Aldana Ludueña Villarroel y Lucía Lago Krümmer 

Cada segundo o tercer sábado de mayo, la ya clásica música de fanfarria introduce a los habitantes de toda Europa, Israel y Australia a un evento musical único en el mundo: el Festival de la Canción de Eurovisión. Este certamen, en el que 37 países compiten por un trofeo de cristal y la chance de organizar el concurso el año próximo, tiene 69 años de historia. Su historia comienza en el año 1956, cuando en Lugano, ciudad que pertenece al cantón italoparlante de Suiza, un productor, originario de la zona francoparlante de aquel país, propone la revolucionaria idea de organizar un concurso musical en el que participarán países de toda Europa. 

Este concurso, inspirado en el ya mítico certamen de San Remo, buscaba reconstruir la cultura musical del continente después de décadas de conflicto.  En aquella primera edición solo 7 países participaron y el ganador fue el país anfitrión, Suiza, representado por la cantante oriunda del cantón germanoparlante de aquel país, Lys Assia, que interpretó Refrain, una canción en francés. Si bien al principio el concurso solo era transmitido por radio, con el tiempo se empezó a transmitir por televisión en blanco y negro. En 1968, el concurso se vio por primera vez en color. España resultó la ganadora, un hecho que significó el comienzo de la apertura internacional de un país que experimentaría su apertura democrática algunos años después. 

Con los años el concurso fue ganando popularidad en toda Europa. Durante el transcurso de la Guerra Fría el único país de Europa del Este  que participaba del certamen era Yugoslavia, que ganó el concurso en 1989 gracias a la banda croata Riva que interpretó la canción Rock me. Quizás esta victoria sirvió como preludio para lo que vendría después, ya que a partir de los años 90, luego de la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS, las antiguas repúblicas soviéticas y yugoslavas  y aquellos países que pertenecían al Pacto de Varsovia comenzaron a participar del concurso. En los años que siguieron, el certamen se expandió como nunca antes. Sin lugar a dudas, esto permitió a los europeos occidentales conectar con sus pares del Este. Tal vez entre estos países el que más se haya destacado sea Ucrania. Desde que ingresó por primera vez al concurso en los años 2000 ha ganado el certamen en tres oportunidades y es el único país en haber clasificado a la final todas las veces que participó. 

Otro país que se ha destacado en el concurso es Luxemburgo. Este pequeño gran ducado ganó el concurso en 5 ocasiones y, luego de haberse ausentado por muchos años, volvió en 2024. Este año su representante es Laura Thorn con la canción La pouppée monte le son, un homenaje a la canción Poupée de cire, poupée de son, interpretada por la cantante francesa France Gall, quien ganó el concurso representando a Luxemburgo en 1965. 

La votación en el certamen funciona de la siguiente manera: cada país envía una canción que será evaluada por un jurado especializado proveniente de cada uno de los países participantes en el certamen. Estos jurados otorgan un puntaje de 1 a 12 a cada una de las canciones. El día de la gala final cada jurado cuenta con un portavoz que será el encargado de anunciar a qué país serán los 12 puntos de cada país. 

Es en este momento cuando las alianzas y afinidades de cada país entran en juego. Por ejemplo, es sabido que Grecia siempre le da sus 12 puntos a Chipre y viceversa, los países nórdicos siempre se votan entre ellos, lo mismo sucede con los países bálticos y los que pertenecían a la ex Yugoslavia. 

Suecia e Irlanda son los dos países que han ganado el certamen con 7 victorias cada uno. Les siguen Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Reino Unido, que ganaron el certamen en 5 oportunidades. 

A lo largo de los años, el certamen se volvió cada vez más popular, atrayendo más espectadores que el Super Bowl y la final de la Champions League. Gracias a la popularidad del certamen, muchos artistas han logrado convertirse en verdaderas estrellas gracias a la plataforma que les dio Eurovisión. Algunos ejemplos de ello son el mundialmente famoso grupo ABBA, que ganó la edición 1974 del certamen con la canción Waterloo, Celine Dion, que ganó en 1988 con la canción Ne partez pas sans moi y el grupo italiano Maneskin, que ganó en 2021 con la canción Zitti e buoni. 

Desde el año 2007, y debido al aumento en el número de países participantes,  la Organización del festival decidió introducir semifinales, donde 15 países compiten por 10 lugares en la gran final. Asimismo, existen 5 países -Alemania, España, Italia, Reino Unido y Francia- considerados como “el big five” , que obtienen un acceso directo a la final, debido a que son los países que más invierten en el concurso. 

Pero Eurovisión no solamente es seguido en el continente europeo; en 2015 la Unión Europea de Radiodifusión invitó a Australia a participar del certamen. Los australianos se ganaron este lugar gracias a seguir con mucho entusiasmo el concurso, incluso levantándose a las 5 de la mañana para mirarlo. 

Controversias Sociopolíticas

Pero no todo se trata de unión y hermandad. Durante todas las ediciones de Eurovisión, esta se ha visto envuelta en varios escándalos con respecto a la geopolítica. En el siglo pasado, cuando la Unión Europea era solo bosquejos, el certamen se vio envuelto en polémicas como el “reemplazo” del artista Joan Manuel Serrat por querer cantar en catalán bajo el régimen de Franco en 1968 o la primera canción con tintes políticos por la representante de Grecia, Mariza Koch, denunciando la invasión turca a Chipre, haciendo que Turquía se ausente un año después. Pero en la actualidad, con la Unión Europea ya creada, este certamen sigue dando que hablar, no solamente por los performance de los artistas, sino por los movimientos políticos que da el certamen, dando a entender cuál es la verdadera opinión de la UE. De todos los temas, hay cuatro que fueron los más grandes para el organismo:

Brexit: el boicot a Inglaterra

En 2016 Inglaterra a través de un referéndum decidió salirse de la UE, pero luego de protocolos y varias fricciones políticas, la salida se dio cuatro años después, el 31 de enero de 2020 finalmente oficializaron su salida. Por su parte la Unión Europea solo emitió comunicados educados. Ese año Eurovisión no se celebró por las restricciones del Covid, pero al año siguiente se celebró y ahí supimos lo que pensaban. Era 2021, el certamen estaba ya candente por la censura y boicot a varios países como Azerbaiyán, pero lo que llevo toda la atención fueron los cero votos no solo por el jurado profesional, sino también por el televoto, lo que llevó a entender entre líneas de que el bloque europeo no estuvo de acuerdo por como salió Inglaterra del mismo, aunque esto nunca fue confirmado por el certamen mismo.

La comunidad LGBTIQ+

El certamen, al igual que la Unión Europea siempre se han mostrado muy abiertos con la comunidad. Pero si bien se ha visto así, varios países se han mostrado reacios a estas ideas. Tal es el caso de Turquía que anunció su salida del certamen por desacuerdo con el sistema de votación y “descontento con la participación de artistas que no aclaran su identidad sexual” en palabras del director de TRT. Si bien también el bloque de Europa del Este ha tenido los mismos pensamientos que Turquía, organizando boicots por parte del sector conservador, todos los países del mismo siguen participando y enviando representantes. Este año fue algo particular porque la organización ha prohibido la exhibición de la bandera LGBTIQ+ en espacios formales del evento para evitar controversias.

Ucrania vs. Rusia

Este tema siempre fue intermitente para la UE y también para el certamen. En 2014, con la anexión de Crimea por parte de Rusia, Ucrania no se tomó a la ligera esto y en el año 2016 presentaron la canción 1944, que contaba la deportación de los tártaros por parte de Stalin, pero denunciaban lo que había pasado dos años atrás. Esta canción le dio el título ganador y la sede al año siguiente, en donde al representante de Rusia se le prohibió la entrada al certamen. Pero en 2022, con la invasión de Rusia a Ucrania, la UER (Unión Europea de Radiodifusión) expulsó de manera permanente a Rusia del certamen, llevando como título ganador a Ucrania ese mismo año por el jurado y el televoto.

Israel y Palestina

Este tema ha sido áspero para la UE y el certamen a lo largo de los años, no solo por su inclusión a pesar de no ser parte de Europa sino también por el silencio por parte de los organizadores cuando se le pide la expulsión. 

En 2019, el certamen se celebró en Tel Aviv, Israel. En esta edición varios sectores pidieron boicot al mismo y otros denunciaron pinkwashing por parte de la sede para esconder los actos de violencia cometidos por los mismos. En 2024, por la escalada de violencia por parte de Israel hacia Gaza, Palestina, los televidentes hicieron campaña por el boicot por el silencio de la organización e Israel realizó una campaña gigante por el televoto, lo cual la llevó al segundo puesto. Este año no ha sido la excepción y varios cantantes de años anteriores como actuales juntaron más de 80 firmas por la expulsión permanente de Israel del certamen. También se dieron protestas e incidentes en las últimas horas por motivo de la participación del mismo. La organización misma declaró lo siguiente: «La UER es una asociación de organismos públicos de radiodifusión que pueden participar cada año en el Festival de Eurovisión. No somos inmunes a los acontecimientos mundiales, pero, juntos, nuestro papel es garantizar que el concurso siga siendo -en su esencia- un acontecimiento universal que promueva las conexiones, la diversidad y la inclusión a través de la música.»

Mientras tanto, la bandera de Palestina, de Ucrania y la LGBITQ+ han sido baneados del certamen.

La RTVE (Radio Televisión Española) ha sido advertida por la UER con sanciones futuras a  España por los comentarios de los periodistas del canal hacia Israel. 

Este ha sido la respuesta de RTVE minutos antes de la transmisión 

Este año el concurso se realiza en la ciudad de Basilea, perteneciente al cantón germanoparlante de Suiza, país que ganó el concurso el año pasado con Nemo, quien interpretó la canción The Code. La edición de este año contó con 37 participantes, 25 de ellos se clasificaron para la final que se celebró el 17 de mayo. El flamante ganador fue JJ, representante de Austria, que se coronó con Wasted Love, una increíble balada sobre el amor no correspondido.

Pero a pesar de todas las controversias, Eurovisión sigue siendo un centro de armonización cultural para todas las naciones del continente europeo. En tiempos de conflicto e incertidumbre, Eurovisión es quizá una de las pocas oportunidades que tienen los ciudadanos europeos de entrar en contacto con otros idiomas y culturas del continente. 

Solo este año, en el concurso se presentaron canciones en inglés, alemán, francés, italiano, portugues, sueco, finés, ucraniano, polaco, letón, lituano, griego, albanés, armenio, serbio, montenegrino, islandés y feroes. Esta diversidad lingüística, que no se producía hace muchos años, no solamente enriquece al certamen, sino que también produce cosas mágicas, por ejemplo, que el representante de Ucrania de esta edición haya grabado un cover en portugués de la canción Amar pelos dois. Esta quizá sea una de las canciones más icónicas de la historia del festival. Compuesta en conjunto por Salvador Sobral y su hermana Luisa, le dio la primera victoria a Portugal en 2017 y ostenta hasta ahora el récord de la canción con el mayor puntaje de la historia del certamen. 

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