Cada 28 de junio se conmemora la revuelta de Stonewall, un acontecimiento que marcó la historia de la Comunidad LGBTQ+. Aquel día de 1969, una redada policial se desató en el bar de Stonewall Inn, frecuentado por miembros de la comunidad. Recordemos que en aquellos años el colectivo LGBTQ+ era sistemáticamente perseguido por las fuerzas de seguridad en prácticamente todos los países del mundo. No fue hasta inicios de este siglo cuando los Países Bajos legalizaron el matrimonio igualitario en abril de 2001, convirtiéndose en el primer país del mundo en dar este paso fundamental en el reconocimiento de derechos para personas queer.
Volviendo al siglo XX, durante sus primeras décadas y hasta bien entrado el mismo la homosexualidad seguía siendo un tabú. La liberación sexual que se produjo en los años 60 no terminó con la persecución hacia los miembros de la comunidad LGBTQ+, que debían vivir sus identidades en la clandestinidad. En este contexto, Stonewall se convirtió en una especie de refugio. En palabras de Dick Leitsch, el primer periodista abiertamente gay en cubrir los hechos que se produjeron en el bar, Stonewall no era solamente un bar sino que atendía a una gran parte de personas que no eran bienvenidas en otros lugares de reunión.
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Aquel 28 de junio de 1969, la policía de Nueva York irrumpió en el bar con el pretexto de confiscar alcohol, pero en realidad su objetivo era cerrar el bar y arrestar a los asistentes. Esta redada dio origen a un enfrentamiento que duró varios días. No hay consenso sobre cuán largo fue el conflicto o sobre quién tiró la primera piedra contra la policía Lo que sí es cierto es que una de las protagonistas de lo que luego se conoció como la revuelta de Stonewall fue Marsha P. Johnson, una mujer trans y afroamericana que, según algunos testigos, fue una de las primeras personas en enfrentar a la policía. En un contexto de revolución social, donde las personas de color, en conjunto con las mujeres y el colectivo LGBTQ+, comprendieron que sus luchas estaban entrelazadas.
Mark Segal, un activista que presenció los hechos, manifestó lo siguiente reflexionando sobre lo sucedido:
Los afroamericanos pueden luchar por sus derechos, los latinos pueden luchar por sus derechos, las mujeres pueden luchar por sus derechos, ¿y nosotros qué?
Las identidades cobraban en este sentido un rol político.
A pesar del apoyo que recibieron los manifestantes de Stonewall, las personas gay, bisexuales y transexuales no podían ejercer sus derechos a la par que sus conciudadanos heterosexuales. Con matices, los integrantes del colectivo LGBTQ+ tuvieron que seguir escondiéndose incluso en los países con leyes más progresistas. En un mundo que avanzaba hacia el reconocimiento de las personas de color y las mujeres, los derechos de la Comunidad LGBTQ+ permanecían como una asignatura pendiente en casi todas las democracias liberales.
El advenimiento del siglo XXI parecía que finalmente terminaría con la discriminación hacia las personas de la Comunidad. El matrimonio igualitario comenzó a legalizarse a lo largo y ancho del planeta: desde Argentina a Tailandia, el enlace entre personas del mismo sexo se volvió una realidad. Love wins fue el lema elegido para celebrar la sanción del matrimonio igualitario en Estados Unidos en el año 2015, hace tan solo 10 años.
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Hacia el año 2020, parecía que los derechos de las personas pertenecientes al colectivo LGBTQ+ se habían establecido en gran parte del mundo. No obstante, luego de la pandemia, el sufrimiento y posterior victoria en gran parte del mundo de líderes autoritarios dio como resultado un fuerte retroceso en el reconocimiento de los derechos de los derechos del colectivo LGBTQ+.
Probablemente Viktor Orbán sea uno de los líderes que más ha hecho en contra del colectivo. El Presidente de Hungría llegó al extremo de prohibir la marcha del orgullo que se celebraría este año en Hungría. Luego del descontento que esta decisión provocó en toda Europa-la Presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen mostró su apoyo a la Marcha del orgullo- más de 200.000 manifestantes acudieron al pride en Budapest, una convocatoría que, en teoría, era ilegal.
Como consecuencia de los hechos de Stonewall, el 28 de junio fue instaurado como el día del orgullo en todo el mundo. A 56 años de esta revuelta, reflexionar sobre la importancia de la ampliación de derechos. Solo así´viviremos en una sociedad más libre y justa.





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