Afilando cuchillos: el oscuro panorama de la política en Puerto Rico

“Si el pueblo entero quiere que te vayas, caradura, y tú te quedas, entonces estamos en dictadura..” estrofas de una reciente canción de los artistas René Pérez, mejor conocido como  Residente y el rapero Bad Bunny, que se unieron para manifestar el descontento del pueblo puertorriqueño frente a los sucesos de la última semana. Puerto Rico está atravesando una crisis política de representación, enmarcada en corrupción e inoperancia frente a las necesidades del país caribeño; sin embargo no fue hasta esta última semana, que el pueblo salió a las calles a manifestarse y exigir la renuncia del actual gobernador Ricardo Rosselló. 

El enojo del pueblo yace en la filtración de casi 900 páginas de chats de un grupo privado de Telegram entre Rosselló y otros funcionarios públicos, en los cuales intercambian mensajes ofensivos, misóginos, de burla, homófobos y discriminatorios sobre políticos, periodistas y celebridades, en un escándalo al que le han llamado “RickyLeaks”. En estos mensajes, los  integrantes del gabinete y el mismo Ricardo Rosselló, se refieren al pueblo de Puerto Rico como “cuervos” a los cuales “les arrojaron cadáveres”, haciendo referencia a las víctimas del pasado huracán María, donde fallecieron más de 60 personas y hubo cientos de víctimas afectadas. 

Los ciudadanos puertorriqueños, se concentraron masivamente en las calles de San Juan. La convocación a la protesta, fue acompañada por mensajes en las redes sociales por artistas originarios de Puerto Rico, como Ricky Martín, René Pérez,  Luis Fonsi y Daddy Yankee, entre otros. Pero sin embargo, ante la pública exigencia de renuncia, Ricardo Rosselló se ha negado a abandonar su mandato.

En palabras del mismo gobernante: “Mi responsabilidad, y siento que es una gran responsabilidad, es con el pueblo de Puerto Rico que me dio la oportunidad de servir como gobernador” , pero sin duda sus palabras no apaciguaron al pueblo caribeño. El descontento y el enojo en las calles es palpitante, y no pareciera que vaya a cesar en algún momento, sin la renuncia del actual gobernador. Las protestas fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad, haciendo uso de  gas lacrimógeno y arrestando a algunos manifestantes que sobrepasaron el perímetro de resguardo del Capitolio de San Juan. Frente a los incesantes reclamos, el oficialismo únicamente transmite el mensaje certero, de que no irán a ninguna parte y cumplirán el tiempo que les queda de su mandato. 

Exigiendo tu renuncia, pa’ que nadie salga herido

To’ el mundo unido, no importa el color de tu partido

Esto salió temprano, pa’ que te lo desayunes

La furia es el único partido que nos une

Frente al escenario actual, no es fácil pensar en una pronta estabilidad para Puerto Rico, pero lo que sí es seguro, es que los puertorriqueños seguirán luchando para todo aquello que atente contra su libertad y su bienestar, haciendo prevalecer el objetivo de establecer un sistema legal y político limpio, con gobernantes que respeten a los ciudadanos y a las instituciones democráticas. 

El escándalo ha escalado a nivel internacional  y se ha difundido por todos los medios de comunicación. Muchos ciudadanos puertorriqueños que residen en otros países también se manifestaron, como por ejemplo la comunidad puertorriqueña en Miami, quienes convocaron a una protesta pacífica pidiendo la renuncia del gobernador.  En las últimas horas, el presidente del Partido Demócrata de Estados Unidos, Tom Pérez, expresó su decepción por las expresiones “impropias” del gobernador Ricardo Rosselló. El martes, la Casa Blanca declaró que los eventos recientes en Puerto Rico revalidan las acusaciones de corrupción hechas por el presidente Donald Trump contra el gobierno de la isla.

Sin duda, la situación actual de Puerto Rico se asemeja con las crisis políticas y sociales que están afectando a las democracias latinoamericanas desde hace ya unos años, y esto hace inevitable las comparaciones entre los gobiernos de la región. Los patrones de corrupción, represión e individualismo, se repiten en todas las crisis democráticas y en cada líder que se compromete a salvar al régimen. El valiente rol de la ciudadanía es sumamente importante en la búsqueda de la estabilidad y orden, por eso se debe recordar que el pueblo es el titular del poder y que quienes lo representan, deben limitarse a eso mismo: a representar y rendir cuenta de sus acciones a los ciudadanos, cumpliendo el rol político que le ha sido otorgado popularmente.

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