Las elecciones americanas del 5 de noviembre ungieron nuevamente a Donald J. Trump como presidente de los Estados Unidos de América. Será su segundo mandato, y el segundo no consecutivo por parte de un presidente estadounidense en la historia. Zanjada la cuestión electoral, la pregunta es ¿Cuáles pueden ser los efectos de esta segunda presidencia para la Argentina?

Oportunidades en el corto plazo

El presidente Milei y Donald J. Trump mantienen una buena relación interpersonal que el gobierno argentino busca materializar en forma de relación bilateral. De facto, la victoria republicana era el resultado que ansiaba el oficialismo. “Podes contar con Argentina para llevar adelante tu tarea” fue el enunciado disparado por el mandatario argentino en su cuenta de X para felicitar al triunfante candidato republicano.

Más allá de las afinidades ideológicas, compartiendo ambos un mensaje de derecha conservadora, el Gobierno argentino tiene intereses económicos detrás. Solo en enero, Argentina debe pagar 4.800 millones de dólares en vencimientos de deuda pública, mientras que los analistas ponderan que la totalidad de vencimientos a pagar en el año 2025 ascienden entre 17.000 a 21.000 millones de dólares. 

Al mismo tiempo, el Banco Central continúa con reservas netas negativas, y no hay expectativas de mejoras significativas en este aspecto por lo apreciado que se encuentra el Tipo de Cambio Real Multilateral, a niveles de 2015, como consecuencia del cepo cambiario. Esto significa que los productos argentinos son demasiado caros como para poder competir, al mismo tiempo que reduce el número de turistas internacionales, que prefieren destinos más baratos. También reduce los márgenes de ganancia de las actividades agropecuarias, principal medio de obtención de divisas, que piden a gritos una reducción de retenciones o la liberación del mercado cambiario.

Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral. Fuente, Banco Central de la República Argentina. 

Esto se puede apreciar analizando la balanza de pagos. La cuenta corriente en el segundo trimestre fue negativa por 6.351 millones de dólares (importamos más de lo que exportamos) mientras que la cuenta financiera fue negativa por 7.602 millones, explicada principalmente por el pago de capital e intereses de deuda pública. Ambas déficit se solventan utilizando las reservas del Banco Central. Además, la economía empieza a reactivarse y cuando esto ocurre aumenta el número de importaciones, lo que acrecentaría aún más el déficit de cuenta corriente. Significa más presión sobre las reservas internacionales.

El plan del Gobierno es aprovechar el envión anímico de la reactivación para sacar un buen resultado en las elecciones legislativas del 2025. Con ello, el riesgo país bajaría hasta los 300-400 puntos y el país podrá volver a colocar deuda en los mercados internacionales a un tipo de intereses asequible.  En el medio, ir pagando como se pueda los vencimientos de deuda pública para evitar el default, que significaría game over absoluto para el plan económico del gobierno. 

Pero como dijimos, la obtención de divisas por los medios más convencionales (exportaciones y atracción de capitales extranjeros) están truncas por el atraso cambiario y la permanencia del control de cambios. Ahí es donde juega la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El Gobierno considera que la llegada del Presidente republicano genera un entorno bilateral mucho más ameno con los Estados Unidos y sus cuerpos de influencia. Esto facilitaría la obtención de los dólares necesarios para pagar los vencimientos de deuda en 2025 (como dijimos, 17.000 millones) al mismo tiempo que ejercería presión para mejores condiciones de negociación para el Gobierno argentino con el FMI. De esta manera, se podría llegar a las legislativas en pie y a posteriori, sacar el cepo y reingresar a los mercados internacionales de capital.

Riegos de corto mediano plazo 

Es necesario tener en cuenta el plan económico de Donald Trump en conjunto con las implicaciones del mismo en la economía internacional. En primer lugar, el recorte al impuesto a las grandes corporaciones prometido por el candidato republicano significa una caída de los ingresos del tesoro estadounidense, que deberán ser compensados con la colocación de 7.75 billones de dólares en deuda pública. La Reserva Federal tendrá que salir a vender los bonos que tiene en su hoja de balance, aumentando la tasa de interés de los mismos.

Los títulos de deuda americanos son considerados los más seguros del mundo y se utilizan como base de comparación para los títulos de deuda de otros países, de ahí sale el indicador “Riesgo País” que compara el rendimiento de unos con otros. El aumento de las tasas de interés de los títulos americanos es una mala noticia para los países emergentes como Argentina. En primer lugar, Argentina tiene que ofrecer aún mayores rendimientos para colocar su deuda en los mercados, lo cual pone en duda la sostenibilidad de la deuda. En segundo lugar, los inversores aprovechan para sacar sus capitales de los países emergentes para reinvertirlos en la economía americana, que ahora les ofrece mayores rendimientos en conjunto con una seguridad que no ofrecen los países antes mencionados.  

Este escenario hipotético, donde los capitales se retiran de los emergentes para reinsertarse en la economía estadounidense, puede significar una crisis de balanza de pagos para una economía tan dependiente de la obtención de divisas como la Argentina. De hecho, lo mismo pasó en febrero del 2018. La FED subió los niveles de intereses y la Argentina no pudo seguir renovando los intereses de su deuda, el riesgo país se disparó y el gobierno de Mauricio Macri se vio obligado a firmar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para evitar el default. Además, El gobierno de Macri enfrento un escenario donde el precio de las commodities como la soja bajaron drásticamente, variable que complica aún más la balanza de pagos y que parece repetirse en el actual gobierno de Javier Milei. 

Precio de la soja en dólares por tonelada, Chicago. Fuente: saberinvertir.com.ar.

Las conjeturas a realizar son muchas. El Gobierno debe actuar con cautela y no dejarse llevar por un optimismo sesgado como consecuencia de la afinidad ideológica. La llegada de Trump a la Casa Blanca en enero del 25 significará grandes cambios políticos y económicos a nivel mundial. Sin embargo, la moneda de la economía argentina sigue en el aire. 

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