Artículo escrito en conjunto entre Valentina Leiva y Matías Rimoldi

En el mes de abril Eslovaquia celebró una nueva elección para el cargo de presidente. Los candidatos que disputaron el puesto que actualmente tiene Zuzana Čaputová –quien formaba parte del partido progresista eslovaco y que ha manifestado cierta resistencia para el envío de ayuda a Ucrania– fueron: Ivan Korcok, un europeísta que deseaba mantener una buena imagen ante Bruselas y apoyar a Ucrania en la guerra y, Peter Pellegrini, un nacionalista que ya había ocupado el cargo de Primer Ministro en 2018, abiertamente pro-ruso. Fue este último candidato quien ganó con el 54% de los votos en una votación en la que participó el 60% de la población. 

En Eslovaquia, las elecciones a presidente tienen relevancia ya que se trata de una forma de gobierno semi-presidencialista, donde los ciudadanos tienen la posibilidad de elegir un presidente, el cual tendrá, a su vez, la potestad de elegir un primer ministro entre quienes conforman el poder legislativo. En la actualidad, este rol lo conserva Robert Fico, quien ocupa su cargo desde 2023, y que de acuerdo a los medios de comunicación europeos consolidaría su poder con la llegada de Pellegrini. 

Es importante resaltar aquí que si bien las elecciones son presidenciales, el rol de presidente es meramente simbólico y solo se le otorgan atribuciones como la mencionada anteriormente -designar al Primer Ministro- u otras como vetar leyes y nombrar los jueces del Tribunal Constitucional. Será Fico quien conserve la mayoría de las facultades del Poder Ejecutivo.

Esto podría ser un gran punto a analizar en consonancia con las relaciones diplomáticas entre este país y la Argentina, cuyo vínculo se remonta a la separación de Eslovaquia de Checoslovaquia en 1989. Las repercusiones que podría traer esta elección cobran relevancia en el contexto que está viviendo nuestro país. Actualmente, el presidente Javier Milei y su ministro de defensa, Luis Petri expresaron sus intenciones de enviar soldados argentinos a Ucrania para terminar con el “germen” ruso que habría dañado el sistema político de las naciones del mundo y particularmente de Latinoamérica.

Durante estos 32 años, la relación de nuestra República con la eslovaca ha traído frutos en materia política y económica. Políticamente hablando, Argentina y Eslovaquia han realizado acuerdos en el ámbito laboral y educativo, los cuales les permiten a los habitantes de ambos países realizar intercambios y enriquecerse de manera recíproca, por ejemplo a través de la firma del Acuerdo Vacaciones y Trabajo, donde se buscaba producir un intercambio laboral entre eslovacos y argentinos.  Otros espacios de cooperación han sido los foros internacionales, donde los países han presentado posiciones conjuntas en cuestiones como la salud, educación, ciencia, derechos humanos, etcétera. Una muestra de esta concordancia se expresó en el acuerdo sobre Tecnología de la Información en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En el plano económico, según datos arrojados por el INDEC en febrero del corriente año, las relaciones comerciales entre estos países también han sido fructíferas con el paso de los años. Gran parte del éxito se explica por la complementariedad económica sucedida durante el 2023 –donde ambos países se encontraban con gobiernos de posiciones distintas a las actuales– donde Argentina exportaba productos primarios, mayormente soja, y recibió de Eslovaquia bienes intermedios relacionados a la industria automotriz.

Por lo antes señalado, las relaciones bilaterales son fluidas tanto política como económicamente. En lo que refiere a la seguridad jurídica, no existen contenciosos a destacar y las relaciones se rigen por la normativa de la Unión Europea o por los acuerdos económicos bilaterales firmados entre ambos países: Argentina y Eslovaquia tienen varios acuerdos de cooperación económica y comercial; desde 2001 hasta el 2022 se han creado diversos convenios, donde reafirmaron su compromiso para otorgar el Tratamiento de la Nación Más Favorecida y fortalecer y diversificar las relaciones económicas bilaterales para desarrollar nuevos mercados. 

La reciente elección presidencial en Eslovaquia, que otorgó la victoria a Peter Pellegrini, un candidato nacionalista pro-ruso, plantea un nuevo panorama en las relaciones diplomáticas entre Eslovaquia y otros países, incluida Argentina. Este cambio político podría tener implicaciones significativas en el contexto internacional, especialmente en relación con las políticas de gobierno adoptadas por Javier Milei y Luis Petri en Argentina, quienes abogan por una intervención en Ucrania para contrarrestar la influencia rusa, cambiando las políticas de Estado impulsadas hasta el momento, donde se mantenía neutralidad sobre los conflictos bélicos del globo, abogando por la pronta paz.

A pesar de estos cambios en las políticas, las relaciones entre Argentina y Eslovaquia han sido históricamente constructivas, abarcando áreas como la cooperación laboral, educativa y comercial. Ambos países han cosechado beneficios mutuos a lo largo de los años, con intercambios que fortalecen los lazos bilaterales y contribuyen al desarrollo económico y social de ambas naciones. En este nuevo contexto político, es crucial que los líderes argentinos y eslovacos mantengan un diálogo abierto y constructivo, buscando preservar y fortalecer los vínculos establecidos hasta ahora. La estabilidad y la cooperación entre ambas naciones son fundamentales para el bienestar de sus ciudadanos y para promover la paz y la prosperidad tanto al interior de las naciones trabajadas en este artículo como en el globo en su totalidad.

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