#PopPurrí Nº13 – La animación: en su peor momento

¡Feliz abril, poliwhiskers! Adivinen quién hizo una encuesta para elegir el tema de este newsletter pero ignoró los resultados y va escribir sobre otra cosa. Así es, Pikachu.

Todo el asunto de la Patria Grande vs Doja Cat y el espectáculo Mih jenteh Latino que fue el escenario de We Don’t Talk About Bruno en los Oscars 2022 me hicieron picar los dedos de ganas de escribir sobre la construcción de la latinidad desde la diáspora en un mundo dividido en centro y periferia, pero medio que escribí de eso en el POPPURRÍ Nº9  “¿QUÉ CARAJ* ES UN LATINO?” y decidí priorizar la difusión de contenido no tan masivo.

Es más, se me ocurrió hacer algo rarísimo con el espacio: Volver a mi newsletter un lugar donde explico noticias y no un mini ensayo sobre un tema random del que investigué más que lo saludable. Ya sé, shoooocking. 

El tópico del mes es… el estado actual de la industria de la animación. Sinopsis: es malo. MUUUUUY malo.

 Condiciones laborales: pésimas 

Bueno, digamos que la industria de la animación nunca estuvo BIEN. Es un medio maravilloso, pero su forma de producción lleva a que esté concentrado en pseudo monopolios regionales (Disney, Ghibli, Pixar, Cartoon Network, Nickelodeon, Toei), extremadamente subfinanciado o ambos.

Durante el siglo XX, las compañías grandes solían ser dueñas tanto de los medios de distribución y pantallas como de los estudios. Por ejemplo, Disney fue (cof cof, es) extremadamente famoso por sus políticas antisindicalización y condiciones de trabajo cuestionables a lo poco y paupérrimas a lo mucho, cosa posible cuando sos dueño de todo. 

Pero poco a poco, y con un fuerte empujoncito a finales de los 90’, este panorama cambió y una estructura productiva difusa se volvió popular entre las grandes (casi todas) compañías de animación. En otras palabras, la mayoría de las empresas de animación no tienen empleados propios, sino que contratan a terceros.

Ampliaré la idea usando a Japón como ejemplo, que es uno de los pools de animación más grandes del mundo. Se estima que la mitad de los animadores en Japón son free-lancers, es decir, que trabajan por contrato, usualmente por pieza. La compensación que reciben por dibujo (que lleva una hora y media, aprox) es de U$D2. Según la asociación Japonesa de Creadores de Animación un 

sueldo promedio para un animador en sus 20s es de U$D10.000 al mes. La línea de pobreza en Japón es de U$D20.000. La mayoría de ellos viven en Tokyo (el punto de mayor oferta de trabajo en todo Oriente), la 

segunda ciudad más cara del mundo. En esas condiciones

, para poder sobrevivir, laburan 400 hs mensuales (un mes de 30 días tiene 720hs, incluídos fines de semana) y no se toman días libres en meses. Y no pueden frenar, porque la competencia es cruel, no solo en su país sino en el mundo.

La animación está dominada por outsourcing, la práctica donde una empresa transfiere ciertas tareas a otra u otras, llamadas subcontratistas. Un tercio de la fuerza de trabajo de la animación japonesa está fuera de Japón. Empresas como TOEI Animation, una de las compañías de animación más longevas y poderosas del mundo, terceriza un 70% de su volumen total a una compañía afiliada en Filipinas. Fuera de la nación del sol naciente, 

Disney, Warner Brothers y Pixar suelen tercerizar su animación a la India, donde es un 75% más barata que Estados Unidos. 

Otros destinos populares para el outsourcing son China continental, Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur, Hungría y 

recientemente Francia.  

Pero las inclemencias no recaen solo sobre los animadores: Los actores de doblaje están demandando arduamente mejores condiciones laborales. En Argentina (segunda industria de doblaje más importante de habla hispana, después de México), más de 70 trabajadores de la industria denunciaron a la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI) por no pagar en tiempo y forma los derechos de intérprete, incluso después de varios fallos judiciales. Los querellantes afirman que hay casos de personas que cobraron $1,20 (leíste bien, UN PESO CON VEINTE CENTAVOS) por trimestre. En 

Estados Unidos, tierra donde el film Jujutsu Kaisen 0 recaudó U$D 14.8 millones en la primera semana,  a los dobladores les pagaron entre U$D 150-600 por su labor. Para ponerlo en perspectiva, los actores de doblaje de la 5ta película anime más taquillera de la historia no podrían comprar un solo 

figurín coleccionable de la película que protagonizan con su paga.

[Advertencia: suicidio, enfermedades mentales. Salta al próximo título si lo creés necesario]

No quiero cerrar esta sección sin hablar de la discusión en redes sociales iniciada por un grupo de storyboarders sobre cómo su trabajo deterioró su salud mental hasta tener ideaciones suicidas. Varios de ellos se han quitado la vida. 

 Prestigio: en ruinas 

Hablemos de los Óscars por un instante. No es novedad que tienen un sesgo bastante negativo hacia la animación, puesto que (con contadas excepciones) los films producidos bajo este medio jamás son nominados para otras categorías. Este año, las actrices Halle Bailey (quien interpretará a Ariel en el nuevo live action de La Sirenita), Lily James (que encarnó a Cenicienta en 2015) y Naomi Scott (la Jazmín de carne y hueso de 2019)  iniciaron la 

presentación del segmento Mejor Película Animada diciendo “Los films animados se vuelven una de las experiencias cinematográficas más formativas en nuestra infancia. Tantos niños miran esta películas una y otra vez. Y otra, y otra, y otra y otra. Algunos padres ahí fuera saben de qué estamos hablando”. Diuh, desagradable. Primero, qué cara rota de parte de gente que está ganando millones de dólares con el amor que le tiene el público a personajes de películas animadas. Segundo, creer que los dibujos animados son para niños es un discurso estúpido que no debería ser validado por una institución que nació con el fin de celebrar el arte cinematográfico. Tercero, ¿Ustedes creen que Akira, Cartas a Van Gogh, Fantastic Mr Fox, White Snake están dirigidas a infantes? ¿Están bien? ¿Quieren que llame a alguien?

Otro aspecto distintivo de estos premios es que son una competencia de quién tiene el mejor publicista y capacidad de rosca en la industria, más que un reconocimiento a la excelencia. Como dice Amid Amidi “Imagina un mundo donde el premio de más alto perfil a la animación fuera seleccionado por individuos que no tienen experiencia ni apreciación por el arte de la animación”. No imagines más: los votantes  de los Oscars son cualquier miembro de la Academia, y así terminás con actores juzgando efectos especiales y vestuaristas puntuando bandas sonoras. Un votante 

dijo que la película de estudio Ghibli El cuento de la princesa Kaguya (Japón, 2013) y el film irlandés La canción del mar (2014): eran 2 relegadas dementes cosas chinas de mierda que nadie carajo vio (?.

Y así terminás con un premio que a esta altura solo sirve para ser lobby de Disney. En los últimos 10 años, solo una película que no pertenecía al estudio ganó la estatuilla: Spider-Man: Into the Spider-Verse de 2017 (la película de animación más influyente del último lustro. Veanla).Y fue una S-O-R-P-R-E-S-A. Disney estaba tan convencido de que Ralph 2 iba a ganar que empezó a 

publicitarla como mejor película animada antes de que se llevara a cabo la ceremonia.

 Implicaciones políticas: nefastas 

Y se pone peor. Disney es la encarnación de la frase “es gay y homofóbico a la vez”. No para de lucrar con las historias, el talento y el trabajo de personas queer; pero a la hora de poner las manos, prefiere usarlas para depositar dinero en las manos de legisladores lgbt-odiantes.

Distintos medios estadounidenses han publicado que Disney ha estado donando dinero a senadores de Florida como forma de lobby para conseguir exenciones impositivas. Coincidentemente, estos congresistas son activos propulsores de leyes anti-lgbt, como la reciente The Parental Rights in Education bill o “don’t say gay bill”. Esta impide a docentes impartir clases sobre temas de identidad de género, retira libros con contenido lgbt de las bibliotecas y remueve banderas arcoíris de las instalaciones educativas; todo en nombre de darle a los padres más control sobre la educación de sus hijos.

En adición, empleados de Pixar (compañía parte del megaconglomeradomonopólico Disney; quienes se pronunciaron en contra de la Don’t say gay bill) revelaron en una 

carta que ejecutivos de Disney demandan recortes en todas las escenas que incluyan afecto romántico entre personas del mismo sexo.

Y la casa de Mickey Mouse todavía cree que puede compensar todo estrenando “la primera película Disney con un personaje abiertamente lgbt+”: ha publicitado a 13 películas de esta forma  desde 2016. 

Fin.

Me gustaría terminar con una nota en positivo, peeeero no la tengo. Siempre he amado la animación. Mi película favorita es El Viaje de Chihiro, soy dibujante amateur y hasta tengo un título de animadora Junior. Pero es muy difícil convivir con la idea de que algo que te da tanta alegría hace la vida tan difícil para las personas que viven de ella, la disfrutan, e incluso para quienes no tienen nada que ver y sufren daño colateral. 

Noticias que tal vez no leíste pero deberías:

  • Trabajadores de AMAZON siguen luchando por su derecho a sindicalización. La compañía prohíbe palabras como “diversidad”, “trabajo esclavo” y otros términos en sus comunicados privados. 
  • Crunchyroll y Funimation se fusionan. Sony ahora es dueña de la industria de ánime más grande de Japón al adquirir las susodichas, AnimeLab, Viz Media Europe Group, KAZE, Wakanim, Madman Anime Group A-1 Pictures y CloverWorks. IEEEEI, más concentración.
  • Falleció la mangaka Mia Ikumi, creadora de Tokyo Mew Mew. Gracias, que en paz descanses.
  • Vimeo cambia su modelo de negocio, y afecta el movimiento de los usuarios de Patreon.
  • La maquillista de Euphoria lanza su propia línea de productos, con el apoyo de la productora A24
  • KPOP: Lisa se convierte en el acto femenino KPOP más vendido de todos los tiempos. Big Bang rompe records con su regreso. TOMBOY de GIdle arrasó.

Escrito por

Lic. en Relaciones Internacionales. Lic en Ciencia Política. Todo lo que escribo es a título personal a menos que se explaye lo contrario.

Deja un comentario