El 23 de junio de 2016 marcó un antes y un después en la relación entre el Reino Unido y el resto de Europa, los ciudadanos británicos votaron a favor de abandonar la Unión Europea, por ese entonces ninguno de los actores involucrados creyó que el proceso tendría tal complejidad y sería tan lento.
Está decisión tuvo tal efecto a nivel global, que dentro del sistema internacional se ha llegado a creer que la salida del Reino Unido de la UE sería el hecho que marcará el comienzo del final de dicha unión. A más de tres años de que los ciudadanos hayan proclamado sus deseos de un Reino Unido independiente, las opiniones sobre el futuro de la Unión Europea han cambiado, y son diversas.
Por cuarta vez en cinco años, el jueves 12 de diciembre los británicos celebraron elecciones legislativas una vez más, y en esta oportunidad con una histórica convocatoria de votantes. Tanto el Partido Conservador como el Laborista, se han encargado de promover las elecciones por múltiples medios y redes sociales, invitando a los ciudadanos a votar y manifestar su voz en las urnas. Pese a la frustración y el enojo de los británicos por un Brexit que parece no tener fin, los ciudadanos se han acercado a ejercer su derecho a los diferentes Polling Stations de forma masiva. En este sentido, y sin importar los resultados, la política inglesa ha dado un vuelco importante, teniendo en cuenta que la participación ciudadana en los comicios ha decaído notablemente en los últimos años, y más aún desde el escandaloso Brexit. El cansancio y el escepticismo de la población no generaba ninguna esperanza de que estas nuevas elecciones tengan un resultado sobresaliente en convocatoria, sin embargo y contra todo pronóstico, las filas de personas en los centros de votación fueron sorprendentemente extensas (con el 67% de participación de la ciudadanía británica)
Contra numerosos sondeos y encuestas, el actual Primer Ministro Boris Johnson ha ganado por amplia mayoría. Johnson ha llevado al Partido Conservador a una de sus victorias electorales más impactantes de las últimas décadas, pero el impulso con el que ha logrado ese triunfo es nada más y nada menos que cumplir con el mandato del referéndum de 2016 y culminar la tarea del Brexit. En un clima de celebración y victoria, resuenan las mismas preguntas que al inicio de las negociaciones de salida: ¿Cómo sigue el camino Brexit?
La negociación de salida del Reino Unido de la Unión Europea corre una carrera contra reloj, la fecha límite se acerca, y aún no se registran notables avances que inviten a un desenlace favorable, lo cual implicaría que múltiples áreas de cooperación, como el comercio, las aduanas, la movilidad de personas, y los asuntos económicos, entre otros, queden a la deriva de la compleja situación que comprende la salida de la Unión Europea. Si bien el Reino Unido siempre ha tenido una tendencia más independiente de lo que es la integración europea, la realidad es que fácticamente la Unión está más presente en el suelo británico de lo que muchos creían.
Ciudadanos, empresas y organismos estatales, dependen de la resolución que emergerá de las negociaciones en Westminster y en Bruselas, aguardando un resultado favorable para el desarrollo de su actividad. Sin embargo, los conflictos internos en el Parlamento británico y el rol del Primer Ministro Boris Johnson, no han sido favorables en el marco de las sesiones parlamentarias, ya que cada oportunidad que se ha dado para negociar el acuerdo de salida ha tenido obstáculos tanto por parte de los conservadores como de los laboristas. En este sentido, el Brexit ha sido un actor protagonista a su vez, de la crisis económica en la que se encuentra la Unión Europea en su conjunto.
La incertidumbre política y la especulación económica han dado tierra fértil a lo que podría ser la nueva crisis de la Unión Europea, si bien está crisis también golpearía al Reino Unido, las consecuencias se verán fuertemente en la economía de Europa, y sobre todo en países que poseen una deuda soberana o pasivos bancarios subordinados, como España, Irlanda, Grecia y Portugal, los cuales dependen o han dependido alguna vez, de programas de asistencia financiera de la Unión Europea. La realidad es que, más allá de lo que la integración ha logrado desde sus comienzos y la cooperación que se alcanzó entre los Estados miembros, la Unión Europea está atravesando una inestabilidad hace años y la cuestión del Brexit fue el determinante para que hoy en día los analistas de política internacional se pregunten hacia dónde va el futuro de la ejemplar Unión Europea.
Una cuestión sumamente crítica que implica el Brexit son los cabos sueltos que hay en cuestiones migratorias. Frente a la creciente crisis de inmigrantes y refugiados en Europa, en inevitable pensar en cómo el efecto del Brexit afectará al crecimiento de esta situación en la región. Por décadas, y en diferentes momentos de la historia, Europa ha sido el destino de los asilos políticos y de los refugiados del mundo, sin embargo, la situación actual de la inmigración ilegal, se ha vuelto un gran tema de discusión entre los Estados miembros y los mismos ciudadanos europeos. El Reino Unido no ha sido la excepción, uno de los temas más cuestionados dentro del Parlamento y en la mesa de negociación con Bruselas ha sido la inmigración. El país británico ha alojado a miles de inmigrantes desde la primera ola migratoria en Europa, y el cambio en materia legislativa que implica el Brexit deja cierta incertidumbre del futuro de los no-británicos.
Frente a este escenario agitado y un clima imprevisible, la Unión Europea se encuentra con el desafío de reinventarse para volver a ser lo que una vez fue: un bloque de naciones unidas por la cooperación y el bienestar de la región en una integración que alcanzó todos los niveles posibles a los que podría llegar. La determinante decisión del Brexit fue un punto de quiebre para la integración regional, analizando las dificultades con las que hoy se encuentra el Reino Unido para negociar su salida y los efectos que tendrá en todos los niveles la salida del bloque, tanto internamente como a nivel regional, ha marcado un precedente y un ejemplo para todos aquellos Estados miembros que han evaluado alguna vez abandonar la integración.
En un mundo cambiante, desafiante y muchas veces más negativo que esperanzador, la Unión Europea es una luz en tanta oscuridad. El trabajo en conjunto que se ha hecho brindando ayuda humanitaria, ha sido de un nivel de valentía y cooperación ejemplares para el resto del mundo, y si bien algunos Estados sacan ventaja del negocio de la solidaridad, no es en vano pensar que sin la ayuda y el asilo otorgado por la Unión Europea el número de vidas perdidas hubiese sido mucho mayor.
El Brexit llegará a su fin y las riñas entre la UE y el Reino Unido cesarán, dejando un sinfín de efectos positivos, y negativos, que cambiarán el histórico bloque europeo. El escenario internacional está expuesto a cambios inminentes: los cambios de roles, el poderío asiático, la presencia de medio oriente, la pérdida de poder estadounidense, la disolución y la creación de nuevas alianzas. Todo este conjunto de aspectos, modificarán el tradicional espectro con que se analizan las relaciones internacionales. Son tiempos de cambios y de incertidumbre, donde los protagonistas se reasignan y la sinergia global a la que el Sistema Internacional se enfrenta, ya no será igual.
Un comentario en “Brexit: Warning! Side effects may appear (¡Advertencia! Pueden aparecer efectos secundarios)”