Mujeres y Malvinas: una lucha por el reconocimiento

El presente 2 de abril de 2022 se celebra el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, y al mismo tiempo se cumplen 40 años de la Guerra por la recuperación de las Islas del Atlántico Sur (Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur). Estrategia llevada adelante por el gobierno militar que tenía en su presidencia a Galtieri.

Lo cierto es que, luego de la guerra, todos los años se realiza una conmemoración tanto a los soldados como civiles caídos y sobrevivientes del conflicto bélico. Asimismo, el país sigue reclamando por la Soberanía sobre las Islas, un reclamo que desde la vuelta a la democracia se estableció como una bandera de la política exterior argentina, convirtiéndose así en una cuestión de Estado.

Ahora bien, siempre se reconoce la figura de los hombres que formaron parte de la contienda, ignorando el lugar  que las mujeres han tenido en la misma,  y por ende se les otorga un rol pasivo en la historia. En vistas de ello, el objetivo principal del artículo es reivindicar y revalorizar el compromiso de las mujeres que participaron en la Guerra de Malvinas.

¿Quiénes fueron las heroínas de Malvinas?

En un primer momento, cabe destacar que en la década de 1960, las mujeres argentinas comenzaron a ganar ciertas conquistas, siendo  el derecho a la educación uno de los principales logros.
Ya durante el proceso de Reorganización Nacional, las mujeres adquirieron un rol marginal y restringido a la esfera privada relacionada con la familia y atención del hogar (Maccani y Ruíz, 2016). Más allá de lo nombrado anteriormente, fue durante el contexto dictatorial, donde las mujeres empezaron a incorporarse al sector de la salud. En lo que respecta al sector militar, las mismas iniciaron su formación en el Hospital  Militar Central, inmiscuido en lo que se refiere a la doctrina de la Sanidad Militar (Maccari y Ruiz, 2016). En suma, su incorporación coincidió con la decisión de la Junta Militar de embarcarse en la recuperación de las Islas Malvinas.

Distintas mujeres profesionales, estudiantes y civiles se alistaron para formar parte de la contienda. Las mismas, además de desempeñar tareas de cuidado siendo enfermeras voluntarias e instructoras quirúrgicas, tuvieron otras ocupaciones tales como: radio operadoras, maestras, isleñas civiles. Tal como “los pibes de Malvinas”, estas mujeres tenían entre 15 y 24 años. Estas mujeres estuvieron acompañando, contenido y salvando la vida de numerosos soldados.

Todas ellas son Susana Mazza, Silvia Barrera, María Marta Lemme, Norma Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes, Mariana Soneira, Marta Giménez, Graciela Gerónimo, Doris West, Olga Cáceres, Marcia Marchesotti, María Liliana Colino, Maureen Dolan, Silvia Storey y Cristina Cormack. Alicia Reynoso, Ana Masitto y Stella Morales. 

Una vez terminada la guerra, que significó una derrota respecto a la recuperación del territorio, comenzó lo que varios/as autores/as denominan el contexto de “desmalvinización” – término propuesto por el politólogo francés Alain Rouquié- que consistió en mantener en el silencio y el olvido a todo lo ocurrido en la guerra. Esta decisión Estatal afectó tanto a los hombres como mujeres que participaron y vivieron en carne propia la contienda. Como expresa Alicia Panelo (2015) en su libro Mujeres Invisibles: “en su momento les sugirieron expresamente que no hablen, principalmente, porque ellas vieron las condiciones en las que volvían los soldados”.

Del olvido al reconocimiento…

Más allá de lo mencionado previamente, durante el proceso de recuperación de la democracia durante el gobierno de Alfonsín, se llevaron adelante algunos reconocimientos simbólicos a las mujeres que brindaron servicios durante la Guerra de Malvinas. Ejemplo de ello fue la sanción de la Ley 23.118/8 Condecoraciones a todos los que lucharon en la guerra por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, a cuál en el artículo 1 “: Condecórase a todos los que lucharon en la guerra por la reivindicación territorial de las Islas” otorgándoles una medalla y un diploma. Por otro lado, la  ley que aporta a la definición del veterano de la guerra de Malvinas y como explica Di Giorgio (2017)  fue la: 

 “(…) ley 23.848 de 1990, modificada numerosas veces en años posteriores, siendo una de estas modificaciones la que dio lugar a la ley 24.343 de 1994 en donde se habla explícitamente por primera vez de los escenarios T.O.M y T.O.A.S, previamente nombrados, para delimitar geográficamente quiénes percibirán pensiones vitalicias por haber participado del conflicto. Esta última ley es clave porque muchas de las mujeres que aquí nombramos estuvieron en el TOAS y, al menos dos (Liliana Colino y Doris West), en el TOM” (pp. 94).

Más allá de esto, las mismas no fueron alcanzadas ni incluidas en las leyes que hacen referencia al “veterano” de la guerra, ni por la pensión que reciben los héroes de Malvinas.

Varias autoras (Di Giorgio,2017; Salerno,2022) coinciden en el hecho de que en 2010 se produce una ruptura en cuanto al lugar que estas mujeres ocuparon y ocupan en la Cuestión de Malvinas. Antes cabe destacar que durante los gobiernos kirchneristas, en 2005 de Néstor y posteriormente los dos gobiernos de Cristina, dan cuenta de una profundización y puesta en la agenda pública de la Cuestión de Malvinas. Ejemplo de ello, fue el aumento en la cantidad de actos conmemorativos, conjuntamente con el aumento de las pensiones de los veteranos. Asimismo, por medio de la ley  N° 25.370 de 2006 se estableció el 2 de abril como feriado nacional inamovible. En suma, en el año 2014  se llevó adelante la inauguración del Museo Malvinas en el predio de la Ex-ESMA, donde algunas mujeres que estuvieron en la guerra fueron invitadas a dar una conferencia en 2016 (Di Gorgio, 2017).

En lo que respecta a las heroínas de Malvinas, producto del avance del movimiento feminista en nuestro país y del empoderamiento de las mujeres que participaron de la contienda,  en 2010 Alicia Reynoso (quien en el año 2009 decidió inciar un juicio contra las Fuerzas Aéreas por discriminación) rompió el silencio y comenzó a hablar de su experiencia y de la de tantas otras mujeres. Todo este proceso devino en la publicación de su libro Mujeres Invisibles en 2014.

En los últimos años, varias de las heroínas de Malvinas han realizado entrevistas televisivas y radiales, han participado en documentales y películas contando y dando a conocer toda la labor realizada y todo lo vivido no sólo durante la Guerra, sino el dolor y la angustia que les tocó transitar – como a varios veteranos. A ellas se les suma el hecho de la falta de reconocimiento (Salerno, 2022).

Este protagonismo llegó recién en el año 2013, cuando de la mano del entonces Ministro de Defensa – Arturo Puricelli- se les otorgó uno de los reconocimientos más importantes por parte del Estado  a dieciséis instrumentistas, haciéndoles entrega el Diploma que las reviste con el rango de ex combatiente femenina. Hasta entonces, este reconocimiento solo había sido recibido por Juana Azurduy. También, otras seis heroínas obtuvieron Medallas al Valor (Di Giogio, 2017) 

Fue igualmente significativo cuando, en el 2014, fueron llamadas a participar por primera vez al desfile por parte de las Fuerzas Armadas, tuvieron que pasar treinta y un años para que aquello sucediera. Empero, los avances,  en el aniversario número 35 de la Guerra, no fueron invitadas. Esto demuestra, coincidiendo con Di Giorgio (2017) , que “la negación de su participación en el conflicto continúa a la orden del día, y de cómo aún no se ha naturalizado su “ser y existir” como veteranas de la misma manera que con los hombres” (pp. 97).

Otro de los años significativos fue el 2017 (Di Giorgio (2017); Salerno (2022), ya que se produjo el Primer Paro Internacional de Mujeres trabajadoras en el país. En lo que a Malvinas respecta, se produjo el fallo del Juzgado Federal de Seguridad Social N°6 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El mismo reconoce el desempeño que realizaron tres enfermeras en el Hospital Regional de Comodoro como veteranas de la Guerra de Malvinas (Di Giogio, 2017). Asimismo, se publican dos libros relevantes: Mujeres olvidadas de Malvinas, de Sandra Solohaga, y Crónicas de un olvido. Mujeres enfermeras en la guerra de Malvinas, de Alicia Reynoso (Salerno, 2022: 29). En suma, es el año que más se ha hablado y publicado sobre el rol de las Mujeres en Malvinas.

En la actualidad la lucha de las veteranas de Malvinas continua, recientemente una diputada nacional mendocina envió al Congreso un proyecto de ley que propone una pensión vitalicia para las excombatientes Asimismo, en el Espacio Pensar Malvinas de la Municipalidad de Ushuaia se ha colocado una placa en conmemoración del rol de las mujeres en la guerra de Malvinas.

A modo de cierre, y luego de haber realizado un recorrido histórico, resulta relevante seguir visibilizando el rol que las mujeres han tenido en la Guerra de Malvinas. Gracias al impacto que ha tenido el movimiento feminista en nuestro país y a que tantas mujeres han roto con el silencio, es que hoy en día existe una reconstrucción histórica de su historia y testimonio. Empero, como manifestó Alicia Reynoso en una charla de 2016 en el Museo Malvinas: “en un país donde la política de género está en ascenso, nosotras seguimos sin ser reconocidas”. Por lo cual la lucha continúa para ser reconocidas en términos de igualdad que sus pares masculinos. Se lo debemos por el trabajo, el honor y amor a la patria, y por todo el sufrimiento y dolor que han tenido que soportar durante tantos años.

Recomendaciones

Libros:

Crónicas de un olvido de Alicia Reynoso

La guerra menos pensada de Victoria Torres

Películas/ Documentales: 

“Nosotras también estuvimos” (2021)
“30 miradas: ciclo de cortometrajes latinoamericanos sobre Malvinas” (2014)

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