¡Feliz julio Poliwhiskers!
Poseída por una energía patriota, quise dedicarle un espacio especial al mundo del entretenimiento televisivo nacional, como forma (algo retorcida) de homenaje al día de la independencia.
Siguiendo una lógica que haría llorar a cualquier amante de la metodología, voy a proceder a contarles qué ocupará las pantallas este 2021. Espero que les guste.
Primero, vayamos un poco hacia atrás
Como describe la académica Ornella Carboni en su trabajo “Evolución histórica de las telenovelas en Argentina”, a inicios del milenio, en medio de una crisis económico-social de proporciones monstruosas, el sector audiovisual experimentó un crecimiento debido a las ventajas comparativas de un dólar barato (o sea, el momento inmediato pos caída del 1 a 1) que atrajo demanda externa a una industria con buena tecnología y personal capacitado.
En 2008, la crisis económica internacional golpeó al sector de manera grave, provocando una baja considerable en la producción, por lo que la grilla se llenó de repeticiones de obras viejas. Desde 2009 hasta 2012, se registró un desplome en la realización de ficción seriada, debido a la inflación, depreciación del peso argentino y caída en la pauta.
En esta etapa (2002-2012) se produjeron 215 ficciones; el 45% de ellas por parte de 2 productoras: Pol-Ka y Telefe Contenidos. Durante el período 2013-2016, se produjeron y emitieron 79 ficciones, de las cuales sólo 21 fueron telenovelas. De ese total, un 60% se financió con dinero público y un 30% restante fueron realizadas por parte de las 2 productoras.
En la actualidad, solo Polka (cuyo control accionario lo tiene el Grupo Clarín) y Underground (desde 2019 parte de NBC Universal Telemundo, cuyos productos son transmitidas casi exclusivamente por Telefe) producen ficción de manera estable.
La situación actual
En palabras de Emanuel Respighi, periodista especializado en medios, “desde hace tiempo (que) la ficción televisiva de producción nacional está en peligro de extinción”. Los ingresos publicitarios están por el piso, cada vez más televidentes consumen contenido a través de otras plataformas y los costos están por las nubes. Aunque la pandemia fue un golpe al estómago, como acabamos de ver, la producción de ficción en Argentina viene de décadas de vapuleo. Con todo esto en mente, les presento 2 casos.
Pol-ka Producciones S.A. tiene solo 2 trabajos abiertos: Una mini-serie de 8 episodios para HBO Max sobre el asesinato de María Marta Gracía Belsunce; y la telenovela “La 1-15/8” para Canal 13, que se estrenará en breve.
La segunda, su apuesta más grande, está en el ojo de la tormenta debido a la pésima recepción de su trailer. El mismo recibió críticas duras debido a su romantización de la pobreza, atroz caracterización de los personajes, casting repetitivo y cliché y trama estigmatizante. En paralelo, hay fuertes rumores de que el rodaje se paralizará debido a las grandes sumas de dinero adeudadas a los empleados que trabajan en la tira.
Por su parte, Telefe parece haber encontrado la forma de retener al público en la pantalla sin necesidad de producir (tantas) ficciones propias, lo que cesa la demanda para Underground Producciones.
Por un lado, su estrategia de importar enlatados (producciones extranjeras finalizadas) ha resultado un éxito: tiras brasileñas como Fuerza de Mujer y Dulce Ambición han sido muy bien recibidas en redes sociales; y la serie turca “Dr Milagro” roza los 20 puntos de rating desde hace meses. La compra de derechos para emitir una serie enlatada -que puede pasarse durante tres años seguidos- tiene una relación de costo 4 a 1 con respecto a la producción de ficción local: Es un win-win para el canal, y un golpe durísimo a la industria nacional.
Por el otro, ha logrado ganar la atención de lxs televidentes argentinxs con sus producciones de no-ficción. A programas con audiencia “fiel/estable” como Minuto para ganar, Trato Hecho y Pasapalabra, se le suman monstruos de rating y tráfico en redes sociales como lo son MasterChef Celebrity, Bake Off y La Voz. Esta compra de formatos angloparlantes ha revertido una vieja tradición, donde Argentina solía ser la exportadora y no importadora (si quieren saber más del tema, háganme saber así sale en un próximo NL).
Entonces, ¿qué vamos a ver este año?
Queridx televidente, espero te gusten los realities: su espectacular recepción no hará más que garantizar su producción para tiempos venideros. A su vez, deberás abrir tu mente y ejercitar tus “habilidades interculturales”, porque las ficciones que llegarán a la pantalla provendrán de tierras lejanas. Finalmente, espero tengas la nostalgia a flor de piel, porque las repeticiones de obras viejas no cesará en ningún futuro cercano.
Cometeré un sincericidio y les diré que esta es una de mis entradas menos favoritas desde que nació el NL (y desde que formo parte de Poli al Whisky la verdad). Es bastante expositiva, poco incisiva y le falta vuelta de rosca. Pero, con suerte, se transformará una foto del momento para revisar a futuro y decir “de acá venimos, a donde sea que vayamos”.
Saludos gente, ¡hasta la próxima!
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2 comentarios en “#PopPurrí N°5 – Futurología: Politóloga adivina la grilla de TV Argentina (2021)”