#CaféExpreso Nº 15 – Todos se bajan menos vos

Atardece sobre una playa despoblada. El ruido de olas y gaviotas deambulan por los oídos del sujeto que, de zapatos y camisa, pisa la arena templada ante una fantástica postal caribeña. Se apaga el día y sus ojeras, tras una larga jornada cargada de reuniones, cuelgan de sus ojos que se llenan con el ocaso. Quizás aquella bajada del telón que le ofrece el horizonte sea más que el fin de un día de cumbre internacional. Sobre sus hombros cae esa inconfundible sensación de fin de ciclo.

Esta reconstrucción (?) de un hipotético estado del presidente de la nación Alberto Fernández en Santo Domingo, donde participó de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, parte de lo que el periodista Pablo Ibañez escribió en elDiarioAR extraído de una conclusión que transitaría por la cabeza del presidente: “Tiene razón ‘el Cuervo’: nadie habla de mi reelección. Solo ellos hablan de mi reelección”. Refiriéndose al alfil kirchnerista (y cada vez más antialbertista) Andrés Larroque, Fernández reflexionó desde República Dominicana -ante un interlocutor cuyo nombre no trascendió- respecto a cómo su proyecto reeleccionista pierde peso día a día y que, una vez de regreso a Casa Rosada, será inminente poner los pies en la tierra respecto a qué hará él ante la interna que hoy retumba en el Frente de Todos.

La dinámica de los últimos meses hizo que naturalicemos conductas sumamente extrañas en el armado electoral del oficialismo: hasta hoy desfilan dirigentes de todo orden y procedencia reclamando al presidente que esclarezca su táctica para las elecciones -por usar una expresión correcta-, siendo el caso más concreto el del propio ministro del interior Eduardo Wado De Pedro, quien en una entrevista en Radio 10 dijo que “el presidente viene llevando adelante una estrategia, parte de la coalición le pedimos que comparta cuál es la estrategia que tiene pensada”. ¿Y la mesa política del FDT, tan nombrada, pedida y auspiciada? El funcionario minimizó su influencia: “La estrategia no aparece” remarcó.

A través de discursos, spots y offs, Fernández coqueteó durante todo el verano con la idea de ir por cuatro años más en el poder ejecutivo. En tiempo récord recorrió los dos polos de la realización audiovisual para impulsar su campaña: de coloridos spots en redes sociales dónde marcaba sus posiciones, hasta desprolijos comentarios a micrófono apagado que se le adosaron a él y a su entorno. Respecto a este último ítem, el mandatario transformó la sutileza de un comentario desde el anonimato a un miembro de la prensa a admitir fatigas con miembros de su gobierno megáfono en mano y con un carnet identificatorio en el pecho: los offs menos offs de la historia.

¿Cuál será el rol de Alberto Fernández en un eventual armado electoral del oficialismo, una vez archivada su precandidatura? Sin el paquete mayoritario de influencia que retiene bajo el botín Cristina Fernández de Kirchner, con su administración cada vez más carente de propios y sin que, ni por asomo, se lo mencione como competidor en la Ciudad de Buenos Aires -su distrito-, puede que veamos a un AF volviendo a sus orígenes: el armador encolumnado detrás de un dirigente con mayor capital político, esa suerte de jefe de gabinete en las formas que ejerció con Néstor Kirchner previo a las elecciones del 2003, que luego lo catapultaron como efectivo miembro del primer gabinete kirchnerista, así como con Sergio Massa durante su apogeo en 2013 y con Florencio Randazzo en su malogrado peronismo alternativo que compitió en 2017.

Pero, ¿en qué nombre depositaría su gestión el presidente? Quizás haya que ver una década y un poco más hacia atrás. En la víspera de los comicios del 2011, un Alberto Fernández fuertemente enemistado con el kirchnerismo, al calor no solo de su alejamiento de la gestión sino de la propia distancia que tendieron con la actual vice tras el fallecimiento de Kirchner, auspició en medios (como éste éste) la hipotética candidatura presidencial del gobernador de la provincia de Buenos Aires en aquel entonces… Daniel Scioli, hoy embajador en Brasil y aspirante a la presidencia en las próximas elecciones.

Con una Cristina sin competir por ningún cargo -una posible candidatura al senado por PBA como excepción- y Alberto dedicándose nuevamente a la consultoría política, pareciera que la contienda quedaría entre el ex gobernador bonaerense como embajador del ¿albertismo? ¿frentetodismo no K? ¿neosciolismo? enfrentándose en una primaria con el representante del cristinismo en la interna, Wado de Pedro.

Quienes ven más, mucho más, a futuro, en una óptica dotada por un poco habitual optimismo, hasta se animan a especular con un FDT unificado en una fórmula entre el ministro y el diplomático. Blaberío por ahora. En esa eventualidad colocan a Alberto Fernández como un posible embajador en Brasil, gracias a su fuerte amistad con Lula Da Silva. Ojo con lo que deseás: a comienzos del 2019 era el propio AF quien en las charlas puertas adentro de lo que sería a posteriori el actual oficialismo aseguraba que en su hoja de ruta se ubicaba -una vez regresado el peronismo al poder- ocupar el lugar de embajador en España. Su aventura ibérica se vio interrumpida por un detalle que creo que todos recordamos.

Posdatas:

Se habrán dado cuenta que a nuestro ministro de economía Sergio Massa le dimos un tratamiento casi nulo en este juego de precandidaturas. Pensar en combinar su función actual con una campaña presidencial es otorgarle superpoderes, algo que, como sabemos, dista bastante de la realidad. En un escenario muchísimo mejor al actual, bien podría concebirse a Massa como una suerte de Roberto Lavagna: la economía conserva su encabezador en el traspaso de un gobierno peronista a otro, símil Eduardo Duhalde y Kirchner en 2003. De nuevo, estamos allí pensando en un escenario muchísimo más optimista que el presente.


Este newsletter se ha quedado sumamente intrigado con la posibilidad de que el comunicador, realizador audiovisual y humorista Pedro Rosemblat participe como precandidato en las próximas elecciones a intendente de la Ciudad de Buenos Aires. En un distrito esquivo para el peronismo, todo lo que sea el humor por sobre la solemnidad ante la derrota inevitable (?) es algo que tiendo a celebrar. Seguiremos los eventos desde cerca. Manténganse atentos.

Den amor, tomen ricos cafés y traten de dormir lo mejor que puedan. Hasta la próxima.

Esteban.

Escrito por

De Zona Sur. Estudiante de Ciencia Política en la UBA, conductor de Contra Todo Pronóstico y bebedor de café negro.

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