“No negamos la realidad, pero no me dejo angustiar por las encuestas de los fin de semanas” afirma el presidente chileno Gabriel Boric, cumplidos los primeros 50 días de mandato en una entrevista exclusiva con 24 Horas Central.
La semana pasada el sondeo semanal de la encuestadora Cadem demostró la continua caída de la popularidad del mandatario. En menos de dos meses de su asunción, la desaprobación del presidente alcanza el 53% y su aprobación continúa bajando, llegando al 36%. La intención de llevar a cabo grandes cambios y reformas estructurales en el sistema político de un país no es una tarea sencilla.
Esta situación, acompañada de un alto nivel de expectativas ansiosas de una ciudadanía que se ha sentido desamparada por años, nos lleva a afirmar que los resultados de baja popularidad no son una noticia inesperada. Sin embargo, como en ciencia política descreemos de las explicaciones sencillas, vamos a repasar algunos de los principales factores relacionados a estos resultados de percepción de lxs ciudadanxs frente al complejo -¡y desafiante!- oficio de gobernar Chile. Empecemos.
En primer lugar, el año 2022 es el anunciado año de reducción del crecimiento económico para Chile y se hace evidente una inflación que supera a la acostumbrada. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) destacó en marzo de este año que: el índice de precios al consumidor (IPC) tuvo un incremento mensual de 1,9%; hubo alzas en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas y de educación; hubo una variación acumulada de 3,4% en lo que va del año, junto a un alza a doce meses de 9,4%. El alza del costo de la vida es un problema que debe enfrentar el gobierno. Como bien sabemos, la sostenibilidad de la política económica de un país es la custodia de los proyectos políticos y reformas que se quieran llevar adelante.
Otro factor presente hoy en Chile es la cuestión de la inseguridad que afecta a lxs ciudadanxs. Y en esto destaca fervientemente el conflicto entre el pueblo mapuche y el estado chileno en La Araucanía. Esta escalada de violencia hereditaria y estructural no ha tenido cambios sustantivos en estos primeros 50 días de mandato, y los intentos de diálogo han fracasado en su mayor parte. Las demandas por la declaración de un estado de excepción se hacen presentes, pero Chile no puede seguir atacando el problema mediante la represión. El gobierno de Boric está trabajando en nuevas estrategias para abordar esta situación. Desde el mismo gobierno el conflicto se concibe como un problema de la sociedad chilena: el Estado nación de Chile ha relegado históricamente al pueblo mapuche.
Un gran detalle a tener en cuenta, es que el sondeo de Cadem se llevó a cabo la tercera semana de abril, luego de que el Congreso rechazara dos proyectos de ley que buscaban permitir a las personas el retiro del 10% de sus pensiones, en un escenario en el que la construcción de mayorías es complicada, y se afrontan serias dificultades desde el gobierno para ordenar a su coalición. El sistema de pensiones es un problema complejo que arrastra el país, y los retiros de los ahorros para la vejez son importantes para la ciudadanía. El desencanto frente al rechazo de los proyectos por parte del parlamento puede haber sido capturado por este sondeo.
Por último y no por eso menos importante, el proceso de cambio en el país chileno depende de la Convención Constituyente, que se encuentra redactando el proyecto de la constitución que reemplazaría a la actual -vigente desde el año 1980-. El porvenir del gobierno de Boric está subordinado a los resultados de este proceso, y se ha instalado una tendencia en favor del “rechazo” en el plebiscito de salida del 4 de septiembre que definirá si la ciudadanía está de acuerdo con el texto de una nueva Constitución Política de la República. Esto también se puede visualizar claramente en los sondeos de Cadem, en donde el rechazo (46%) se mantiene por cuarta semana consecutiva por encima del apruebo (37%) y la confianza en la convención sigue disminuyendo llegando a su punto más bajo del 41%.
El camino no está fácil para el romántico presidente chileno que afirma ser un optimista empedernido. Y nosotrxs pensamos… ¡y si!