Un hito trascendental en la historia de América Latina se conmemora hoy: se cumplen 50 años del golpe de estado chileno que tuvo lugar en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. Este período dejó una huella imborrable en el país vecino y aún resuena en la memoria colectiva de los chilenos.
Aquel fatídico día, en el que las Fuerzas Armadas de Chile tomaron el Palacio de la Moneda y derrocaron al presidente democráticamente electo Salvador Allende, marcó el inicio de un régimen de corte autoritario encabezado por el general Augusto Pinochet (1915-2016). Esta abrupta transición de poder sumió al país en un periodo de represión, violencia y cambios socioeconómicos drásticos que moldearían su futuro por décadas.
La conmemoración de este aniversario se llevó a cabo en un contexto de polarización política en Chile, con tensiones entre el oficialismo y la oposición derechista sobre el papel que desempeñaron en el golpe. La ceremonia oficial organizada por el Gobierno chileno comenzó temprano en la mañana, con la presencia de líderes regionales como Gustavo Petro de Colombia, Andrés Manuel López Obrador de México y Luis Lacalle Pou de Uruguay. Sin embargo, el presidente argentino, Alberto Fernández, se bajó de la agenda debido a retrasos en la programación del G20.
No obstante, en un gesto significativo, justo días antes de la conmemoración del 50 aniversario del golpe de Estado en Chile y a pocos meses de que Argentina celebre los 40 años del regreso a la democracia, el Gobierno argentino retiró por decreto tres condecoraciones que el país otorgó al dictador chileno Pinochet en 1975, 1976 y 1993. Este acto subraya la importancia de recordar y rendir homenaje a las víctimas de aquel oscuro período de la historia latinoamericana y fortalecer el compromiso con los valores democráticos en la región.
Por otra parte, también estuvieron presentes ministros del gabinete, parlamentarios, representantes de organizaciones internacionales y grupos de derechos humanos, entre otros.
Las agrupaciones de víctimas de la dictadura llevarán a cabo una concentración en las afueras del Estadio Nacional. Mientras que los lugares de detención y tortura durante la dictadura serán el centro de diversas actividades conmemorativas.
En este marco, además, se presentó el documento «Compromiso: Por la Democracia, siempre», firmado por el actual presidente Gabriel Boric y los cuatro exmandatarios vivos Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006), Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), y Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022). En este documento no solo se rinde homenaje a las víctimas sino que además, se comprometen a defender los valores democráticos más allá de sus “legítimas” diferencias.
Asimismo, a fines de agosto, el presidente Gabriel Boric lanzó el «Plan de Búsqueda Verdad y Justicia» con el propósito de identificar a las 1.092 personas desaparecidas durante los 17 años de duración del régimen dictatorial. Y, durante el día de ayer, en vísperas del aniversario, Boric se unió a una manifestación encabezada por organizaciones sociales y familiares de víctimas de la dictadura. Durante la protesta, condenó el accionar de un grupo de encapuchados que se enfrentó con las fuerzas de seguridad y provocó destrozos en lugares emblemáticos como el Palacio de La Moneda y el Cementerio General.
A pesar de estos incidentes, la manifestación también fue un símbolo de unidad y de determinación de gran parte de la sociedad chilena para recordar y honrar a las víctimas de la dictadura.
Politólogos al Whisky 
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