117 años en la Antártida

El 22 de febrero se conmemora en todo el país el Día de la Antártida Argentina, desde la sanción de la ley 20.827 en 1974. Ese fue el día en que por primera vez se izó la bandera nacional por debajo de los 60° de latitud sur, momento desde el cual Argentina ha mantenido una presencia activa e ininterrumpida en la Antártida, que hoy está cumpliendo 117 años. A continuación se hará un recorrido por la historia de la Antártida Argentina y la importancia que supone para el país.

Los primeros rastros de actividad argentina en la Antártida datan de 1818, cuando foqueros matriculados en el puerto de Buenos Aires cazaban animales pilíferos en las islas Shetland. Sin embargo, no fue hasta 1904 que la presencia argentina se efectivizó, cuando el presidente Julio Argentino Roca oficializó el traspaso de la base Orcadas (originalmente construida por la Expedición Antártica Escocesa de Speirs Bruce) a manos argentinas a través del decreto N°3073. Desde ese momento, Argentina ha mantenido una presencia ininterrumpida en la Antártida, que incluso fue exclusiva por 40 años.

Hugo Alberto Acuña, quien fue enviado por el Correo Argentino al continente antártico para establecer la primera estafeta postal, fue el primer ciudadano argentino en izar la bandera nacional en territorio antártico hace 117 años. Así lo relató en su diario de viaje:

A pesar del frío, vestimos traje de paseo, como en Buenos Aires. Hay 5 grados bajo cero. La bandera asciende en el modesto mástil y comienza a flamear. Ya tenemos listo el pabellón azul y blanco. Ya estamos en nuestra propia casa. (Fundación Marambio, 2021).

Desde ese momento, la actividad antártica argentina se fue intensificando, a partir del establecimiento de una mayor cantidad de asentamientos, el desarrollo de proyectos científicos nacionales y en cooperación con otros países, la realización de tareas de rescate, entre otros.

Argentina reclama como soberanos los territorios comprendidos entre el meridiano de 74º longitud oeste, el de 25° longitud oeste, el paralelo de 60° de latitud sur y el Polo Sur. Dentro de estos límites, Argentina posee 13 bases, de las cuales 6 son permanentes (éstas son: Carlini, Esperanza, Marambio, Orcadas, San Martín y Belgrano II); y 7 son temporales, lo que significa que operan únicamente en verano (éstas son: Cámara, Decepción, Primavera, Melchior, Brown, Petrel y Matienzo).

Cabe aclara que, si bien el Sector Antártico Argentino forma parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el continente entero se encuentra bajo el régimen del Tratado Antártico desde que entró en vigencia en 1961, del cual Argentina es miembro consultivo. A partir de su entrada en vigencia, solo los países que tenían reclamos soberanos en el continente con anterioridad podían mantenerlos tal y como estaban (sin la obligación de renunciar a sus derechos) y ningún nuevo actor podía hacer nuevos reclamos. De este modo, el Tratado Antártico puso “en pausa” cualquier disputa soberana en el continente, que actualmente son 7 (Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Reino Unido y Noruega).

En el caso argentino, su reclamo soberano se superpone en parte con el chileno y en su totalidad con el británico. Sin embargo, Argentina fundamenta el mismo a partir de una serie de razones jurídicas e históricas, entre ellas, la continuidad y contigüidad geográfica, la herencia territorial española, su presencia ininterrumpida desde 1904, el establecimiento de bases, la realización de actividades científicas y de tareas de rescate.

En el día de la Antártida Argentina y luego de 117 años de presencia ininterrumpida se hace necesario tomar conciencia del mapa bicontinental de Argentina y reconocerlo como tal. Según Sergio Eissa (2021), “no se termina de internalizar que el Atlántico Sur, la Antártida, las islas del Atlántico Sur y Patagonia son relevantes geoestratégicamente”. Esto genera que no se trabaje en una política exterior, en una política de defensa y en un instrumento militar acorde a las necesidades de un país bicontinental. Es necesario defender los intereses antárticos argentinos tomando noción de la importancia que tiene la defensa del territorio nacional en un continente que posee tantas riquezas (petróleo, minerales, metales, agua dulce y grandes poblaciones de peces y krill); más aun teniendo en cuenta la ocupación británica de las Islas Malvinas, que le permite a este país proyectar poder muy fácilmente hacia la Antártida, y que la escasez de recursos a nivel internacional puede generar fricciones en el continente y posibles reconfiguraciones de la letra del tratado en cuanto a la extracción de recursos.

Es necesario mantener y profundizar el trabajo que Argentina ha realizado en la Antártida estos 117 años.

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