Las enseñanzas de Notre Dame

En la tarde de 19 de abril del 2019, París ardió nuevamente. La emblemática catedral de Notre Dame sufrió un incendio producido accidentalmente a raíz de las tareas de renovación que se estaban llevando a cabo en el lugar. Alrededor de las 18 horas de Francia, las alarmas de incendio comenzaron a sonar intermitentemente en plena misa, los guardias de seguridad evacuaron rápidamente a todas las personas que se encontraban dentro pero aún el fuego no era visible.

No fue hasta cuarenta minutos más tarde que las llamas comenzaron a propagarse rápidamente llegando a la estructura del techo de la catedral, los bomberos llegaron rápidamente a Notre Dame, pero a pesar de la intervención temprana el incendio parecía imposible de contener. La histórica Iglesia fue envuelta por el fuego mientras miles de personas, turistas y locales, admiraban como de a poco la historia se desvanecía frente a sus ojos.

Los medios de todo el mundo enviaron corresponsales a París para cubrir la noticia, videos caseros de los testigos del incendio comenzaron a ser proyectados por todos los canales de televisión a nivel global, una vez más el mundo sufría por Europa. El histórico templo quedó cubierta en cenizas, y en ese momento pensar en su reconstrucción era casi imposible.

Tan solo a horas de haberse contenido el incendio, empresarios, magnates, diseñadores de las exclusivas marcas de ropa, fueron algunos de los primeros en donar grandes sumas para que Francia se ponga de pie nuevamente y que la Catedral vuelva a ser lo que era en un futuro más cercano de lo que creemos. En menos de 24 horas se alcanzó la suma de más de 800 millones de euros, destinados exclusivamente para la reconstrucción de Notre Dame. Hasta el día de hoy, las donaciones no han cesado.

Son muchos los que piensan que la catedral de Notre Dame debe reconstruirse, que uno de los grandes símbolos de París debe renacer, y siendo aún mejor de lo que era. El sentido discurso del presidente Macron motivó a miles a donar para la causa, marcando un récord nunca antes visto… Nunca antes visto porque lamentablemente no es frecuente que las problemáticas sociales, la lucha contra el hambre, la educación, y otras causas de emergencia global, reciban la atención, y fundamentalmente las donaciones, que ha recibido Francia para la reconstrucción de Notre Dame en un lapso tan corto de tiempo.

Es llamativo como el incendio de una catedral puede captar más la atención que niños muriéndose de hambre en África, o el deterioro que causa el cambio climático alrededor del planeta. Estas cuestiones son recurrentes, todos los días el hambre y la pobreza abundan en distintas partes del mundo, y aún así este tipo de causas no se visualizan en los medios las 24 horas del día como así lo fue el incendio de Notre Dame.

Sin duda alguna la iglesia parisina fue (y seguirá siendo) un símbolo fundamental de Francia y del catolicismo. Su arte y arquitectura ha cautivado a miles de personas, pero aún así Notre Dame no es más que una catedral, que con el tiempo eventualmente podrá ser reconstruida, pero el hambre y la malnutrición es lo que está matando a millones de personas hoy y es la emergencia que se debe atender cuanto antes.

Una de las grandes organizaciones que lucha contra el hambre y la pobreza es Action Against Hunger, en su reporte de performance anual la organización detalla su financiamiento a través de distintos actores privados y públicos. En su reporte podemos identificar que Action Against Hunger recibió en el año 2017 un total de 412 millones de euros, de los cuales 321.5 millones fueron de fondos públicos, 79.4 millones de fuentes privadas y otros 11.1 millones de otros ingresos. A simple análisis se puede ver la gran diferencia con las donaciones destinadas a la reconstrucción de Notre Dame, las cuales hoy en día superan los 900 millones de euros y se espera llegar a más.

Frente a estos datos se evidencia claramente que no hay un equilibrio racional. No es posible encontrar un punto de comparación entre problemáticas tan distintas, lo que produce el surgimiento de algunas preguntas difíciles de responder: ¿Cómo lograr direccionar la ayuda hacia las problemáticas sociales que son de urgencia? ¿Cómo es posible que el incendio de una catedral llame más la atención que niños muriendo de hambre o la falta de educación? Las preguntas son infinitas, pero todo indica que el problema está en los valores de quienes tienen el poder para redireccionar los fondos donde verdaderamente importa.

La injusticia social castiga a los más desamparados, pero a nadie pareciera importarle porque el hambre crece, los niños siguen muriendo y en gran parte del mundo el acceso a la educación es nulo, mientras tanto la sociedad festeja una lluvia de donaciones para reconstruir una catedral de más de 800 años que la historia le dió al mundo.

¿Cómo se escribirá la historia si el hambre y la pobreza amenazan cada día a los más vulnerables? ¿cómo es posible sentir orgullo de la historia, cuando la sociedad mira para otro lado mientras los niños mueren de hambre?.

El incendio de la catedral de Notre Dame lleva a reflexionar, que en el año 1163 cuando comenzaba a construirse esta famosa iglesia, el pueblo luchaba contra el hambre, la pobreza y la peste.

Es triste e irónico pensar que si bien el contexto ha cambiado y los avances tecnológicos y sociales han sido impresionantes, hoy la sociedad se encuentra con ese mismo problema estructural.

Cíclicamente el hambre y la pobreza siguen latentes, gritando en cada rincón del mundo, remarcando el fracaso y la falla como sociedad, pero parece que muy pocos son los que escuchan, mientras se invierten millones en reconstruir la historia de Notre Dame.

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