En diciembre de 2020, Argentina dio un paso trascendental e histórico en la lucha por los derechos reproductivos al legalizar el aborto, permitiendo a las mujeres decidir sobre su cuerpo de manera segura y legal. Sin embargo, no han faltado voces críticas que sugieren que esta medida podría tener efectos no deseados en la sociedad.
Una de estas voces fue la del presidente Javier Milei, quien, en una reciente intervención durante su discurso de cierre en el foro AmCham, vinculó la caída de la tasa de natalidad en el país con el acceso al aborto legal. “Ahora se están dando cuenta
que se les pasó la mano en atacar a la familia, a las dos vidas, y lo estamos pagando con caídas en la tasa de natalidad; ahora el miedo es que el mundo se quede sin gente. Lo hubieran pensado antes”, afirmó.
Si te querés suscribir a los Newsletter PAW, podés hacerlo haciendo click acá
Según Milei, la legalización del aborto ha influido en las decisiones
reproductivas de las mujeres, por lo que hoy en día hay menos nacimientos. Esta interpretación parece simplificar un fenómeno mucho más complejo, en el que influyen numerosos factores. Atribuir la caída de la natalidad exclusivamente al aborto ignora
otras variables sociales y económicas que juegan un papel mucho más relevante.
¿Está cayendo realmente la tasa de natalidad en Argentina?
La baja en la tasa de natalidad no es un fenómeno exclusivo de Argentina: es una tendencia global. Desde hace décadas, muchos países experimentan un descenso sostenido en el número de nacimientos, producto de transformaciones sociales, económicas y culturales. En este contexto, la baja en la tasa de natalidad argentina comenzó a hacerse visible a partir del año 2014, mucho antes de la legalización del aborto, y se consolida en el año 2020, lo que confirma que se trata de un proceso que ya se venía gestando.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestran que esta disminución es especialmente marcada en el segmento poblacional más joven, es decir, entre las adolescentes y mujeres de entre 20 y 24 años, que históricamente concentraban una gran parte de los nacimientos. Esto indica una transformación en las decisiones reproductivas, probablemente relacionada con el acceso a la educación, la anticoncepción y los cambios en las expectativas de vida de las mujeres jóvenes.
Los factores sociales y económicos que explican la caída de la natalidad
- La incorporación de la mujer al trabajo
Con el aumento en la participación femenina en la fuerza laboral, muchas mujeres han optado por retrasar la maternidad. La educación superior y la búsqueda de una carrera profesional han llevado a que muchas mujeres posterguen la decisión de tener hijos, lo que contribuye a una menor tasa de natalidad.
- Factores económicos
La situación económica del país también juega un papel fundamental. La inseguridad económica, el alto costo de vida, la falta de acceso a viviendas adecuadas y la incertidumbre sobre el futuro financiero han influido en la decisión de muchas mujeres de tener menos hijos.
- Las mujeres son quienes más sufren el impacto de las crisis económicas
En épocas de recesión, las tasas de pobreza y desempleo femenino aumentan desproporcionadamente. Según un informe de la Cámara Argentina de la Mujer, el 60% de las personas que se encuentran bajo la línea de pobreza son mujeres. La inseguridad económica y la imposibilidad de acceder a servicios de salud de
calidad también influencian su decisión de postergar o no tener hijos.
- Mejora en la educación y el acceso a la anticoncepción
El acceso generalizado a métodos anticonceptivos e información ha permitido que las mujeres puedan decidir sobre las condiciones para ser madres.
¿Qué muestran los datos?
Desde la legalización del aborto en diciembre de 2020, el Ministerio de Salud de la Nación ha registrado un total de 283.000 interrupciones voluntarias y legales del embarazo (IVE/ILE) realizadas en el sistema público hasta diciembre de 2023. Solo en
2023 se efectuaron 107.505 procedimientos, lo que representa un aumento del 10% con respecto al año anterior. Esto implica una tasa nacional de entre 7 y 8 abortos por cada 1.000 mujeres en edad fértil, con variaciones según la provincia.
Por otro lado, los nacimientos continúan en descenso. En 2023 se registraron 460.902 nacimientos, la cifra más baja de los últimos 50 años. Esto representa una disminución del 7% con respecto a 2022 y más del 40% si se compara con 2014. La tasa global de fecundidad ha caído a 1,33 hijos por mujer, ubicándose muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2,1 hijos por mujer. Esta tendencia descendente se observa de manera sostenida en todas las regiones del país, siendo particularmente marcada en provincias como Tierra del Fuego (61% de caída desde 2014), Santa Cruz (56%) y Chubut (49%).
¿Desde qué lógica se analiza la caída de la natalidad?
Resulta fundamental cuestionar desde qué perspectiva se interpreta el descenso en la tasa de natalidad: ¿Dónde faltan nacimientos? ¿Quiénes son las madres? ¿Estamos pensando en términos puramente productivistas, desde una lógica que evalúa a las mujeres como “madres potenciales” necesarias para sostener la estructura económica o poblacional de un país?
Es necesario recordar que no se trata solo de cuántos hijos nacen, sino de quiénes los tienen bajo su deseo, en qué condiciones y con qué garantías de derechos. Las mujeres no pueden ser consideradas meramente como instrumentos para resolver un
problema demográfico. El descenso en la natalidad, especialmente entre las más jóvenes, también puede interpretarse como un signo de mayor autonomía, mejores herramientas para planificar, y una mayor conciencia sobre lo que implica criar en contextos de vulnerabilidad.
En este sentido, el Estado debe garantizar los derechos reproductivos sin interferencias basadas en creencias personales o ideológicas. Las políticas públicas deben apoyarse en datos empíricos, evidencia científica y en los principios de los derechos humanos. La legalización del aborto en Argentina refleja ese compromiso: proteger la salud, la autonomía y la vida de las mujeres, no imponer decisiones reproductivas. El acceso a la salud y la libertad para decidir sobre el propio cuerpo son derechos fundamentales que deben prevalecer por encima de cualquier credo.
En un momento histórico en el que la derecha vuelve a reivindicarse, hablar de natalidad equivale a hablar de control. La disminución de los nacimientos no constituye un problema en sí misma, sino un síntoma. Tal vez la pregunta no sea por qué nacen
menos niños, sino quiénes pueden —y en qué condiciones— ser madres hoy.
Fuentes:
- Chequeado (2024). A 4 años de la ley del aborto: sin entrega de medicamentos y con un proyecto presentado para derogarla. Recuperado de https://chequeado.com/el-explicador/a-4-anos-de-la-ley-del-aborto-sin-entrega-de-medicamentos-y-con-un-proyecto-presentado-para-derogarla/
- Infobae. (2025). La Argentina se está despoblando: en 2023 nació un 40% menos de niños que hace una década. Recuperado de https://www.infobae.com/sociedad/2025/02/08/la-argentina-se-esta-despoblando-en-2023-nacio-un-40-menos-de-ninos-que-hace-una-decada/
Ministerio de Salud de la Nación. (2024). ImplementAR IVE-ILE. Ley 27.610. Informe anual 2023. Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva. Recuperado de https://bancos.salud.gob.ar/recurso/implementar-ive-ile-ley-27610-informe-anual-2023
RENAPER – Dirección Nacional de Población. (2024). Sistema Estadístico de Población. Recuperado de https://estadisticas.renaper.gob.ar/app_myn/





Deja un comentario