Este fin de semana se cumplen tres semanas de aquella fatídica mañana del 7 de octubre, en la cual el grupo terrorista Hamás, una vez más, atacó con miles de misiles a varias ciudades israelíes. Paralelamente a eso, se estaba produciendo algo sin precedentes en los últimos 50 años del Estado de Israel: una incursión terrestre, marítima y por aire. La misma fue llevada a cabo desde la frontera sur de Israel con la Franja de Gaza, en donde se estaba desarrollando un festival de música “por la Paz” que convocó a miles de jóvenes. Los terroristas de Hamás iniciaron esta desgarradora masacre en dicho festival para luego dirigirse al kibutz “Nir Oz” ubicado en la zona y arrasar salvajemente con la vida de miles de personas –entre ellos bebés, niños y ancianos-, dejar un innumerable saldo de heridos y –como si eso fuese poco- secuestrar a más de 210 personas que posteriormente fueron llevados hacia la ciudad de Gaza como rehenes y que, a tres semanas de los hechos, se desconoce su paradero.
Fue a las pocas horas de este trágico hecho, que Israel declaró su estado de guerra y se dispuso a poner en marcha la “Operación Espadas de Hierro”, para, de esta manera, destruir a Hamás –quien controla la Gaza desde 2006, tras la retirada de las Fuerzas de Defensa de Israel de la Franja, allá por 2005-. Esto obligó a que el Estado de Israel lleve a cabo una de las movilizaciones militares más grande de su historia, llegando a convocar a más de 360.000 soldados reservistas.
La brutalidad de Hamás
Si tuviéramos que definir en una palabra el accionar de la organización terrorista Hamás con base en las decenas de fotos y videos que han circulado en las distintas redes sociales y plataformas de comunicación, esa palabra sería inhumano. Las imágenes de personas incineradas mientras se encontraban atadas sin escapatoria, otras acribilladas y decapitadas, son algunos de los ejemplos de lo brutal y salvaje que Hamás puede llegar a ser y nos remonta a las sanguinarias imágenes que publicaba el autodenominado “Estado Islámico” –mundialmente conocido como ISIS- en su apogeo allá por 2014, en donde podíamos ver de qué manera estos salvajes terroristas decapitaban a sus rehenes frente a las cámaras y luego difundían dichos videos.
Y si bien es terrible y cuesta mucho hablar de estadísticas cuando se trata de seres humanos a los cuales les han arrebatado la vida, hay que señalar que el número de víctimas civiles asesinadas en la masacre del 7 de octubre pasado en manos de Hamás, fue el pico máximo de civiles muertos en un acto de índole terrorista desde la creación del Estado de Israel en 1948.
Llamado a la Yihad mundial
En medio de este contexto bélico, hubo un acontecimiento que no despertó sorpresa alguna, sin embargo, las consecuencias del mismo, siguen presentes hasta el día de hoy. Hablamos de que el líder de Hamás, Khaled Mashal –quien llamativamente reside en Qatar- ha alzado su voz y convocó a todos los musulmanes del mundo a levantarse en armas y sumarse a la “Yihad Global” contra Israel, bajo el nombre de “Diluvio de Al-Aqsa”. De esta manera, todos fuimos testigos de los distintos levantamientos violentos que tuvieron lugar en decenas de países –la mayoría árabes-, pero también en Europa y Estados Unidos. Como así también, en las embajadas norteamericanas de El Líbano e Irak. A su vez, se monitorearon atentados terroristas que se dieron en Francia y Bélgica, dejando el saldo de tres personas asesinadas al grito de “Allahu Akbar”, cuya traducción corresponde a “Alá es grande”.
Hamás no está solo
Desde el inicio de esta guerra, mucho se ha hablado acerca de la influencia de Irán en el Líbano y sus vínculos con las organizaciones terroristas de Hamás y Hezbollah respectivamente, y qué consecuencias traerá a la antorcha como es la región de Medio Oriente.
Con relación a esto, primero que nada, hay que destacar que, a diferencia de otras guerras, esta no es una guerra entre dos estados, sino que Israel se está enfrentando a una organización terrorista como lo es Hamás. Y que esta no se encuentra luchando sola, ya que, paralelamente a los miles de misiles que son lanzados desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí por Hamás y por la Yihad Islámica, desde la frontera norte que limita a Israel con El Líbano, otro grupo terrorista como lo es Hezbollah también sé encuentra atacando de manera continua mediante cohetes y drones que son interceptados por las Fuerzas de Defensa de Israel.

Esta dramática situación permite observar de qué manera se puede producir la apertura de un segundo frente, en este caso, en el norte de Israel. Y a una potencial guerra regional, en el caso de que tanto Hezbollah como el propio Irán decidan involucrarse de manera directa, tal como informó Roni Kaplan, portavoz de las FDI para Latinoamérica.
Actualidad y lo que se espera
A tres semanas de iniciado este nuevo capítulo bélico en la historia de Israel, las ataques por parte de Hamás continúan día tras día y parece ser que el stock de misiles y cohetes es inagotable. Por su parte, desde que comenzó esta guerra, las FDI han estado realizando distintas operaciones con el fin de asesinar a varios líderes terroristas pertenecientes a Hamás, los ataques también tienen el objetivo de destruir túneles, centros de control y comando, además de depósitos de armas y municiones.

No obstante, según informaron los altos mandos del Ejército israelí, la incursión terrestre a Gaza es inminente. El motivo de la misma, sería recuperar a los más de 210 personas que Hamás tiene como rehenes y acabar con dicha organización terrorista.
Por otro lado, el gobierno de los Estados Unidos continúa manteniendo negociaciones con Qatar, y ejerciendo presión para la liberación de los más de 200 rehenes restantes que siguen en manos de los terroristas de Hamás. Esto sería lo que mantiene suspendida la invasión del ejército de Israel a Gaza.
Hasta el momento, según trascendió en los medios, las FDI movilizaron decenas de tanques a la zona norte de Gaza en lo que sería el primer paso de esta incursión terrestre que está al caer.





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