Luego de la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva hubo celebración y desahogo por parte de sus seguidores. No obstante, en el horizonte empezaron a asomarse dificultades para el presidente electo.
Su asunción será el 1 de enero de 2023, marcando el primer suceso político de alta relevancia del año. Es la primera vez que el político brasileño deberá afrontar una agenda ultraderechista, dejada por Jair Bolsonaro.
Los desafíos van desde la oposición más fuerte en el Congreso, una configuración de gobernadores de diferentes partidos políticos y una sociedad económica y políticamente golpeada. ¿Qué implica cada uno de ellos?
- No tener mayoría en el Congreso: las bancas del Partido de los Trabajadores (PT) sumadas a las alianzas logradas en los últimos años no son suficientes para aprobar leyes. Se empezará a dar entonces una necesaria ida y vuelta de favores para obtener los votos.
- Gobernadores: el resultado de las elecciones en las 27 gobernaciones no favoreció al PT, que consiguió ganar en Bahía, Ceará, Piauí y Rio Grande do Norte. La coordinación federal se verá complicada por partidos de oposición en 14 estados.
- Sociedad golpeada y dividida: por un lado, veremos que el fuerte de los votos de Lula fueron por parte de las mujeres, los pobres y los católicos. Por el otro, nos encontraremos con una oposición con mensajes alarmantes para la estabilidad política y generadora de desconfianza pública que requerirá la defensa de las instituciones.
Aún cuando parece que estas dificultades oscurecen el panorama lo suficiente, también habrá cuestiones inmediatas como el dinero necesario para los gastos presupuestados por el Presidente Bolsonaro. Esto sin profundizar en las complejidades que deberá hacer frente el Gobierno respecto a los temas del hambre, el medio ambiente y la posición de Brasil a nivel internacional.
No obstante, se proyecta que la adversidad del escenario político, económico y social sea impulso para implementar mejores decisiones político-democráticas que resulten en reconciliaciones políticas y sociales entre sectores que se han polarizado.
La voluntad de Lula para el 2023 propone cambios para un país con muchos reclamos, con base en principios de gobernabilidad.