El pasado domingo 19 de octubre Bolivia fue a la segunda vuelta presidencial, donde el candidato centrista Rodrigo Paz del partido demócrata cristiano derrotó con el 54% de los votos al expresidente Jorge “tuto” Quiroga que obtuvo 45% de los votos. Esta elección significó el fin de la era del MAS (Movimiento al Socialismo), partido que llegó al poder con Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025), hecho que significó el fin del socialismo en el país andino después de 20 años.
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Rodrigo Paz Pereira, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) nació el 22 de septiembre de 1967, tiene 58 años y es Licenciado en Relaciones Internacionales, egresado de la Universidad Americana de Washington D. C. (Estados Unidos). Dentro de la Política se desempeñó primero como diputado plurinacional por departamento de Tarija desde 2002 al 2010 y al terminar como diputado se desempeñó como alcalde de Tarija hasta el año 2015, luego fue senador desde ese año hasta este presente año 2025, año que decide presentarse como candidato hacia la presidencia plurinacional de Bolivia.
Rodrigo Paz llega a la presidencia con la consigna “Capitalismo para todos” de una derecha liberal que materializó una victoria contra el MAS (Movimiento al Socialismo) de los expresidentes Evo Morales y Luis Arce, que tuvieron 20 años en el poder. El presidente electo pudo reunir votos de los sectores rurales y de la periferia urbana mediante un plan de incentivos fiscales y créditos para la producción y el comercio, que tiene como objetivo sacar de la informalidad a la economía boliviana, ya que la misma atraviesa un momento de crisis que necesita cambios urgentes. Además, Paz hereda del socialismo una sociedad con una realidad polarizada buscando terminar con lo denominado “Estado Tranca” centralismo que estuvo presente en los gobiernos de izquierda, por lo que Paz no tiene una tarea fácil de realizar y ver si el giro hacia la derecha moderada que él mismo propone, será la solución a los problemas que atraviesa Bolivia.
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El candidato derrotado, Jorge Quiroga, proponía un “cambio radical” con recortes profundos en el gasto público, como así también cierres y privatización de empresas estatales deficitarias. Pero, en cambio, Paz propuso tener un enfoque “más gradual” manteniendo los programas sociales para los pobres y al mismo tiempo proponiendo un crecimiento del sector privado, dejando de lado la ideología porque sostuvo que “el pensamiento ideológico no da de comer, lo que da de comer es el derecho al trabajo, la seguridad jurídica y el respeto hacia la propiedad privada” es lo que garantizaría tener una certidumbre a futuros. Los economistas sostienen que el nuevo gobierno enfrentará retos inmediatos, entre ellos garantizar el suministro al combustible y formar condiciones una legislatura fragmentada, pero Rodrigo Paz afirmó que ya estaba abordando el problema con combustible mediante acuerdos de pagos aplazados con los proveedores de combustibles que el diesel y la gasolina lleguen a los pocos días de su toma de posesión, eliminando gradualmente los subsidios universales al combustible, siendo beneficiario para los grupos más vulnerables, mientras que las grandes industrias, entre ellas, las agroindustrias pagarían tarifas en el mercado por el combustible.
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Siguiendo con lo dicho anteriormente, dijo que el mercado deberá ajustar los precios, pero habiendo sectores que tendrán un respaldo por parte del gobierno de Paz hasta que se reactive la economía. Algunos bolivianos temen que se adopten medidas de austeridad como las que fueron aplicadas por Javier Milei en Argentina, pero a diferencia del mandatario argentino es que Paz ha rechazado la medida de recortes drásticos en el gasto público. Pero tiene un enfoque de esperanza de que su gobierno tenga los mejores hombres y mujeres que quieran ayudar a la patria para llevar adelante las soluciones de Bolivia.
Otro tema que hay que abordar es su política exterior, Paz afirmó romper lazos diplomáticos con Cuba, Venezuela, Nicaragua y con Irán, países aliados de Evo Morales como de Luis Arce y afirmó restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos, con quién ya ha llegado a un acuerdo que respalda planes para un acuerdo de cooperación económica con Norteamérica por US$1500 millones de dólares para asegurar el suministro de combustibles. En materia de comercio internacional, Estados Unidos y ocho países latinoamericanos han llegado a un acuerdo de cooperación que tiene como fin lograr una estabilización económica en Bolivia, los países que han prometido ayudar al país andino son Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Trinidad y Tobago declarando a través de un comunicado divulgado por el departamento de estado de Estados Unidos que le ayudará no solo a mejorar la economía del país, sino también la apertura de Bolivia hacia el mundo, reforzando las instituciones democráticas, impulsar el comercio internacional y la inversión, viendo que las exportaciones de gas natural, que fue un motor económico de Bolivia, se ha desplomado, lo que ha puesto bajo presión a la moneda boliviana y limitando las importaciones de combustibles.
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Para concluir, la victoria de Rodrigo Paz marca un cambio de rumbo en Bolivia, ya que el apoyo al MAS se derrumbó en primera vuelta de las elecciones, hecho que significó que en parte una inflación llegó al 23% anual, la escasez de combustibles y dólares que han paralizado a los consumidores. Su llegada al poder muestra que la ciudadanía busca dejar atrás años de enfrentamientos y apostar por un liderazgo que promueva el diálogo y la reconstrucción de un país. El desafío se encuentra en demostrar discursos de unidad y transparencia que se traduce en acciones concretas que devuelvan estabilidad, confianza y esperanza a los bolivianos. El reto que se le presenta a Paz es convertir la expectativa de unidad nacional en una agenda de gobierno capaz de articular consensos, fortalecer instituciones y reconciliar a un país dividido que responde a una demanda social por una gestión pública que tenga ética, transparente y orientada al bien común.





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