Las consecuencias de la crisis climática en la economía argentina.

Por tercer año consecutivo, la Argentina atraviesa un periodo de sequía que trae aparejado consigo grandes consecuencias. Según los datos relevados por la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, casi el 55% del territorio argentino presenta algún grado de sequía o estrés hídrico ya que a comienzos del año 2023, un total de 1.364.749 kilómetros cuadrados (km2) del país se vio afectado por esta problemática. De esta manera, el país enfrenta la sequía más grande de los últimos 60 años (SISSA).

La falta de lluvias pone en jaque a la cosecha y el ganado, lo que implica una gran problemática para la economía y la producción argentina que se caracteriza por ser dependientes de las condiciones climáticas. Las áreas más afectadas son Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires, las provincias que conforman la región más productiva del país. 

Respecto al trigo se estima la pérdida del 50% de la cosecha, y al menos el 70% de los maíces de primera. Según el informe presentado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires el 11 de enero de 2023, se estima para el corriente año una caída del Producto Bruto Agroindustrial (PBA) respecto a los dos años previos de 4.067 millones de dólares (MUSD), con consecuencias aun mayores con el empeoramiento de la crisis climática, estipulando “un impacto negativo de la sequía con relación a las proyecciones de septiembre equivalente al 1,1% o 1,8% del PBI, según sea el escenario” (BCBA, 2023). Además, se estipulan efectos negativos sobre las exportaciones con una caída de 9.225 MUSD hasta 14.115 MUSD.

Por otra parte, la escasez de lluvias y la bajada de los ríos está perjudicando también al sector ganadero, debido a que la sequía reduce la producción forrajera y la siembra de verdeos de invierno y pasturas, generando un periodo de penuria alimenticia para el ganado. El período de sequía es una situación muy preocupante; se han difundido imágenes de provincias como Santa Fe con cientos de animales muertos debido a la falta de alimento y agua. La Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías estima que actualmente están en riesgo 17.446.350 cabezas de stock bovino.

Teniendo en cuenta el gran impacto de la sequía, la Asociación Argentina de Productores Agropecuarios (AAPA) manifestó su preocupación a la dirigencia política nacional, sosteniendo que si no se toman las medidas correspondientes habrá consecuencias en la producción de carne y de leche. Para dar respuesta a esta demanda, integrantes del Gobierno de las cartera de Economía y Agricultura se reunieron el 20 de enero con la Mesa de Enlace compuesta por la Federación Agraria Argentina (FAA), Confederaciones Rurales (CRA), Coninagro y la Sociedad Rural Argentina (SRA) para analizar el estado de situación y comenzar a debatir medidas que alivianen el impacto de la crisis climática.

El ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, se comprometió a anunciar durante la primera semana de febrero un paquete de medidas para asistir a los productores y a las actividades agroindustriales afectadas por la sequía. Para ello, ya se encuentra trabajando con la AFIP, el INTA y Banco Nación tras manifestar que el campo es “uno de los pilares y motores de la economía argentina” y se debe trabajar en resolver el problema rápidamente.

En vistas del avance de la crisis ecológica a nivel global, además de asegurar una agenda de gobierno en común con los sectores perjudicados, el Estado argentino -como todos los Estados de la región latinoamericana- deben garantizar acciones estratégicas para mitigar el impacto del deterioro climático en la economía a largo plazo.

Escrito por

Politóloga, egresada de la Universidad Nacional de la Matanza (UNLaM). Maestranda en Políticas Públicas y Desarrollo (FLACSO-Argentina). Feminista.

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