El sábado 16 de Julio, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, participó en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo en el marco de su viaje a Medio Oriente, región donde Norteamérica busca conformar una alianza estratégica para poder hacer frente a la influencia de Rusia y a la crisis energética.
Las acciones de este último fin de semana por parte del presidente estadounidense son la contracara de lo expuesto durante su campaña electoral en el 2019, donde trató a Arabia Saudita de ser la “paria” global, se negó a hablar con el príncipe heredero, Mohamed bin Salaman, y también suspendió la venta de armas a dicho país.
Mohamed bin Salaman fue señalado por el servicio de inteligencia de los Estados Unidos como uno de los responsables de la tortura y asesinato en el 2018 de Jamal Khashoggi, periodista saudí. De todas formas, Biden fue fotografiado en un choque de puños con el futuro mandatario de Arabia Saudita, a pesar de que horas más tarde expuso en conferencia un discurso acerca de los derechos humanos y como los gobiernos deberían garantizar que las personas “cuestionen y critiquen a los lideres” sin que tengan miedo a las represalias.
En los cambios radicales en la conducción de la política exterior por parte de Biden con respecto a Medio Oriente, podemos destacar, entre otros, tres puntos cruciales que fueron expuestos en las distintas conferencias: el aumento de los precios del petróleo a partir de la guerra de Rusia y Ucrania; el acercamiento de Arabia Saudita hacia China y Rusia; y la intención estadounidense de lograr que Israel forme parte de un eje central en la región.
En principio, Biden aclaró que su país seguiría siendo “un socio activo y comprometido en la región”. La idea es que no se genere una especulación (y finalmente se realice) un vacío por la ausencia estadounidense, que luego podría ser ocupado por Rusia, Irán o China. En el caso de que eso suceda, Estados Unidos no solo que perdería influencia en Medio Oriente, sino que también cedería su espacio a países con los que se disputa la hegemonía global, como es el caso de China. Cabe recordar el accionar por parte de Estados Unidos para evitar que Teheran se haga con un arma nuclear, esto demostró compromiso para evitar conflictos y tensiones en la zona.
En cuanto al aumento del precio del petróleo, Biden buscaba que las empresas lleven adelante distintas acciones, como bombear más cantidad de petróleo, para que el precio de este logre bajar. De todas formas, no terminó siendo un tema prioritario y el presidente no pudo volver al país con un acuerdo que le permita a los productores regionales aumentar la oferta lo antes posible.
En el marco de preocupación por el programa nuclear iraní, Biden también habló de integrar totalmente a su aliado Israel en la región. Los países de Oriente Medio deberían considerar esta posibilidad, teniendo en cuenta es la capacidad de defensa aérea y antimisiles que posee Israel. Junto con esto, Arabia Saudita informó la decisión de abrir el espacio aéreo para que puedan circular los aviones que provengan y tengan como destino a Israel.
