Visita oficial británica a las Islas Malvinas

En el marco de las celebraciones por los cuarenta años de la victoria del Reino Unido frente a la Argentina se produjo la primera visita oficial en seis años de la corona británica a las Islas Malvinas. Este hecho generó más tensiones en las relaciones entre ambos países y un nuevo reclamo de Cancillería Argentina por la soberanía de las Islas.

La princesa Ana del Reino Unido, hermana del recientemente coronado rey Carlos III, viajó en representación de la corona británica a las Islas para conmemorar a los caídos durante la guerra de Malvinas en un acto donde también participaron veteranos del ejército inglés. Este viaje no solo forma parte de la agenda oficial de la princesa, sino que además busca enviar tanto un mensaje de seguridad a los isleños, como de afrenta a las autoridades argentinas.

La necesidad de mostrar el apoyo del gobierno británico a los malvinenses nace, en parte, de la situación sucedida hace menos de un mes respecto a la situación política del Archipiélago de Chagos. Este conjunto de más de 55 islas era administrado ininterrumpidamente por el Reino Unido desde 1965, sin embargo, después de cientos de resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y reclamos de soberanía por parte de la República de Mauricio, el gobierno británico decidió empezar conversaciones para gestionar la entrega del Archipiélago a su par mauriciano.

Esta decisión trajo nerviosismo a la administración isleña, la cual, a través de su cuenta oficial de Twitter reafirmó el derecho malvinense a la autodeterminación y su reconocimiento como parte del Reino Unido, fundado en aquel referendo del 2013 que buscó legitimar la situación colonial de las Islas.

El gobierno argentino tomó esta oportunidad para reclamar, una vez más, por la soberanía de las Islas Malvinas y su ocupación ilegal desde 1833. También a través de su cuenta oficial de Twitter, Cancillería Argentina denunció la visita de la princesa Ana y llamó al Reino Unido a cumplir con la resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual busca eliminar toda forma de colonialismo.

La visita oficial se enmarca en un contexto de avance del control británico sobre las Islas Malvinas, ya que este mismo año el Reino Unido le pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA) que reconozca el derecho de autodeterminación de los isleños, lo que implicaría reconocer su administración colonial. También este año la Embajada Británica en Argentina lanzó un concurso para viajar a las Islas el cual fue repudiado por el gobierno argentino.

La visita de la princesa Ana implica una nueva arista en las conversaciones actuales entre Argentina y el Reino Unido. Los británicos usaron esta oportunidad para hacer presencia y reafirmar su control sobre las Malvinas, mientras los argentinos eligieron mantenerse firmes en su posición, denunciar la visita y sostener su reclamo de soberanía nacional.

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