institute for Democracy and Conflict Resolution

[3] CONADEP (1984) Nunca Más. Buenos Aires: Eudeba

[4] Whigham, K. (2022) Resonant Violence. Affect, memory and Activism in Post-Genocidal Societies. New Brunswick: Rutgers University

[5] Sitios de Memoria en Argentina

[6] Whigham, K. (2017) Remembering to Prevent: The Preventive Capacity of Public Memory. International Association of Genocide Scholars

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