Artículo escrito por María Candela Cos
Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) surgieron como un llamamiento hacia los Estados adheridos a Naciones Unidas con el objetivo de mejorar la calidad de vida, eliminar la pobreza y proteger al planeta. En 2015 los miembros de la ONU aprobaron los 17 objetivos de la Agenda 2030, la cual establece una guía para alcanzar dichos objetivos en un lapso de 15 años. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por tomar medidas para alcanzar este ideal, estas no van a la velocidad ni escala necesarias. Pero ¿es la Agenda un mero ejercicio político o tiene el verdadero potencial para transformar el panorama comercial? ¿Qué efectos tienen estos objetivos con la economía y la política?
Este artículo se adentra en la conexión que tiene la política y el comercio, con el fin de explorar los diferentes efectos que puede tener la agenda 2030 en la economía y la manera en que se relaciona con el nuevo posicionamiento de Argentina.
¿Qué es la Agenda 2030 y cuáles son sus implicancias?
La Agenda 2030 es una iniciativa global que invita a la acción conjunta de gobiernos, empresas y sociedad civil con el fin de construir un mundo más equitativo, justo y sostenible para las futuras generaciones. Representa un compromiso universal, pero, dado que cada nación enfrenta desafíos particulares en su camino hacia el desarrollo sostenible, los Estados mantienen su plena soberanía sobre sus recursos, riqueza y economía, por lo que cada país establecerá sus propios objetivos nacionales en alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La Agenda 2030 va más allá de ser solo un marco político; representa una posible revolución en el ámbito comercial. Al incorporar criterios de sostenibilidad y responsabilidad social en el comercio internacional, plantea interrogantes clave: ¿Está realmente modificando la manera en que se desarrollan los negocios a escala global? ¿Quiénes se verán beneficiados y quiénes podrían resultar afectados? Con estas cuestiones a tratar podemos afirmar que esta agenda no solo se limita a cuestiones políticas, sino que además es una fuerza transformadora con el potencial de redefinir las reglas del comercio.
Se puede decir que dicha agenda revoluciona el comercio internacional al establecer un marco que prioriza la sostenibilidad, la inclusión y la equidad. Un aspecto clave de este impacto es la integración de prácticas comerciales responsables.
Los ODS impulsan un cambio significativo en la forma en que se realiza el comercio, incentivando a empresas y países a adoptar estándares más rigurosos en materia ambiental y social. Esto se traduce en reducción de la contaminación ambiental, mejora de las condiciones laborales y fomento de productos y servicios sostenibles. Es en este enfoque que se transforma la dinámica del comercio internacional, promoviendo un modelo económico más resiliente y equitativo para las generaciones futuras.
Es en este sentido que los acuerdos comerciales internacionales están evolucionando para integrar consideraciones ambientales, derechos humanos y condiciones laborales justas, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estas cláusulas ambientales y sociales establecen estándares que deben cumplir los países para acceder a beneficios arancelarios. Además, los mecanismos de resolución de disputas garantizan que el comercio no comprometa los compromisos internacionales de sostenibilidad.
Sin embargo, estos objetivos tienen diversos desafíos económicos, principalmente para países en vías de desarrollo como la carga tributaria insuficiente para financiar proyectos de desarrollo sostenible que son una preocupación importante, ya que América Latina está 13 puntos del PIB por debajo del promedio de los países de la OCDE. Además, la falta de capacidades institucionales puede obstaculizar la implementación efectiva de la Agenda 2030.
Otros desafíos incluyen desigualdades, dependencia de la ayuda internacional, lo que puede llegar a limitar la autonomía de los países en desarrollo, y riesgos ambientales debido a que la búsqueda de crecimiento económico puede llevar a la explotación de recursos naturales y la degradación ambiental si no se gestionan de manera sostenible.
En resumen, la Agenda 2030 transforma el comercio internacional promoviendo una economía sostenible, inclusiva y equitativa. Esto requiere que países y empresas adopten prácticas responsables y sostenibles, abriendo oportunidades para bienes y servicios sostenibles. No obstante, las compañías y naciones que no cumplan con estas normas pueden enfrentar exclusiones de acuerdos comerciales favorables.
Rechazo de Argentina a la Agenda 2030.
El presidente argentino, Javier Milei, ha expresado su oposición frontal a la Agenda 2030 de la ONU, considerándola una imposición del «marxismo cultural» y una herramienta de control globalista. En su opinión, esta agenda promueve la intervención estatal y regulaciones que restringen las libertades individuales y económicas, lo que va en contra de sus principios libertarios.
Milei ha sido claro en su crítica, afirmado que la Agenda 2030 es un programa de gobierno supranacional de corte socialista que busca resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía, el derecho a la vida y la libertad de las personas.
También cuestiona el papel de la Naciones Unidas en la promoción de políticas colectivistas que favorecen intereses privilegiados y que pretende resolver la pobreza y la desigualdad con legislación que solo la profundiza.
En este sentido, se puede observar la mirada del presidente a partir de sus discursos, en el que demuestra un rechazo al intervencionismo y a su vez realiza una crítica a la globalización y pérdida de soberanía, ya que los países deben adaptarse a objetivos y estándares establecidos por la ONU; a una economía socialista, haciendo un énfasis en la redistribución de la riqueza y la intervención estatal en la economía; a los costos económicos, debido a que requeriría importantes recursos financieros, lo que aumentaría la carga fiscal y el endeudamiento de los países; y a la ineficiencia y corrupción con motivo de que cuestiona la eficiencia y transparencia de los organismos internacionales y los gobiernos en la implementación de la Agenda 2030, destacando el riesgo de corrupción y malversación de fondos.
Se podría decir que desde la perspectiva del presidente argentino, algunas alternativas a la Agenda 2030 podrían llegar a ser un enfoque en la libertad individual y la iniciativa privada, una reducción del tamaño del Estado y la intervención estatal, fomentar la competitividad y la innovación, priorizar la educación y la capacitación, y promover la cooperación internacional voluntaria y no coercitiva.
Repercusiones de la postura de Javier Milei en Argentina.
Es importante destacar que la Agenda 2030 es un plan de acción voluntario y no impone obligaciones legales a los países miembros. No obstante, el rechazo a la agenda podría tener consecuencias significativas para el desarrollo sostenible y la cooperación internacional de Argentina.
Si Argentina, bajo el liderazgo de Javier Milei, rechaza la Agenda 2030, esto podría tener consecuencias trascendentales en el ámbito internacional. El país podría desvincularse de compromisos cruciales en áreas como el desarrollo sostenible, la igualdad de género y la lucha contra el cambio climático. Esto podría traducirse en una reducción de la cooperación internacional y la financiación de proyectos sociales y ambientales. Además, el rechazo a la agenda y las críticas a las Naciones Unidas podrían afectar negativamente las relaciones diplomáticas de Argentina con otras naciones y organismos internacionales.
En síntesis, la Agenda 2030 marca un punto de inflexión decisivo en el comercio internacional, impulsando modelos sostenibles y responsables que priorizan la protección del medio ambiente y la justicia social. Sin embargo, el rechazo de Milei a esta agenda pone en riesgo el futuro sostenible de Argentina, exponiéndose a barreras comerciales y exclusión de acuerdos internacionales. Es en este sentido, la adaptación estratégica y cooperación global son fundamentales para asegurar un futuro próspero y sostenible para todas las generaciones; es por tal motivo que es crucial evaluar los costos y beneficios de esta postura y considerar si realmente protege la soberanía y la libertad individual, o si compromete la posición de Argentina en la comunidad internacional.
Referencias
Naciones Unidas. (2015). Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Recuperado de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/
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Funes, G. (2024, octubre 10). AGENDA 2030: ¿Revolución sostenible o barrera comercial? Córdoba Global. Centro de estudios internacionales. Recuperado de https://cbaglobal.com.ar/agenda-2030-revolucion-sostenible-o-barrera-comercial/
Gardel, L. (2024, enero 19). Javier Milei habló sobre la Agenda 2030: Qué es y qué desinformaciones circulan sobre la iniciativa de la ONU. Chequeado. Recuperado el 23 de octubre de 2024, de https://chequeado.com/el-explicador/javier-milei-hablo-sobre-la-agenda-2030-que-es-y-que-desinformaciones-circulan-sobre-la-iniciativa-de-la-onu/
Los puntos clave del discurso de Milei en la ONU. (2024, septiembre 25). Escenario Mundial. Recuperado el 23 de octubre de 2024, de https://www.escenariomundial.com/2024/09/25/los-puntos-clave-del-discurso-de-milei-en-la-onu/





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