El sábado pasado se conocieron los resultados de las elecciones parlamentarias en Irlanda del Norte, y sin dudas la reciente expresión ciudadana marcará un antes y un después en la historia de la nación que constituye el Reino Unido. Sucede que, por primera vez en más de 100 años, un partido nacionalista, que aboga por la unificación con la República de Irlanda, obtuvo la mayoría de los escaños, desplazando a sus contrapartes unionistas, quienes optan por seguir respondiendo a Londres.
De los 90 escaños que estaban en juego, el Sinn Féin, considerado históricamente el brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés), obtuvo 27 bancas (29% de los votos). En segundo lugar, el Partido Unionista Democrático (DUP) cosechó 25 lugares (21,3%), y más atrás quedaron la Alianza (13,5%), y el Partido Unionista del Úlster (11,2%).

Tras los comicios, Michelle O’Neill, la candidata del Sinn Féin que resultó ganadora, hizo referencia al “comienzo de una nueva era” y prometió empezar a trabajar cuanto antes. “Esta ha sido una elección histórica. Una elección de verdadero cambio. Conduciré al equipo del Sinn Féin a Stormont (la sede del parlamento de Irlanda del Norte) este lunes para poner en marcha el Ejecutivo de inmediato”, escribió en su cuenta personal de Twitter tras confirmarse su victoria.
No obstante, a pesar del deseo de O’Neill y del apoyo recibido en las urnas, los nacionalistas no la tendrán fácil para asumir el poder. El sistema de gobierno norirlandés está diseñado para que ambos bandos deban entenderse a la hora de gobernar, ya que los cargos de ministro principal y viceministro principal (que en la práctica tienen el mismo peso) deben ser compartidos entre los partidos unionistas y nacionalistas más votados. De este modo, si el DUP se rehúsa a nominar a un viceministro, O’Neill no podrá asumir.
Y efectivamente, como se venía barajando desde hace semanas, los unionistas confirmaron este lunes que bloquearán la formación del Gobierno. Jeffrey Donaldson, líder del partido que obtuvo la segunda posición en las urnas, aseguró que no nominarán ministros hasta que el Gobierno de Boris Johnson decline los términos del Protocolo de Irlanda del Norte (una pieza clave durante las negociaciones entre Londres y Bruselas para sellar el Brexit).

El Partido Unionista Democrático, con el apoyo del resto de las formaciones que están a favor de continuar perteneciendo al Reino Unido, argumenta que este protocolo aleja a Irlanda del Norte del resto de las naciones británicas, ya que le impone la permanencia en el mercado interno de la Unión Europea y crea -de facto- una frontera en el mar de Irlanda.
A pesar de la narrativa de los unionistas, desde el Sinn Féin consideran que se trata de una excusa para evitar que el partido nacionalista pueda asumir el cargo de ministro principal por primera vez en la historia. Sin embargo, no tienen demasiadas herramientas al alcance de la mano para revertir la situación y se esperan largos meses de bloqueo y negociaciones.
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