Te llega este mail a tu casilla y hay un 100% de chances de que tu papá, abuelo, tío o compañero de laburo ya te haya enviado un mensaje o gif genérico diciendo “feliz día de la mujer”. Y si todavía no lo recibiste, acá te lo dejo para recibir tu dosis #8m de cringe visual:

Yo hace unos años me enojaba, le decía a todos que no merecemos felicitaciones por ser mujeres (o tal vez sí, con todo lo que nos bancamos) y explicaba con detalles que este día tiene sus raíces en una lucha por la igualdad de derechos y aún hay mucho trabajo por hacer en ella. En el momento en el que empezaba a decir que sus mensajitos aludiendo a la feminidad trivializan la lucha y minimizan la importancia de continuar trabajando hacia la igualdad de género, me volvía la “femiloca”. Pero ahora crecí (un poco) y decido elegir las luchas que doy en este aspecto. ¡Y qué luchas se vienen este año!
Parece que fueron años desde la última victoria para las feministas en Argentina, allá por diciembre de 2020, cuando se aprobó la Ley IVE que despenaliza y legaliza el aborto en el país. Desde entonces, y en parte producto de la pandemia que nos hizo perder un poco esa presencia en el espacio público que habíamos logrado, las mujeres descolgamos los pañuelos verdes de las mochilas y carteras, y rara vez nos volvimos a encontrar marchando en grupo o movilizándonos masivamente por demandas específicas.
Por eso la importancia de fechas como esta:
Para salir a la calle y recordar la agenda que nos moviliza, que este año se pronuncia por el cese de la violencia contra las mujeres y un cambio cultural vinculado a la tarea de cuidado de los hijos, para continuar avanzando en la participación de las mujeres en espacios productivos con sueldos dignos.
Personalmente siento que el 8M nos llena de fuerzas después de un período de “microclima feminista” en el que parecía que las grandes luchas estaban dadas. Teníamos aborto legal, paridad de género, y cada vez más acciones y herramientas para seguir trabajando en la agenda de la violencia de género.
Pero la experiencia de estos años nos demostró que no:
En Derechos Humanos a veces también se retrocede, como es el caso de Estados Unidos, donde la Corte Suprema revirtió el fallo que había dado un marco de legalidad al aborto.
Los números de femicidios no bajaron, los datos de los observatorios de la sociedad civil indican un aumento con respecto al 2021. El registro más alto muestra 272 casos, contra 221 del año anterior. Y entre enero y febrero de este año se registraron 44 femicidios
Volviendo a las luchas que se vienen este año, en pocos meses nos toca votar representantes en todos los espacios de la política.
Y si el feminismo no impone su agenda y fuerza a tomar posiciones a cada candidato y candidata (como lo hicimos con la campaña del aborto), vamos a terminar con representantes que desconozcan nuestras demandas y no diseñen o voten políticas públicas y proyectos para eliminar las violencias contra las mujeres.
Lo mismo sucede con la paridad, no es lo mismo tener candidatas mujeres en las listas, que mujeres feministas. Muchas veces las designaciones de candidatas dentro de los partidos se hacen a dedo y nombrando a “la mujer de”. Y si bien como feministas no queremos menospreciarlas, nuestra lucha por la paridad tenía que ver con garantizar en las listas la presencia de mujeres que defiendan nuestra agenda, y para eso con ser mujer no siempre alcanza.
Por eso este 8 de marzo salgamos a la calle con eso en mente. Y si no podés, o sos varón y querés apoyar la agenda feminista desde otro lugar, nos vemos también en los espacios que ocupamos, en los reclamos con los que nos identificamos. Y en tu casilla de mails, todos los meses con esta entrega feminista. Porque salir a la calle es nuestra principal forma de manifestarnos y protestar, pero no es la única.