A 8 meses de la media sanción en el Senado, en el día de ayer obtuvo dictamen de mayoría la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos. La misma fue tratada en cuatro diferentes comisiones de la Cámara de Diputados: comisión de Legislación General; de Acción Social y Salud Pública; de Industria y Defensa del Consumidor; del Usuario y de la Competencia.
El texto fue impulsado por el Frente de Todos y estuvo acompañado por algunos diputados de Juntos por el Cambio y otras bancadas minoritarias. Ahora, ya puede ser tratado por la totalidad del recinto.
Este proyecto busca introducir una serie de etiquetas negras octogonales en los envases de los alimentos que adviertan sobre sus ingredientes y su composición nutricional. La iniciativa recae sobre todo en los alimentos o bebidas ultra procesadas, que contienen exceso de azúcares, sal, grasas y calorías. Por el contrario, se exceptúa de la colocación de sello en la cara principal al azúcar común, sal de mesa, aceites vegetales y frutos secos.
En la actualidad, la información nutricional de los alimentos se encuentra en los envases de manera confusa y poco legible: los cuadros que indican sus ingredientes poseen una letra muy pequeña y, en general, los nombres de los alimentos no son fáciles de distinguir y comprender, lo que genera una gran falta de información en los consumidores sobre los productos que adhieren a sus dietas.
Asimismo, la medida busca generar un descenso en las tasas de obesidad, hipertensión e hiperglucemia, que son los factores de riesgo más asociados a la mortalidad en Argentina. De igual manera, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizada en 2018 determinó que en Argentina el porcentaje de niños de 0 a 5 años con exceso de peso es del 13,6%. Es por esta razón que otro de los puntos que propone el proyecto es la prohibición de publicidad dirigida a público infantil en los productos que contengan al menos una etiqueta de exceso.
La medida provocó diversas críticas provenientes desde diferentes sectores de la industria, alegando que esto desalentaría el consumo y la comercialización de una gran cadena de productos. También, algunos sectores productivos consideran que esto sería una traba a la exportación de productos procesados a países que no contemplan este tipo de etiquetado en sus productos, disminuyendo aún más el comercio en una economía que se encuentra actualmente muy golpeada.
Por su parte, la principal impulsora de esta ley, Florencia Lampreabe del Frente de Todos, explicó que “la presencia de nutrientes críticos en ultra procesados está ligada directamente al aumento de la malnutrición y enfermedades crónicas no transmisibles. Todas esas enfermedades son prevenibles mejorando los hábitos de la alimentación”.