¡Muy buenos días, queridas y queridos lectores! Una nueva semana, la última de julio, arrancando con #SakeMundial. Estoy contento porque arrancaron los JJOO de Tokio y, en el plano nacional, habemus listas con paridad de género para las PASO. Acá pueden ver las del FdT y por acá las de Juntos. No obstante, hoy me van a acompañar en un popurrí de temas internacionales enroscados, inaugurando, además, el espacio memístico. Espero que sea una buena producción.
En primer lugar, gracias a la lectura del nuevo libro de Pablo Stefafoni, que les recomiendo leer, me surgió desentrañar un tema bien candente y actual: el libertarismo y su asimilación a la derecha radical. Por lo cual, vamos a tratar de responder los siguientes interrogantes: ¿Qué es este espectro? ¿Dónde encaja?
Segundo, me van a acompañar en un balance estadístico, posible gracias a la desdicha pandémica. Se trata de responder, de manera escueta, al interrogante ¿Cuánto ha afectado la pandemia a la participación electoral alrededor del mundo?
En última instancia, tenemos que hablar sobre un nuevo estallido social (y van…). Esta vez nos situamos en el extremo sur de África, en la “nación del arcoíris” y de Nelson Mandela, que parece haber tenido su gota que rebasó el vaso producto del encarcelamiento del ex presidente, Jacob Zuma. En resumidas cuentas, se descontroló todo.
Para terminar, como en cada entrega, las recomendaciones ociosas para que cierren sus jornadas laborales y académicas despejando las tensiones (o no). Aquí vamos.

Confluencia explosiva: Libertarismo y Extrema Derecha.
La lectura del libro de Pablo Stefanoni y el recorrido por los eximios podcasts de Epidemia Ultra dieron luz al tema que nos convoca. Al respecto, se puede decir que el siglo XXI recuperó parte de las bases de la cultura política norteamericana que dieron origen al libertarismo. Pero añadió una pizca de desobediencia para potenciar su accionar e inserción en el sistema. Partamos de una obviedad: el libertarismo ataca la idea del Estado como institución y, además, tiene como principio máximo la libertad, reconociendo a los individuos como seres capaces de tomar decisiones, siempre y cuando estas no afecten a un tercero.
Ahora bien, en un mundo inherentemente permeado por la dicotomía izquierda-derecha, caemos en la complejidad al momento de pensar cómo categorizar en este eje ciertos movimientos e ideas que surgieron en los últimos siglos. Lo cierto es que, sin descartar el hecho de que existen libertarios de izquierda, el cauce que hace confluir a la extrema derecha con el libertarismo se puede encasillar en dos dimensiones: por un lado, en las similitudes en el lenguaje y las actitudes compartidas, tales como la oposición a la justicia social o la retórica inconformista hacia la libertad de expresión; por el otro lado, al plano ideológico, que se erige en la convicción del imaginario sobre declive mundial, el convencimiento de vencer a la izquierda y la férrea oposición a la discriminación positiva.
Al momento de graficar estas personas, que articulan una escala de valores desde el carácter reaccionario hasta el autoritarismo y racismo, un personaje que puede ilustrar lo mencionado es el congresista por Texas, Ron Paul, candidato a presidente por el Partido Republicano en 2008 y 2012. Empero, así como Vox lo es en España, en nuestro país podemos identificar dos personajes que se “dividieron” las tareas en su ofensiva libertaria: Javier Milei, cuya pugna mayor es el dinamitar el virus keynesiano y Agustín Laje, que abrió una disputa cultural contra el feminismo y, más en general, contra el progresismo. Su postura, que busca radicalizar sectores de la sociedad, es lo que se debe evitar descuidar. De lo contrario, los intereses que defienden y la realidad que representan terminan acentuando las desigualdades latentes de la sociedad.
Un balance de las elecciones en pandemia
Podríamos pensar una infinidad de sucesos que acontecieron posterior al 11 de marzo de 2020, día en el que la OMS decretó la pandemia. Hoy les traigo un racconto de las elecciones nacionales que tuvieron lugar en el marco del escenario pandémico. Para ello, me proveo del estudio que realizó el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA). Su actualización periódica desde el 21 de febrero del 2020 llegó, por el momento, hasta el 21 de junio del 2021, por lo que en ese espacio temporal basaré mis apreciaciones.
A primera vista, se puede observar que al menos 78 países en todo el mundo han decidido posponer las elecciones nacionales y subnacionales debido al COVID-19. Mientras que fueron 125 los países que decidieron celebrar elecciones nacionales o subnacionales según lo planeado originalmente a pesar de las preocupaciones relacionadas con el COVID-19. En adición, 55 países celebraron sus comicios postergados, justamente por las consideraciones sanitarias y la realidad pandémica. Ahora bien, el interrogante que surge es: ¿En qué medida afectó la pandemia a la participación electoral?
Los datos del estudio de IDEA arrojan que en 31 países la participación en sus comicios aumentó, mientras que en 53 países decreció. Hilando más fino, de la proporción que aumentó la participación, se encuentran 12 países europeos, 10 países africanos, 5 asiáticos y 4 de América. Del bando deficitario, 16 naciones de América, 14 de Europa, 12 de Asia y 9 de África. Habida la cuenta de una proporción mayor de decrecimientos, hay una cuestión central: un año y medio después, la pandemia no solo generó lo que Antoni Gutiérrez-Rubí llama “acedia política”, sino que obligó a una importante reevaluación de las políticas y prácticas electorales establecidas, producto de la exposición de las limitaciones y el allanamiento hacia nuevas alternativas e innovaciones, como sugiere esta reflexión de Demo Amlat y esta otra de IDEA.

- Una chispa incendia el país de las contradicciones y oportunidades.
Hace 27 años que Sudáfrica puso fin al oscuro período del apartheid, y hace un cuarto de siglo también gobierna el partido Congreso Nacional Africano (ANC), en un principio de la mano del ex Presidente y Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela. Por otra parte, Sudáfrica se ha convertido en la potencia emergente más importante del continente africano. Además, en la actualidad no sólo es el país más industrializado de África, sino también el único miembro africano de los BRICS, el presidente de la Unión Africana y la segunda economía más grande de la región después de Nigeria.
No obstante, las desigualdades se han ido profundizando de modo tal que, según el Banco Mundial, el desempleo ronda al 30% y la mitad de su población se encuentra sumida en la pobreza. Ahora bien, ¿Qué nos trae a hablar de esta nación? Desde que el expresidente, Jacob Zuma (79 años), considerado héroe nacional, fue condenado a 15 meses en la cárcel debido a investigaciones de corrupción durante su presidencia, se iniciaron una serie de protestas, vandalismo y saqueos por todo el país. Llegó a tal punto que un testimonio afirmó sentirse en una “zona de guerra”. Las revueltas dejaron un saldo de 117 muertos y 1200 arrestos hasta la semana pasada. A lo que el presidente, Cyril Ramaphosa, en visita a las áreas afectadas, ha respondido acusando una insurrección popular, a lo que se sumó el despliegue de 25.000 soldados para reforzar la seguridad.
Lo sustancial para comprender el detonante de este delicado escenario es observar no solo al sistema político sino también al rubro económico y al sostenido deterioro de la calidad de vida de los sudafricanos. Como si no fuera poco, el golpe por las altas tasas de casos de coronavirus y la escasez de vacunas y medicamentos complicaron la gestión de la pandemia. Por lo tanto, con los bajos niveles de ingreso, las altas tasas de desempleo y la incapacidad gubernamental para gestionar los problemas sociales (la criminalidad, entre ellos), Sudáfrica debe encaminar su planificación prioritaria a superar estos obstáculos, para poder estabilizar el rumbo del país y consolidarse como potencia regional con alcance global.
Hasta acá llegamos por hoy. Si llegaste hasta las recomendaciones ociosas, te agradezco por el tiempo dedicado. Si les inquieta algún desglose sobre los temas de hoy u otros que sucedan en este dinámico mundo, son bienvenidos a consideración. Que estés bien y tengan una buena semana.
- Recomendación seriéfila: “Cómo se convirtieron en tiranos”.
- Recomendación cinéfila: “22 de julio”.
- Recomendación documental: “Las elecciones, en pocas palabras”.
- Recomendación de lectura: “Sociedad de la Pantalla”, de Esteban Ierardo.
- Recomendación musical: A Night at the Opera (album), de Queen.