¿Cómo estás? Yo escribiendo esto una semana antes, algo que no pasaba hace mucho. El que me conoce sabe que el tiempo es un bien súper preciado para mi y su organización también, algo que el contexto pandémico y, posteriormente, mis nuevos trabajos fueron socavando. Como siempre les digo que todo pasa, esta vez va a pasar..
En el vaivén de temas que me gustaría tratar en mis cartas hacia vos se me cruzan una bocha de tópicos, mi cabeza empieza cual fichero a desplegarse en las infinitas variedades de hilos que se pueden desarrollar y ahí entra el cortocircuito. ¿A qué voy con esto? Que hoy, como la ciencia, voy a experimentar. Este news no tiene una idea mater, sino que se va a ir buscando abrir puertas y preguntas y tal vez así pasar de esto:
A esto:
(Este es el punto donde todos los que intervienen en que esta carta pase de un word a un mail se empiezan a agarrar la cabeza).
Hablemos de drogas
Tengo conocidos (?) que hablan de los beneficios de la marihuana: te relaja, dormís mejor, te concentrás, etc, etc. Pero ¿qué dice la ciencia? (Acá es donde viene una de las aclaraciones: acá nadie hace apologías ni nada, no se droguen)
Me interesa mostrar las dos caras. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos explica que cuando te pega “muchos experimentan una euforia placentera y una sensación de relajación. Otros efectos comunes, que pueden variar ampliamente de persona a persona, incluyen una mayor percepción sensorial, risa, alteración de la percepción del tiempo y aumento del apetito”.
Pero ojo, también aclara que “hay personas que, en vez de relajación y euforia, sienten ansiedad, miedo, desconfianza o pánico. Estos efectos son más comunes cuando se consume demasiada cantidad, cuando la marihuana es más potente de lo esperado o si la persona no tiene experiencia. Quienes han consumido grandes dosis de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y la pérdida del sentido de identidad personal”.
Así que respeto y cuidado. Tomando la parte medicinal, hay muchos avances y evidencia de que el consumo de cannabis ayuda en varios tratamientos de muchas enfermedades. Como todo en el campo científico, la marihuana tiene dos bandos de investigadores en los cuales se busca tanto demostrar sus beneficios como sus efectos adversos. Como objeto de estudio, las conclusiones muchas veces son parciales e incompletas. Además, al tratarse de algo que hasta hace varios años era tabú, claramente las percepciones personales, los estereotipos y las subjetividades infieren. El que diga que las investigaciones no tienen un tinte de subjetividad le invito un café.
Voy a dejar un par de investigaciones que leí y paso directo a lo que nos llama acá que es la política.
El primer lugar que me interesa que leas es CAMEDA (Cannabis Medicinal Argentina), que aglutina un grupo de expertos e investigadores sobre la materia en todo lo referido tanto a lo científico como en el acceso del mismo. Tomo de vuelta al Instituto de los Estados Unidos con una guía simple y directa de usos medicinales.
Un trabajo desde Chile nos expone que “las investigaciones científicas de las últimas décadas han demostrado el impacto negativo del consumo de cannabis a nivel cerebral, cognitivo, emocional, social, académico-vocacional y físico, así como también sus posibles daños indirectos”. Entre los principales riesgos se exponen a) la adicción, b) efectos en el cerebro, c) daños a la capacidad cognitiva, d) daños a la salud mental y e) accidentes vehiculares.
En Colombia hicieron una encuesta a pibes de distintos colegios para entender un poco la percepción que tenían los mismos con respecto al consumo de marihuana. Algunos de los resultados fueron que: el 52% de la población encuestada reportó que no la usaría aunque esta fuese legal, el 36% la probaría o seguiría usando y el 12% aseguró no saber. Por otro lado, los resultados revelaron que cerca de la mitad (46%) tenía una posición favorable respecto al uso de marihuana con fines medicinales (46% hombres, 45% mujeres) y un 16% aseguró que está de acuerdo con que esta sustancia sea usada adicionalmente para fines medicinales y recreativos, mientras que un 26% refirió que considera que no debería ser usada en ningún contexto (22% hombres, 28% mujeres).
Si bien importan esos números, hay un dato que llama la atención: “Los resultados mostraron una asociación significativa entre la percepción de riesgo y la intención de uso de marihuana, […] en general se halló una relación entre tener la intención de probarla a los 18 años o continuar usándola y tener una baja percepción de riesgo si se consume con una baja frecuencia”. Lo que alerta que si bien los encuestados decían tener ganas de prenderse uno, no eran conscientes de los efectos o riesgos que conlleva.
En Argentina, a través de la Ley 27.350, se establecieron mecanismos de investigación científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. En este contexto, se “creó el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis en el ámbito del Ministerio de Salud y se promueve el acceso del aceite de cannabis para los que necesiten”.
Argentina, en comparación con la región, se encuentra avanzada en la cuestión del cannabis. Ahora el uso recreativo es otra carta, pero en los últimos meses el debate en torno a la legalización se ha puesto en la agenda pública y el mismo presidente habló de la posibilidad de abrir el debate en la gestión en la Caja Negra en la que dijo “La primera tentación mía es terminar con la hipocresía. La marihuana hace daño, el tabaco mata de cáncer y el alcohol degrada al ser humano. Si estos dos son legales, explíquenme por qué hay ilegalidad en el otro lado (por la marihuana)”.
Claramente, para ver todos los puntos con respecto al debate en torno a la legalización lean a Esteban. Sí, acá viene el cross que estuvo hablando de las elecciones y, en particular, las posiciones de los candidatos en este punto.
Acá termino casi con una reflexión en cuanto hay que entender todo el panorama, como dijo el presidente, es importante ver todo el espectro, no quedarnos con una idealización o demonización de la marihuana en torno a la posible legalización para su uso recreativo. Desde el lado de la ciencia lo mismo, todo lo que sirva para sumar y mejorar la calidad de vida, con el debido proceso de investigación, aprobación y regulación, hay que recibirlo. No se si lo dije, pero los avances en el campo científico (cualquiera sea la materia) deben estar al servicio de la sociedad y no la sociedad atacar los avances de la ciencia. Por eso, y como último comentario, es importante la rigurosidad científica para seguir en la senda en la cual los avances de la ciencia nos permitan beneficiarnos de lo que, en este caso, la naturaleza y las plantas de cannabis nos dan.
Bueno, siento que esta carta podría ser más larga o más corta, no lo sé. Espero que les haya gustado, como siempre espero sus feedbacks tanto respondiendo este mail como en las redes de poli. Para finalizar, viene el mangueo para seguir ayudando a poli a crecer.
Picadito para el asado cumbiero:
- Estoy leyendo un libro que me regalaron, recomiendo El Circo de los Pueblos. Un repaso del uso político del fútbol
- Un poco de lo mío, un artículo que explica cómo la tecnología está cambiando los mecanismos de control de los armamentos de los países
- En épocas electorales hay que tener cuidado con lo que se dice, más si se utiliza para impulsar ideas de extrema derecha. Vean Hater que es un peliculón