Politólogos al Whisky

Es un hecho, sin lugar a duda, que la inseguridad sigue siendo una las principales preocupaciones de los porteños en lo que va del 2024, junto a la pérdida del poder adquisitivo debido a la licuación de salarios y la crisis macro-social gestante. No obstante, ninguno de estos factores actúa de manera inconexa, sino que son todos parte del mismo escenario desafiante que la Ciudad viene atravesando hace tiempo, manifestándose cada vez más en forma de robos, hurtos y en el peor de los casos, la muerte. 

El estado de la cuestión no hizo más que agravar la relación tensa que mantenían la dirigencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la de la Provincia de Buenos Aires, dando como resultado la intensa y cuestionada discusión sobre quién tomaba la responsabilidad del asunto en relación a los crímenes ejecutados. “Entre enero y febrero de este año, la Policía de la Ciudad tuvo 42 enfrentamientos armados, pero 37 ocurrieron en la provincia de Buenos Aires, con efectivos yendo y viniendo de su trabajo”, sostenía Jorge Macri, apuntando duramente contra Axel Kicillof. A su vez, el Ministro de Seguridad porteño Waldo Wolff afirmó que cada 30 horas, un Policía de la Ciudad es atacado en la Provincia de Buenos Aires, y que de los últimos 11 policías caídos en cumplimiento del deber, 10 murieron en el Gran Buenos Aires. 

Los números no resultan menos alarmantes si también se tiene en cuenta la cantidad exacerbada de detenidos en las comisarías de la Ciudad que rebasan su capacidad por casi el doble, celdas que no están preparadas en lo más mínimo para albergar un número superior a los mil detenidos, provocando superpoblación y más de 40 fugas en 15 días en las comisarías de Villa Urquiza, San Telmo, Balvanera y Caballito. Luego del episodio, el Gobierno de la Ciudad también le reclamó en un encontronazo al Gobierno de la Nación, que el servicio penitenciario federal se haga cargo de los detenidos. “Lo detenemos nosotros, lo juzga el ámbito federal, lo mandan a la ciudad en un lugar que no está habilitado, que no le corresponde, te lo dejan por un plazo que tampoco está establecido en la ley. Una alcaidía o una celda de una comisaría debe tener a alguien detenido 24 horas hasta que el juez decida si queda detenido o no”.

Con estos índices, no resulta errado sospechar que la gestión administrativa porteña esté pasando por uno de los momentos más delicados en lo que refiere a seguridad y bienestar, y bajo esta presuposición, tampoco está de más asumir que los ciudadanos se enfrentan a una sensación de vulnerabilidad que parece no tener fin, mientras la dirigencia continúa sin lograr resolver eficazmente el problema.

No obstante, las duras críticas al Jefe de Gobierno se vieron potenciadas debido al despliegue del operativo “orden y limpieza”, en el cual el Gobierno de la Ciudad divulgó por sus redes videos donde removían a las personas en situación de calle en diversos barrios de la Capital Federal. Un operativo que resultó vagamente inocuo, ya que mientras este era llevado a cabo la inseguridad no dio ni un atisbo de paz para la Ciudad. Consecutivamente, dos robos con el mismo tipo de modus operandi ocurrieron en los barrios de Almagro y San Telmo: los famosos y recurrentes “robos piraña” a los empleados y a los clientes de los distintos locales de CABA. Los establecimientos educativos también fueron víctimas de la inseguridad: a lo largo del 2024 denunciaron una ola de robos en las escuelas, donde robaron cientos de dispositivos electrónicos entre tablets y notebooks.

Recientemente, el Jefe de Gobierno porteño junto a su equipo ideó un nuevo plan para hacer frente a la insostenible situación de sobre-población carcelaria que enfrenta la Ciudad en sus comisarías. Jorge Macri propuso crear más alcaidías y módulos de detención, que le darán más plazas a la Ciudad. Por otro lado, incorporarán tobilleras electrónicas para los reclusos, para utilizarlas cuando la Justicia lo disponga. Finalmente, gestionarán ante el Poder Judicial para acelerar la extradición de los detenidos condenados (o procesados) que sean extranjeros. No menos importante, el proceso de traslado de los internos de la cárcel de Devoto al penal Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz se retomará, después de las amplias quejas de los vecinos del barrio porteño. 

Sin embargo, el repentino énfasis de Jorge Macri por atender los asuntos delictivos de su jurisdicción se ven claramente motivados por las internas políticas del PRO. El gobernador endureció su política de “orden”, concepto repetido hasta el hartazgo en sus discursos, ya que consideraba que este era uno de los puntos más resonados entre los ciudadanos (aludiendo, claramente, a la carencia del mismo).

El conflicto subyace la temática de la inseguridad, y se radicaliza en la puja de poder en las entrañas del partido. Por un lado, Bullrich se impone en el PRO contra Mauricio Macri. Por otro lado, Jorge Macri se mantiene alerta en la Ciudad por el armado político que traman Javier y Karina Milei con el sello de La Libertad Avanza. El ex Presidente también permanece cercano al contingente, ya que CABA representa el órgano central de su partido.  Las fotos y las sonrisas entre la Ministra de Seguridad de la Nación y el Jefe de Gobierno porteño, esconden más que un simple acuerdo por la prevención del delito y la descompresión de las comisarías porteñas. También denota un breve pacto de cese al fuego en las internas del partido y un intento de convivencia con el sector de La Libertad Avanza. Mientras tanto, la inseguridad no planea tomarse descansos por problemas de intereses o tironeos de poder dentro del gobierno.

La dura realidad que aqueja a los porteños hoy toma dimensiones inéditas, el Gobierno porteño detuvo un 22% más de delincuentes por robo y hurto que el año pasado -en idéntico período. Será interesante ver cómo el Gobierno porteño hará frente a los desafíos inherentes a la seguridad de sus ciudadanos, y a la vez, a los desafíos internos de las Fuerzas de Seguridad de la Ciudad, acusadas en repetidas ocasiones durante el 2023 de violencia institucional. Sin duda, un gigante silencioso que pisa cada vez más fuerte sobre la Capital Federal.