Todos debemos hacer todo lo posible para que las mujeres estén presentes, se oiga nuestra voz y se valoren nuestras contribuciones.

Amina Mohammed, Vicesecretaria General de la ONU

En junio de 2022, en su 76° período de sesiones, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 24 de junio como el Día Internacional de las mujeres en la Diplomacia. El rol de las mujeres en la práctica diplomática se remonta a inicios del siglo XX, cuando Alexandra Kollontai fue designada por el gobierno de la recién establecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como Encargada de Negocios de la URSS en el Reino de Noruega. 

La designación de Kollontai al frente de una Misión Diplomática resultaba especialmente peculiar en aquella época, sobre todo considerando que en la mayoría de los Servicios Exteriores del mundo las mujeres estaban abocadas especialmente a tareas domésticas o de servicio, siendo ellas enfermeras, secretarias o, en el mejor de los casos, mecanógrafas. En su libro Women of the world: The Rise of the Female Diplomat, la escritora británica Helen McCarthy relata las peripecias de mujeres británicas que se adentraron en la función diplomática. 

En el caso del Reino Unido, la autora hace especial hincapié en el hecho que la presencia de diplomáticas en el Foreign Office británico era muy mal visto por parte de la ciudadanía. No sería hasta 1946, después de la Segunda Guerra Mundial, que las mujeres pudieron ingresar como funcionarias diplomáticas al Servicio Exterior británico. Durante la contienda mundial, muchas mujeres sirvieron como diplomáticas en puestos ad hoc. La excelencia con la que llevaron adelante sus tareas convencieron a todo el Servicio Exterior de sus capacidades para la labor diplomática. 

No obstante, en el libro se relatan historias de mujeres que ocuparon un rol protagónico incluso cuando a las mujeres les estaba negado el ingreso al Servicio Exterior. Ejemplo de ello son, por ejemplo, Edith Sophy Littleton, quien luego de la muerte de su esposo Alfred llevó adelante una importante carrera en el Servicio Público británico, ayudando a recaudar alimento durante la Primera Guerra mundial o luchando por los derechos de las niñas y mujeres en Malasia, cuando todavía se encontraba bajo dominio británico. Otra mujer extraordinaria para su época fue Gertrude Bell. Apodada la reina del desierto, se convirtió en la primera mujer en graduarse en Historia moderna en Oxford. Cómo una de las pocas mujeres en tener influencia sobre el Imperio colonial británico, trazando las fronteras del Irán moderno. 

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, las mujeres comenzaron a ocupar un rol mucho más protagónico en la Diplomacia. Durante la Conferencia de San Francisco, que tenía como objetivo la redacción de la Carta de Naciones Unidas, muchas mujeres sirvieron como delegadas de sus países. Virginia Gildersleeve, Decana del Barnard College de la Universidad de Columbia, representó a Estados Unidos; la Doctora Wu Yi-fang, Presidente de Qinling College, representó a China; Bertha Lutz, bióloga y política, representó a Brasil; Uruguay también fue representado por una mujer, la Senadora Isabel P. de Vidal, Cora Casselman representó a Canadá y la activista feminista Minerva Bernardino a la República Dominicana. 

Durante la Conferencia, los diversos puntos de vista representados por cada una de las culturas que ellas representaban. Bertha Lutz abogaba por la creación de un Comité especializado en la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, mientras que las representantes anglosajonas se oponían a la medida, alegando que tanto hombres y mujeres eran seres humanos en igualdad de condiciones, por lo que según las delegadas no tenía sentido crear un Comité que se encargara específicamente de las mujeres. 

A lo largo de las décadas, las mujeres fueron cobrando una relevancia cada vez mayor en las Relaciones Internacionales. Hoy día, la proliferación de mujeres en puestos diplomáticos y consulares da cuenta de la enorme labor que realizaron las pioneras para que en el presente las mujeres ocupen puestos de poder, ya sea como funcionarias, ministras o al mando de Organismos Internacionales. En este día Internacional de las Mujeres en la Diplomacia celebremos el camino recorrido alentando a más niñas a convertirse en diplomáticas. 

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