El jueves 6 de mayo se celebraron elecciones en Escocia cuyos resultados dejaron al Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) a un solo escaño de obtener la mayoría parlamentaria. Con la totalidad de votos escrutados, el partido de la primera ministra Nicola Sturgeon ganó 64 escaños (junto con un récord de distritos electorales), mientras que los conservadores obtuvieron 31, los laboristas 22, los verdes 8 y los demócratas liberales 4.
Se estima que alrededor de un 63% del electorado participo en estas elecciones, lo que significa un aumento de diez puntos porcentuales respecto a lo estimado en las encuestas teniendo en cuenta el contexto actual de pandemia.
La falta de mayoría absoluta del SNP lo obliga a conformar gobierno con otros partidos si su objetivo a mediano plazo es impulsar un nuevo referéndum de independencia. Es probable que el SNP reafirme su alianza con los Verdes para obtener los escaños faltantes, aunque es de esperar que estos últimos impulsen sus iniciativas dentro de la política escocesa a cambio de mantener la alianza.
Sin embargo, la prioridad – y en consonancia con las ideas impulsadas desde Londres – es y será la gestión de la pandemia. Una vez controlada la situación, Sturgeon prometió la realización de un segundo referéndum. A su vez, expresó que en caso de que el gobierno del Reino Unido lo bloqueara, el gobierno de Escocia acudiría a la justicia teniendo en cuenta que “dado el resultado de esta elección, simplemente no hay justificación democrática alguna para Boris Johnson o cualquier otra persona que busque bloquear el derecho del pueblo de Escocia a elegir nuestro futuro”.
A nivel de la opinión pública las encuestas muestran un claro 50-50 en las intenciones de independencia del pueblo escocés. Pese a un auge del movimiento independentista a finales del año pasado con picos del 58% a favor de la salida escocesa, en el último tiempo las aguas se han calmado. Entre las razones puede encontrarse la gestión de la pandemia a nivel nacional y el programa de vacunación que ha permitido ejercer un control y disminuir los contagios.