El pasado domingo 18 de mayo se celebraron elecciones en Rumania y Polonia, ambos países que durante la guerra fría pertenecieron al Pacto de Varsovia, pero que ingresaron a la OTAN y la Unión después de la caída del muro de Berlín. Estas elecciones cobran una relevancia mayor en el contexto actual, ya que ambos países comparten fronteras con Ucrania.
Para la UE, pero más que nada para Ucrania, el hecho de que en alguno de estos países ganara un candidato prorruso podía significar una fuerte crisis en la cohesión política de la UE, así como un fuerte peligro para la integridad territorial de Ucrania. En un contexto donde la Federación Rusa busca ampliar su esfera de influencia hacia el Cáucaso, los Balcanes y Europa central y del Este con el objetivo de fragmentar el apoyo de los países europeos a Ucrania, resulta fundamental para Bruselas contar con aliados dispuestos a trabajar por una Europa unida y fuerte.
Rumania elige al Presidente más progresista de su historia
El pasado domingo se celebró la segunda vuelta de las elecciones en Rumania. En dichos comicios, Nicosur Dan, se impuso con el 54% de los votos a su oponente ultra George Simion. Recordemos que Simion es un ferviente admirador de Trump y Putin, el supuesto apoyo del Kremlin a este candidato llevó a la deslegitimación de los resultados del año y a la repetición de las elecciones presidenciales en mayo de este año.
A tono con los líderes de extrema derecha que surgieron en el último tiempo, Simion es un antivacunas, que, al igual que otros líderes ultras europeos como Viktor Orban mantiene una mirada hostil hacia la Unión Europea. En tiempos donde el ultranacionalismo se impone en muchos países de Europa, Simion propone que el país vuelva a las fronteras previas al fin de la Segunda Guerra Mundial. En dicho conflicto, Rumania se alió al Eje y, luego de la derrota de la Alemania Nazi, el Ejército Rojo ocupó la región de Besarabia, que luego de la disolución de la URSS se convrtió en la República de Moldavia.
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La cuestión de la reunificación entre Rumania y Moldavia siempre se ubicó como uno de los temas centrales en la agenda política de ambos países. Sin embargo, también se podría interpretar que Simion instrumentaliza esta causa nacional en pos de sus ideales ultranacionalistas y de extrema derecha. El contraste con sus homólogos moldavos es total; Maia Sandu, la Presidenta del país decidió acelerar los trámites para poder ingresar la Unión Europea después de Rusia a Ucrania. Como ex República soviética, Moldavia teme ser también invadida por Rusia, por lo que considera que ingresar a la UE o a la OTAN podría garantizar la integridad territorial del país.
En cuanto a Nicosur Dan, se puede decir que se trata de un candidato atlantista y europeísta, educado en Francia, absorbió los valores de la democracia liberal que, a priori, resultaban foráneos en un país que hace menos de 40 años logró liberarse de la dictadura del matrimonio Caecescu.
Su victoria fue recibida con sorpresa por la sociedad rumana y la Comunidad Internacional, ya que solamente obtuvo el 20% de los votos en la primera vuelta. El Tribunal Constitucional, que había calificado como fraudulenta la victoria de Simion en noviembre pasado, declaró ganador a Dan inmediatamente después de conocerse los resultados de los comicios.
No obstante, en las elecciones rumanas se produjo un fenómeno interesante: si bien dentro de las fronteras del país Dan se impuso de manera clara, en la diáspora rumana los resultados favorecieron ampliamente a Simion. Esto puede deberse a diversas cuestiones. Por un lado, se puede mencionar que los reclamos nacionalistas defendidos por Simion apelan a ciudadanos rumanos que se volvieron más nacionalistas al encontrarse lejos de su país. Por otro lado, es cierto que la influencia de la propaganda rusa a través de redes sociales, sobre todo Tik Tok, hizo mella en muchos rumanos.
Polonia: la extrema derecha avanza en las fronteras de la guerra
El caso de Polonia resulta aún más complejo que el de Ucrania. En primer lugar, desde el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, Polonia se convirtió en un pivote geopolítico clave para la Unión Europea. En primer lugar, porque es el país que, geográficamente, se encuentra más cerca de Ucrania, por lo que fue también el país que más refugiados ucranianos. Asimismo, Polonia es un país fundamental para la UE en términos defensivos, ya que es el único país miembro de la OTAN, junto a los Estados Unidos, que destina el 2% reglamentario de su producto bruto interno al presupuesto de Defensa.
En el período comprendido entre los años 2015 y 2023, el Partido de extrema derecha Ley y Justicia controlaba prácticamente la suma del poder público en Polonia. Durante aquellos años, Pis-el acrónimo del Partido en polaco-, avanzó con una serie de reformas autoritarias que afectaron sobre todo la independencia del poder judicial, la credibilidad de los medios de comunicación públicos y las chances de los partidos opositores de llegar al poder.
En octubre de 2023, y a pesar de las reformas electorales impuestas por Ley y Justicia para perpetuarse en el poder, la coalición democrática liderada por el ex Primer Ministro Donald Tusk ganó las elecciones. Tusk se convirtió en jefe de gobierno, pero el Jefe de Estado seguía siendo Andrzej Duda, de PiS. Esto se debe a que Polonia es una República semipresidencialista, donde el Jefe de Estado y del gobierno comparten el poder.
En el año y medio que transcurrió entre ambas elecciones la polarización social y política alcanzó su punto máximo. Asimismo, el mayor protagonismo que empezó a tomar Polonia en la estructura de la Unión Europea despertó el interés de Bruselas por la política interna de ese país. Para la UE resultaba fundamental contar con un aliado en medio de un crecimiento de liderazgos autoritarios en el centro y este de Europa.
Si bien el domingo pasado el candidato liberal de centro Rafat Tzarkowski se impuso en la primera vuelta de las elecciones, es aún incierto si logrará repetir este resultado en la segunda vuelta de las elecciones que se celebrarán el próximo domingo. Al igual que en el caso de Dan, la victoria de Tzarkowski, que se muestra a favor del aborto y la ampliación de derechos para la Comunidad LGBTQ+, podría significar un punto de inflexión interesante en la historia polaca, sobre todo si tenemos en cuenta la importancia que tiene la Iglesia católica en la sociedad civil.
Reflexiones finales
Sin lugar a dudas Rumania y Polonia son dos países que marcarán el futuro político y electoral de la Unión Europea. La tensión entre demócratas y autoritarios, así como la capacidad de candidatos liberales o de centroderecha de poder formar coaliciones amplias que abarquen sectores de derecha e izquierda, progresistas y conservadores, que estén dispuestos a defender la democracia liberal y los valores europeos.





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