El inicio de diciembre de 2020 marcó el comienzo de un G20 presidido por una de las potencias integrantes de la Unión Europea: la República Italiana. En palabras del propio Primer Ministro Giuseppe Conte, la conducción italiana responderá esencialmente a tres propósitos que se desprenden del escenario actual mundial: población, planeta y prosperidad. En este sentido, ¿cómo se adecuará el multilateralismo, frente a un 2021 que se suscita muy desafiante?
El G20: Haciendo un poco de historia. Presidencia Saudí (2020)
El denominado Grupo de los Veinte (G20), es un foro de instancia mundial compuesto por 19 Estados permanentes (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, reino Unido, Rusia, Sudáfrica, y Turquía), más la Unión Europea. A su vez, este conjunto de naciones cuenta con 14 organizaciones mundiales asociadas, siendo siete regionales y la otra mitad mundiales: entre ellas, las más conocidas son las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional. Además, representa al 60% de la población mundial, y un 80% de la economía global (y el 75% del comercio) [1]. En cuanto a la composición del conjunto de naciones, se evidencia una clara presencia de potencias occidentales en torno a una articulación principalmente económica, constituyéndose así en el “eje representativo de las potencias modelo de la economía de mercado” [2].
El grupo nació en diciembre de 1999, cuando se llevó a cabo la primera reunión en Berlín, con el objetivo de reunir a los representantes de las economías más desarrolladas del planeta y en pos de problematizar los tópicos más importantes en el curso evolutivo de la economía global. A partir de 2009, el término G20 reemplazó a la denominación previa G8+11, durante la cumbre celebrada en Pittsburg (Estados Unidos), en uno de los años más agitados económicamente hablando, debido a la crisis financiera mundial desatada en 2008.
La última cumbre celebrada en noviembre de 2020, bajo la presidencia (de rotación anual) de Arabia Saudita, estuvo caracterizada fuertemente por el impacto de la pandemia mundial del COVID-19, más una creciente y notoria preocupación por el cambio climático. De hecho, los pilares más destacados de la presidencia saudí del G20 giraban en torno a empoderar a la población (en cuanto al desarrollo de habilidades productivas, es decir, educar a los sujetos para su inserción en el mercado de trabajo), el cuidado del planeta, y la conformación de nuevas fronteras (ante el indiscutido avance de las tecnologías digitales). Si bien la presidencia del Reino Saudita comenzó en diciembre de 2019, la misma estuvo signada por la crisis sanitaria a escala global. Por ello no fue sorprendente que durante la cumbre celebrada en Riad, los temas que se discutieron con mayor intensidad fueron la urgencia de frenar el avance del coronavirus (mediante la creación y aplicación de vacunas) y el cambio climático [3]. Estos dos últimos se constituyen en cuestiones heredadas por Italia en 2021.
Los desafíos de la Presidencia del G20 Italia luego de un 2020 crítico
Italia, séptima economía mundial integrante del G7 y tercer socio en importancia de la Eurozona, vivió un 2020 agitado desde un principio: rápidamente, el COVID-19 se expandió a lo largo y a lo ancho de la Península, convirtiéndose en la nación más afectada del mundo por la pandemia [4]. En este sentido, las vicisitudes que enfrentó el país europeo durante el año pasado, han demostrado la resiliencia y la capacidad de encarar retos tan desconcertantes: la aplicación de una cuarentena nacional por más de cuarenta días, la paulatina reapertura del país con extremas precauciones sanitarias y de circulación, más el sostenimiento económico (por parte del Estado) tanto de familias como de empresas en situación de dificultad. Pero no sólo eso: Italia, además de sus capacidades económicas, tecnológicas y/o militares, es cuna de gran parte del patrimonio intangible de la humanidad: su enorme legado artístico y cultural, que convierten al país en una potencia del softpower por derecho propio.
Por todos estos motivos, no resulta sorprendente que los tres ejes de la Presidencia Italiana del G20 sean: Personas, Planeta y Prosperidad, tal lo anunciado por el Premier Giuseppe Conte durante el acto de asunción en diciembre de 2020. En palabras de Giuseppe Manzo, Embajador italiano ante la República Argentina, la meta de Italia es “apostar al futuro de nuestro planeta y de las jóvenes generaciones, y (…) en esto también podemos contar con el apoyo de países amigos y hermanos como Argentina” [5]; por lo tanto, los tres pilares son:
- Personas: Italia impulsará una agenda global a fin de contrarrestar los efectos que la pandemia ha causado en todo el mundo. Es preciso que la salud y el desarrollo vayan de la mano con la economía; ergo resulta crucial la necesidad de luchar contra la pobreza, la precariedad de los sectores más vulnerables, la exclusión y la desigualdad.
- Planeta: Como nación suscrita al Acuerdo de París, y en consonancia con los objetivos primigenios tanto del Green Deal como del Plan Europeo de Recuperación Económica (Recovery Fund), Italia impulsará la adopción de medidas tendientes al cuidado y protección del medio ambiente, y a la proliferación de energías renovables y limpias. El cambio climático es una realidad y, asimismo, el país europeo ve con urgencia el poder cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas (SDG).
- Prosperidad: Debido a que la República Italiana es uno de los países líderes en cuanto a desarrollo de tecnologías cibernéticas y emprendimientos start ups, uno de los pilares del G20 Italia consistirá en poder hacer una contribución de peso a desacelerar la brecha digital y la desigualdad que existe en el acceso a tecnologías, sobre todo en los países menos desarrollados. Se trata de un desafío ambiciosos que, sin duda, impactará tanto en la educación como en el trabajo de las generaciones futuras.
Pensando en un nuevo multilateralismo ¿guiado por Italia?
Desde la crisis capitalista mundial del año 2008, el escenario internacional ha cambiado su configuración hacia un mundo bipolar de competencia en donde la indiscutida hegemonía estadounidense de antaño no parece ser tan clara en la actualidad: fundamentalmente desde la llegada de D. Trump a la Casa Blanca, la mentada “guerra comercial” entre EE.UU. y China por imponer las reglas de juego, dan cuenta de un orden internacional en disputa, evidenciando así una crisis del multilateralismo sustanciada en la amenaza percibida por la emergencia de un “nuevo” actor de poder mundial [6].
En tanto, se puede evidenciar un nuevo golpe al corazón del sistema capitalista mundial, de la mano de la crisis provocada por el COVID-19 en 2020, y que continúa hasta hoy. Tanto las restricciones sanitarias como las políticas adoptadas por los Estados parecen no ser suficientes para frenar definitivamente los graves efectos que la pandemia ha surcado a lo largo del globo. A corto y mediano plazo hace falta algo más: un profundo cambio en el capitalismo. Al respecto, la brillante economista ítalo-estadounidense Mariana Mazzucato (quien cuenta con el visto bueno del Papa Francisco, por sus propuestas y trabajos en pos de una economía menos desigual y excluyente) advierte que si el capitalismo no cambia, si no hay una verdadera política estatal basada en el crecimiento, en la inclusión y no solamente en una mera redistribución, fenómenos como el de Donald Trump en Estados Unidos o el de Matteo Salvini en Italia se replicarán sucesivamente [7]. En referencia a esto último, quizás el G20 Italia sea la oportunidad dorada para hacer frente a todos estos desafíos desde un multilateralismo renovado, y tendiente a poner el foco tanto en el desarrollo económico, pero sin descuidar a las personas ni al ambiente natural que acoge a todos.
Referencias
[1] Sitio Oficial del G20 (2021). Online: https://www.g20.org/en/il-g20.html/
[2] Pérez Pedredo, E. (2016). G20: Estructura y adecuación a sus finalidades en el marco organizativo e institucional internacional. Revista Estudios de Deusto, 64(1), pp. 207-226. Doi: 10.18543/ed-64(1)-2016pp207-226.
[3] Calle Aguirre, M. (2020). La cumbre del G20 se compromete con la vacuna del Covid y el cambio climático. France24, recuperado de: https://www.france24.com/es/medio-oriente/20201122-cumbre-g20-compromisos-cambio-climatico-vacuna-covid19/
[4] Polizzi, M. (2020). Italia frente a la emergencia del COVID19: radiografía de un país en crisis. Centro de Estudios de Política Internacional CEPI UBA. Recuperado de: https://www.cepiuba.com/post/italia-frente-al-coronavirus/
[5] Manzo, G. (2020). “Personas, planeta y prosperidad” contra polución, pobreza y pandemia. Perfil online. Recuperado de: https://www.perfil.com/noticias/opinion/giuseppe-manzo-personas-planeta-y-prosperidad-contra-polucion-pobreza-y-pandemia.phtml/
[6] Nye, J. (2018). A Time For positive Sum Power. The Wilson Quarterly. Recuperado de: https://www.wilsonquarterly.com/quarterly/the-fate-of-the-international-order/a-time-for-positive-sum-power/
[7] Mazzucato, M. (2019). Se non cambiano il capitalismo ci sara’ l’avanzata di un nuovo fascismo cavalcato dai Trump e dai Salvini. Bussiness Insider Italia. Recuperado de: https://it.businessinsider.com/mazzucato-se-non-cambiamo-il-capitalismo-ci-sara-lavanzata-di-un-nuovo-fascismo-cavalcato-dai-salvini-e-dai-trump/ (traducción propia)
Un comentario en “El G20 y la Presidencia italiana: desafíos y oportunidades en un mundo ¿post-pandémico?”