A menos de un mes de haberse cumplido 22 años de los fatales y recordados atentados del 11 de septiembre perpetrados por Al Qaeda, el grupo terrorista que fue liderado por el reconocido Osama Bin Laden apareció nuevamente en escena poniendo en alerta a Europa. Esta vez, lo hizo mediante una publicación en su revista llamada “Sada al Malahim” –la cual se volvió a imprimir después de años- bajo el lema de dejar a “los niños musulmanes tranquilos, educados bajo la protección de sus padres”. Dicha frase estaba acompañada de la figura de un hombre portando un fusil delante de policías franceses.

Sin embargo, si a alguien le había quedado alguna duda acerca de la amenaza de Al Qaeda, estas se disiparon cuando la organización terrorista amenazó con un “ataque armado” contra un ministerio francés y también poniendo en la mira a la embajada de Suecia, ambos países acusados por el grupo yihadista de “estar en guerra contra el islam”. “Está claro que Suecia ha elegido ponerse a la cabeza en la guerra contra el islam y los musulmanes entre los países de la Unión Europea, rivalizando con Francia, Dinamarca y otros por el primer puesto en la carrera de oposición a Allah y su mensaje”, señalaron desde Al Qaeda. 

Ahora bien, muchos se preguntarán cuál es la relación existente entre Al Qaeda, Suecia y Francia, y cuáles fueron los “motivos” que despertaron la furia de este grupo terrorista, que llevó a las posteriores amenazas.

Las incriminaciones de Al Qaeda contra Francia y Suecia están relacionadas a las distintas medidas que estos países –con un no menor porcentaje de población musulmana- han tomado en las últimas semanas. Por un lado, la noticia que recorrió el mundo fue que el gobierno francés, tras meses de debate, tomó la decisión de prohibir las abayas (una prenda similar a un vestido largo o túnica que cubre todo el cuerpo salvo cabeza, cuello, manos y pies, utilizada por la gran mayoría de las mujeres de religión musulmana) en las escuelas públicas del país. Esto se debe a que Francia conserva una prohibición estricta referida al uso de símbolos religiosos tanto en escuelas públicas como en edificios pertenecientes al gobierno, sosteniendo que los mismos violan las leyes seculares. Recordemos que, en el año 2004, las autoridades francesas ya habían prohibido el empleo del tradicional velo islámico en las instituciones educativas públicas. 

Por su parte, Suecia ya hace tiempo acarrea ciertas controversias con la comunidad musulmana de dicho país. Decimos esto ya que, este estado escandinavo fue escenario de numerosas protestas en donde se profanaron y quemaron públicamente ejemplares del Corán –el libro sagrado para la religión del profeta Mahoma-, lo cual desató la indignación y furia de gran parte del mundo islámico. Tan es así que, en el mes de julio, la Embajada sueca situada en la capital iraquí de Bagdad fue atacada dos veces por manifestantes violentos, lo cual alarmó a los enviados diplomáticos que se encontraban allí dentro. 

La respuesta de los países amenazados 

Es a raíz de los episodios descritos anteriormente que, el pasado agosto, desde el Servicio de Seguridad sueco decidieron el nivel de alerta terrorista a nivel 4 en una escala de 5, al mismo tiempo que reforzó los controles fronterizos. Todo esto considerando que Suecia se ha convertido en un “objetivo prioritario”. A su vez, alertados por tal situación, tanto Suecia como Dinamarca están considerando prohibir la quema del Corán de manera legal.

Mientras que, en Francia, el ministro de interior francés, Gérald Darmanin, afirmó que el país se “toma en serio” las amenazas recientes hechas por Al Qaeda de perpetrar un ataque terrorista en territorio galo. 

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