Al pensar en un conflicto socio-ambiental se debe contemplar que lo inmaterial de la identidad colectiva se interrelaciona con el suelo y los recursos que este posee. El conflicto que rodea al litio se enmarca en la complejidad de la tierra como bien sagrado para las comunidades originarias de la región. 

Sobre la territorialidad: lo abarcativo del concepto “tierra”

La territorialidad trasciende al lugar físico, alude a la relación entre la persona y su espacio, además de introducir el carácter múltiple del concepto de territorio en tanto hábitat natural, espacio geográfico concreto y espacio social. A la hora de entender los conflictos por el territorio, es necesario entender que el suelo está dotado de una dimensión subjetiva, nacida de la propia visión humana y su relación con el espacio donde subsiste. Ese vínculo primario entre especie y ambiente involucra el sentido de pertenencia y dominio sobre lo que se reconoce como propio. 

La actividad extractivista marca una escisión entre el sujeto que habita y el lugar habitado, insertando la actividad privada como un agente externo que irrumpe el normal desarrollo de ese ecosistema. La complejidad de los conflictos reside en que la empresa minera se instala en una realidad socio-ambiental preexistente y en tanto modifica el terreno, altera la relación del sujeto o grupo con ese espacio.  

El litio: disputa sobre el suelo sagrado

El litio se posiciona actualmente como uno de los recursos estratégicos más importantes para la comunidad internacional. El metal se utiliza en la elaboración de baterías recargables de ion-litio, las cuales son particularmente importantes en los esfuerzos por reducir el calentamiento global, dado que permiten proveer de electricidad a vehículos a partir de fuentes de energía renovables. El triángulo del litio, por su parte, representa una de las reservas más relevantes del recurso a nivel mundial. Sin embargo, el conjunto de salinas que se encuentra en el territorio heterogéneo entre Argentina, Bolivia y Chile no está libre de conflictos. 

La dinámica de choque de intereses y mal uso del suelo se hizo notable en el caso del Salar del Hombre Muerto en la Provincia de Catamarca, el cual abarca una superficie de 600 KM2 y es considerada como una de las reservas de litio más importantes de la región. En este salar se ubica el proyecto minero Fénix a cargo de la empresa LIVENET. En 2018, se presentó una iniciativa de ampliación, implicando una afectación agravada de la reserva de agua dulce del río Los Patos. La comunidad de Atacameños del Altiplano presentó un amparo reclamando el mal desempeño ambiental y a principios de año, la Justicia falló a favor del reclamo y se detuvieron los proyectos, revocando los permisos otorgados por el Gobierno local para la prospección, exploración y explotación de litio.

La interdependencia antes referenciada entre el ser humano y la tierra se evidencia en la disputa generada alrededor de la explotación del litio. La particularidad del conflicto se da en la complejidad del entramado social y cultural predecesor a los intereses económicos sobre la región. Recuperando la definición de FARN (2024) con relación al contexto subyacente del recurso, “por ecosistema del litio se entiende el conjunto de elementos que lo integran e interactúan entre sí, configurando una dinámica propia y compleja”.  

Aunque el litio se presenta como un recurso estratégico para los países que buscan su explotación, “los salares revisten un carácter simbólico identitario” (Puente, 2015). Para las comunidades de la región el conflicto se da en tres niveles, a nivel simbólico-cultural; sobre el uso del agua como recurso escaso en la zona y  única garantía del común desarrollo de las comunidades basadas en la ganadería y la agricultura de supervivencia; y en la falta de información disponible sobre la actividad extractiva (Casalis, 2015). 

La instalación de los proyectos mineros implica el cambio trascendental del territorio; el propio desarrollo de la actividad, a la vez, conlleva la privatización de las parcelas y el consecuente bloqueo al acceso a detalles de la explotación que se realiza en ellas. Aunque no desaparezca la necesidad del recurso —en el caso del litio, de una gran importancia para la mitigación del cambio climático— el proceso por medio del cual se extrae no debe negar la complejidad subyacente al territorio del que se obtiene. En el dilema ético del daño presente por un beneficio futuro, para una evaluación íntegra de impacto es menester el reconocimiento del suelo como un elemento intrínsecamente relacionado con la identidad colectiva y no meramente como un lugar vacante para la explotación económica. 

Fuentes consultadas

Casalis, A. (2019). Litio y desarrollo territorial en la Argentina: políticas, actores y conflictos en torno a la explotación e industrialización. Revista de Ciencias Sociales, 10(36), 13-36. Disponible en RIDAA-UNQ Repositorio Institucional Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/3507

Informe Ambiental 2024 – Contra la corriente: perspectivas para garantizar el derecho al ambiente sano / Alejandro Casalis… [et al.] ; Compilación de Andrés M. Nápoli; Pía Marchegiani. – 16a ed. compendiada. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fundación Ambiente y Recursos Naturales, 2024.

Puente, A. F., & Argento, M. (2015). Conflictos territoriales y construcción identitaria en los salares del noroeste argentino.

Puente, A. F., & Argento, M. (2015). Nuevos extractivismos, viejos conflictos. Dinámicas territoriales en torno a la explotación del litio en el Noroeste argentino. Revista Economía, 67(105), 113-128.

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