Este jueves 4 de julio se celebraron las elecciones generales en Reino Unido. El partido laborista obtuvo un triunfo apabullante al lograr una abrumadora mayoría de 412 escaños contra los 121 escaños del Partido Conservador, que sufrió la peor derrota electoral de su historia. De esta forma, llega a su fin la hegemonía de 14 años de los tories, marcados por conflictos internos, la pandemia, la muerte de Isabel II y el BREXIT. Entre las sorpresas de la noche se encuentra el resultado obtenido por Reform UK, el partido de extrema derecha cercano a Moscú que consiguió hacerse con 5 escaños. Nigel Farage, líder del Partido y uno de los principales impulsores del BREXIT,  logró ingresar al Parlamento después de 7 intentos fallidos. 

Keir Starmer, de 61 años, se convierte así en Primer Ministro luego de haber mantenido una audiencia con el Rey Carlos III donde este le encomendó formar un nuevo gobierno. Starmer se caracterizó por ser un hombre “modesto y gris”, sin una vasta trayectoria política, habiéndo recién ingresado al Parlamento con 50 años. Starmer, primer universitario de su familia, se definió como de “clase trabajadora”, estableciendo un claro contraste con Rishi Sunak, una de las personas más ricas del Reino Unido. Antes de dedicarse a la política, el actual premier británico se desempeñó como abogado especialista en derechos humanos llegando a ser Director del Ministerio Público del Reino Unido. Como reconocimiento a su destacado trabajo en esta institución, fue condecorado por la Reina Isabel II. 

El hundimiento del Partido Conservador se explica en tanto fue incapaz de generar un liderazgo eficaz para hacerle frente a la pandemia, para muestra de ello basta recordar las fiestas organizadas por el ex primer ministro Boris Johnson en medio de la pandemia. Pero sin lugar a dudas fue el BREXIT, la polémica salida del Reino Unido de la Unión Europea, el elemento que posibilitó esta debacle del Partido Conservador. Desde aquel referéndum del 23 de junio de 2016, que terminó con un resultado a favor de la salida de la Unión Europea y la dimisión del ex Primer Ministro David Cameron, ninguno de los líderes conservadores que lo sucedieron lograron construir un acuerdo eficaz con Bruselas para lograr una salida de la UE “lo más prolija posible”. 

Los efectos del BREXIT ya comenzaron a hacer estragos en Gran Bretaña: hay escasez de productos básicos, los hospitales carecen de insumos y la infraestructura en edificios de la Administración Pública se cae -literalmente- a pedazos. 

Ante esta situación crítica se comprende la elección de un líder europeísta como Keir Starmer. Incluso, muchos británicos sueñan con reincorporarse a la Unión Europea a pesar de que es prácticamente imposible que esto se concrete en un futuro cercano. 

A pesar de que los dos partidos tradicionales se hicieron con la mayoría de los escaños, otros dos partidos lograron acaparar titulares en la noche electoral: el Green Party y Reform UK. 

El green party -Partido Verde- fundado hace casi 50 años, buscó en esta elección apelar a aquellos votantes de izquierda, desencantados con el laborismo, ofreciendo una plataforma progresista y amigable con el ambiente logrando obtener 4 escaños. 

Reform UK, por su parte, conocido también como el Partido del Brexit busca posicionarse como una posición más hacia la derecha del Partido Conservador. Su popularidad viene en aumento desde 2016 y se caracteriza por apelar hacia una retórica populista de derecha que muchos califican de racista e incluso peligrosa para la democracia en Reino Unido. 

Ahora solo queda esperar si Keir Starmer podrá finalmente corregir los problemas ocasionados tras el Brexit o si correrá la misma suerte que sus predecesores.  

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