#EsElCineEstúpido Nº10 – Ficción mata realidad

Les tengo una pregunta: ¿Qué político ficcional podría superar a los reales? Como en todos mis artículos, siempre busqué series que no solo hayan sido aclamadas por la crítica, por su guión y actuación sino también por su capacidad de previsibilidad y de superación sobre la misma realidad sobre la que se fundan. Así que el ejercicio de hoy, en mi caso, y los invito a que hagan lo mismo, es pensar qué políticos del séptimo arte superarían a los que ya existen en nuestra realidad. Una de mis personajes favoritos de la TV es Selina Meyer, de Veep, pero no la incluiré en la lista por la simple razón que su personaje es tan acertado que todo lo que ella ha dicho y hecho ha sido replicado por sus pares reales. Cuando la sátira superó a la realidad, así de genial fue Veep

 Birgitte Nyborg, Borgen 

Birgitte es nuestra modelo de política casi perfecta, por lo menos en mi opinión, sabemos que ella siempre (y pese a sus errores) tomará el camino moral y menos dañino. Su cintura política pero a la vez sus altos valores morales la hacen una de mis políticas favoritas, es el modelo idílico de lo que la política tendría que ser. 

 Francis Underwood,  House of Cards 

Francis Underwood demuestra una personalidad donde su astucia psicópata logrará manipular, exprimirá e incluso eliminará a todo el que se cruce en su camino. La carrera hacia el poder es una despiadada selección de los más aptos aunque no es fácil definir en qué exactamente, como tampoco si la ambición y la habilidad para lograrlo es un indicio de su capacidad para ejercerlo. Es decir, si la persona que se considera a sí misma más adecuada para mandar no será precisamente la menos apta, ya que a diferencia de otras, desconoce sus propias limitaciones. Es el llamado efecto Dunning-Kruger.

 Merkin Muffley, ¿teléfono rojo? Volamos hacia Moscú 

Aquí tenemos una película y no una serie. Peter Sellers, interpretando al doctor Strangelove, ese científico loco que evoca a John Von Newmann, el matemático austrohúngaro que participó en el Proyecto Manhattan y que se definía a sí mismo como “violentamente anticomunista y mucho más militarista de lo normal”. Pero en la misma película hizo también otros dos papeles, el de capitán de la RAF y el del presidente de los Estados Unidos. Merkin Muffley, un personaje algo ingenuo y tímido al que el cargo parece quedarle grande. Visto en retrospectiva, resulta extrañamente familiar…

 Clay Davis,  The Wire 

En la minuciosa disección de todos los ámbitos de la sociedad de Baltimore que nos ofreció The Wire, pudimos ver la política a través de los ojos del candidato a la alcaldía Tommy Carcetti (Aidan Gillen, lejos de este rol, luego hará de Meñique, ese papel de político intrigante en Juego de Tronos). Era un personaje interesante y en general positivo aunque también con sus sombras, pero si tengo que elegir a uno, me quedo  con el senador del Estado de Maryland, Clay Davis. Tan enterrado en la corrupción que escandalizaba a los propios narcotraficantes con los que a veces trataba. Mejor no comparar con los de Argentina… pero seguro no hay nadie  que pueda insultar como él.

 Jed Bartlet, West Wing 

Como presidente, Jed se asemeja más a Birgitte, dado que a diferencia de los anteriores nombrados, no es un mamarracho, ni está loco, ni es un malvado; muy al contrario, el retrato que se hace de él es exageradamente positivo, es un ser de luz. De tan nobles ideales, de un corazón de oro  puro, comprometido y excepcional, que en el fondo esta serie debe de ser una parodia. Y esto no lo digo porque sea un cínico sino por el simple hecho que las cosas en la realidad no son así, es un hecho.  

Escrito por

Piloto de Planeador Piloto Privado de Avion Piloto Comercial de Avion 4to año Gobierno y RRII. UADE https://www.linkedin.com/in/esteban-pettenazza-640ba1128/

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