Keir Starmer hizo una advertencia el día martes 29 de julio que el Reino Unido reconocerá a Palestina como estado soberano en septiembre en la Asamblea general de las Naciones Unidas, a menos que Israel acepte el alto al fuego y dé indicios de paz a largo plazo. Fue una decisión tomada luego de una reunión de ministros poco habitual en verano para tratar temas relacionados a Gaza.

En estos días, la situación en la franja de Gaza ha suscitado una marea de manifestaciones internacionales por la conducta del estado de Israel durante los 21 meses de guerra, especialmente cuando salieron a la luz las imágenes de niños palestinos demacrados en el territorio y las crecientes muertes que hubo a
causa de la hambruna a lo largo de Palestina. El comunicado de Starmer señala que Israel no debe anexionar Cisjordania y que mantenga en vigencia la solución pacífica entre los estados israelí y palestino. Por otro lado, también Starmer insta al grupo Hamás a todos los rehenes restantes, firmar un alto al fuego y no desempeñar ningún papel en el gobierno de Gaza.

El ministro de Relaciones exteriores de Israel rechazó el anuncio del primer ministro británico afirmando que es una “recompensa a Hamás” y perjudica los esfuerzos de implementar un alto el fuego en Gaza y liberar a los rehenes restantes.

La decisión de Starmer tuvo un impacto a nivel global, el primero en reaccionar fue Francia, ya que el ministro de relaciones exteriores Jean Barrot dijo que el Reino Unido se suma a lo propuesto por Francia de reconocer la soberanía del estado de Palestina, como ya lo había hecho el presidente francés, Emmanuel Macron. Donald Trump, también respondió a la decisión del primer ministro británico y dijo que “Estados Unidos no va a seguir la línea del Reino Unido y de Francia, coincidiendo con Israel.

Otras figuras de asuntos exteriores como el de Arabia Saudita, el vicepresidente del gobierno autónomo de Palestina Hussein Al Sheikh, quien dijo “esta decisión muestra el respeto hacia al Derecho Internacional y a la legitimidad”, el primer ministro de Escocia, John Swinney celebró la decisión pero no debe ser condicional y la decisión debe ser respaldadas por sanciones contra Israel si continua la violencia.

La decisión tomada no fue fácil para Keir Starmer, porque se sintió presionado desde la interna del partido laborista (Partido político donde pertenece) por adoptar una línea más dura hacia Israel, luego de la decisión tomada por Macron de reconocer la soberanía de Palestina en Septiembre y Francia siendo la primera nación del G7 en reconocerla.

Starmer dijo que iba a tomar esta decisión porque consideraba “Intolerable” esta decisión y que según él, la situación empeora día a día, como también a la preocupación por la disminución de la posibilidad de una solución de dos estados no es posible.

El ministro de asuntos exteriores del Reino Unido David Lammy, reiteró la posición de Starmer el martes, afirmando que el Reino Unido reconocería al estado de Palestina si Israel no detiene su campaña militar en Gaza y en su intervención en las Naciones Unidas, Lammy insistió a Israel a poner fin a esta “Terrible solución” en Gaza y a comprometerse con una paz sostenible basada en una solución de dos estados, donde Reino Unido promete proteger la viabilidad sosteniendo que no hay contradicción entre el apoyo a la seguridad de Israel y al apoyo de la creación del estado de Palestina.

Otros países como España, Irlanda y Noruega ya reconocieron al Estado Palestino el año pasado, pero hasta el momento otras naciones europeas se han mostrado obstinadas reacias a mostrar el reconocimiento a Palestina como estado soberano.

En este contexto internacional de creciente tensión internacional, el anuncio de Starmer representa un giro significativo en la política exterior británica que es un movimiento muy relevante, ya que sus predecesores no han tenido el mismo punto de vista que hoy Starmer manifiesta sobre el conflicto Palestino-Israelí, ya que no han tuvieron la intención de reconocer a Palestina como estado soberano en la Asamblea de las Naciones Unidas sin ninguna solución negociada y reconocer el derecho al estado de Israel de defenderse, postura que han tomado los conservadores y los ex primeros ministros laboristas Tony Blair (1997-2007) y Gordon Brown (2007-2010), aunque la mayoría coincidía en respaldar una
solución de dos estados, por medio de negociaciones directas entre Palestina e Israel en foros internacionales.

Más allá de un impacto inmediato que pueda tener, la propuesta refleja una creciente preocupación internacional por la situación humanitaria en la región y la falta de avances hacia una solución duradera a un conflicto que lleva varios años. El mensaje no solo apunta a ejercer presión sobre Israel sino también en reposicionar al Reino Unido como un actor comprometido con la solución de dos estados. De concretarse esta medida se abre un nuevo frente de debate sobre la eficacia de este tipo de reconocimientos unilaterales y sus consecuencias en un conflicto históricamente enquistado.

El gesto británico refleja un punto de inflexión en su propia política exterior al reavivar el debate global sobre la justicia, la soberanía y la paz en Medio Oriente. La política exterior de Starmer realiza una invitación a una reflexión más amplia sobre el papel de la diplomacia, el equilibrio entre la seguridad y los derechos humanos y la necesidad de impulsar un camino hacia la paz basado en el dialogo y en el respeto mutuo, adoptando una actitud más activa o incluso más crítica ante el estancamiento de nuevo proceso de paz.

Fuentes consultadas

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